viernes, 8 de octubre de 2010

aveledografía


Nota aveledográfica
Luis Barragán


La oposición organizada es tan plural y compleja como la misma sociedad que representa, dato frecuentemente olvidado por los que se dicen fiel encarnación de la pureza – además – irrebatible. . De sombras y luces se hace el camino, aunque debemos profundizar el debate para encontrar las pistas seguras de una futura transición sobre los hombros de una dirigencia sensata, con sentido de humildad, sobria, tan realista como ensoñadora.

Las más recientes jornadas parlamentarias, revelaron la posibilidad de una alianza por siempre unitaria y perfectible. Y es importante destacar el acierto de una coordinación que fue tal, en medio de las naturales voces encontradas: Ramón Guillermo Aveledo supo conducir la nave con entera serenidad y firmeza, apuntando al liderazgo responsable que todos deseamos en claro contraste con los estragos que ha generado la llamada antipolítica.

Es que, al internarnos en la interesante geografía de una trayectoria, observamos las vicisitudes propias de quien hizo, hace y seguirá haciendo política desde las más distintas posiciones, militante de partido que – incluso – literalmente ha laborado en ámbitos que podrían suponerse extraños, como el béisbol profesional. Docente universitario y autor de una ya extensa bibliografía, es un referente que los socialcristianos hemos aportado al esfuerzo común realizado y el que estamos por realizar para consagrar el cívico combate en las calles.
Tejedor incansable de acuerdos, elevando puentes por encima de las corrientes fluviales confrontadas, ha demostrado que hay políticos de oficio que, lejos de avergonzarse, reivindican un sentido histórico de las tareas a las que no basta el burdo chispazo mediático. De llanuras y montañas, costas y arrecifes, asfalto y bosques, está hecho el liderazgo venezolano, diametralmente opuesto a la burocracia del partido-Estado que coincide únicamente por los privilegios del presupuesto público y lo que puede brindar el Gran Dispensador de turno, caricaturizando ideales ya extemporáneos.

Mejor todavía, viejas y nuevas generaciones – olas de un mismo mar, según De Gásperi – atravesamos una experiencia distinta con la más firme esperanza de conquistar un nuevo orden social, la república post- rentista bajo una democracia representativa participada y viceversa. De modo que se acercan tiempos para el hallazgo de una dirigencia emprendedora, capaz de hacer y de pensar, comprometida sobre todo con los sectores más débiles, distante del espectáculo intrascendente que fatiga frecuentemente a los que adversan al chavezato desde las terrazas de los personales privilegios perdidos.
Aveledo es indicio cierto, fundado y coherente del prototipo dirigencial que extrañábamos. Y él mismo deseará ser superado por otros que refundarán el porvenir, gracias al camino que diligentemente ha abierto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario