jueves, 21 de octubre de 2010

sobre el tintero oficial (ista)


EL NACIONAL, Caracas, 28 de Agosto de 1998
CUENTA DE LIBROS
Escritores "oficiales"
ALEXIS MARQUEZ RODRIGUEZ

Recientemente, en tono de amarga queja, alguien preguntaba, en una carta a este diario, "¿cuándo usted leyó que Alexis Márquez Rodríguez recomendara el libro de algún escritor no oficial?". Antes había preguntado también "¿cuándo usted ha visto que un crítico haya opinado que no le gustó el nuevo libro de Manuel Caballero?".

Lo referente a Caballero suena a envidia. No lo tome a mal el preguntante: yo también siento envidia de lo bueno que son los libros de Manuel, de lo bien documentados y mejor escritos que están, y sobre todo de cómo se venden. Por supuesto, esa pregunta no debe referirse a mí, porque yo no he comentado ese, hasta ahora, último libro de Caballero, por la sencilla razón de que el director de El Nacional me pidió que, mientras sea presidente de Monte Avila, no comente en mi columna libros editados por esa empresa.

En cuanto a lo de que nunca recomiendo libros que no sean de "escritores no oficiales", confieso mi perplejidad. Conocía la expresión "historiadores oficiales", referida a aquellos que cuentan los hechos históricos de una manera convencional, según los intereses y conveniencias de los secretos dominantes en la sociedad, y cuando ello suponga, desde luego, que se tergiverse, adultere, maquille o manipule los hechos en forma tendenciosa, para hacerlos gratos, o en todo caso no incómodos a esos sectores poderosos. Correlativamente, serían historiadores "no oficiales" los que cuenten las cosas como realmente ocurrieron, sin importarles que eso afecte negativamente aquellos intereses. Tengo la impresión de que algo de esto último hay, precisamente, en por lo menos algunos de los libros de Manuel Caballero, por cierto los más exitosos, si el éxito se mide por el volumen de ventas.

Lo que no me cuadra es lo de "escritores no oficiales", que supone la existencia de "escritores oficiales", sobre todo si esta expresión se aplica a los autores de los libros que yo suelo comentar. ¿Qué tienen de "oficiales" Julio Garmendia, Olga Orozco, Sergio Pitol, Alejo Carpentier, Eduardo Liendo, Angel Gustavo Infante, Mircea Eliades, R.H. Moreno Durán, J.G. Cobo Borda, Abel Posse, Fernando del Paso, Peter Elmore, Juan Liscano, Salvador Garmendia, Vicente Gerbasi, Ana Teresa Torres, Guillermo Morón, Klaus Meyer-Minneman, Angeles Mastretta, Mario Briceño Iragorry, José Enrique Rodó, Jaime Labastida, Aníbal Ponce, José Carlos Mariátegui, Pedro Henríquez Ureña, Mariano Picón Salas, José Miguel Oviedo, Luis Beltrán Guerrero, Alfonso Reyes, Gilberto Antolínez, los directores de revistas como Hispamérica, INTI, Lamparalabra o Nueva Economía, sólo unos poquísimos de los que han sido huéspedes, algunos más de una vez, de esta columna?

Por otra parte, muchas veces he dicho que esta columna, vieja ya de más de 25 años, no es de crítica literaria. La crítica literaria requiere más tiempo y espacio. Lo que hago en estas notas es reseña periodística, género esencialmente informativo. Lo que pretende es informar acerca de determinados libros. Por eso son primordialmente descriptivas, aunque a veces arriesgue alguna opinión, apenas esbozada. Al lector del libro corresponderá enjuiciarlo. He hecho crítica literaria, buena o mala según el criterio de cada quien, en libros, 10 o 12 hasta ahora.

A algunos -entre ellos el autor de la carta- sorprende que, según creen, a mí me parezcan buenos todos los libros que se publican. No es así. Lo que pasa es que sólo comento lo que me gusta.

Cuando, a poco de comenzar a leer un libro, no me gusta, lo abandono, y por supuesto, no lo comento. Se publican muchos buenos libros cada día, aunque son más los malos. Pero a mi edad, y en las circunstancias en que vivo y trabajo, sería un pecado de ociosidad, que yo mismo no me perdonaría, perder el poco tiempo libre que me queda leyendo libros malos, y luego comentándolos para complacer a algunos lectores malhumorados, que sólo quieren leer artículos demoledores.

1 comentario:

  1. Le agradezco -en demasía- la mención, a ras de vuelo, que hace el Profesor Alexis Márquez a Lamparalabra. E.R.P.

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