viernes, 8 de octubre de 2010

variaciones sobre un premio nobel (4)



EL NACIONAL - SÁBADO 22 DE JULIO DE 2006 S/2
¿Qué cara pone Vargas Llosa cuando escribe?
Nació en Perú, en 1936. A Mario Vargas Llosa se le tiene como uno de los más importantes escritores del planeta. Autor prolífico y popular, ha publicado al menos una docena de novelas, varias obras de teatro, ensayos y una colección de relatos. Sus artículos de opinión se leen, todas las semanas, publicados en diversos diarios. Ha obtenido, entre muchos otros, importantes reconocimientos a su obra: el Premio Internacional Rómulo Gallegos, el Premio Cervantes, el Príncipe de Asturias, el PEN/Nabokov y otros. La Editorial Alfaguara acaba de lanzar Travesuras de niña mala, su más reciente novela
Roberto Echeto


Travesuras de la niña mala Mario Vargas Llosa Editorial Alfaguara Colombia, 2006

Como casi todos los mortales, Mario Vargas Llosa tiene (por lo menos) dos caras: una ceñuda, severa, austera y doctoral; la otra risueña, satírica, apasionada y hasta burlesca. Con el primer modelo de cara, don Mario ha escrito obras prodigiosas como La guerra del fin del mundo, La casa verde, Conversación en la catedral, La orgía perpetua, García Márquez: historia de un deicidio, La tentación de lo imposible, Diario de Irak y La fiesta del chivo, entre otras muchas que le fascinan a un público ávido de cosas serias, de análisis políticos, históricos y sociales intervenidos por lo literario. Con el segundo modelo de rostro, don Mario ha escrito otro tipo de obras que no les gustan tanto a esos "lectores serios"; terminan acusándolo de frívolo o de decadente. Tales invectivas proclaman de novelas como Elogio de la madrastra, Los cuadernos de don Rigoberto, La tía Julia y el escribidor y de quién sabe de cuántas obras más porque esa gente no tiene límites a la hora de expresar sus ojerizas. No me negarán que imaginarse qué cara pone Vargas Llosa para escribir sus obras es un bello recurso para clasificarlas mientras nos tomamos una cerveza con los amigotes. Sin embargo, y aunque nuestro método sea de una puerilidad devastadora, bien valdría la pena preguntarse qué cara puso don Mario mientras escribía Las travesuras de la niña mala, su novela más reciente, y esto porque es una obra de apariencia ligera y amable que termina, por la maestría innegable de su creador, revolcándote de tristeza a pesar de haber leído cientos de páginas donde abundan situaciones eróticas y brillan unos diálogos llenos de humor, de ingenio y de vitalidad. Esto, aunque ustedes no lo crean, nos ayudará a desentrañar el misterio que nos hemos propuesto descifrar. Veamos por qué.

En primer lugar, Las travesuras de la niña mala es una novela plena de situaciones y de personajes que no esconden elementos simbólicos. Lo que lees, es, y ya, lo cual nos lleva a pensar que estamos hablando de una novela realista, término éste que en el caso de Vargas Llosa adquiere una significación especial porque nos remite de inmediato a Flaubert, a Balzac, a Leopoldo Alas, a Dumás y al mismísimo Dostoievsky; es decir: a los mentores literarios y espirituales de don Mario.

¿Que qué elementos sostienen semejantes afirmaciones? Pues muy sencillo: si a ver vamos, la niña mala que cambia de identidad e igual se hace pasar por chilenita, por guerrillera, por esposa de un funcionario de la Unesco, por cónyugue de un criador de caballos en Newmarket, por dama de compañía de un japonés sádico, por mujer de mundo que revolotea por aquí y por allá, es un personaje signado por una voluntad indoblegable que la convierte en un ser capaz de hacer hasta lo inimaginable por trepar y mantenerse en el penthouse de la sociedad para disfrutar de sus fulgores y no tener que sufrir nunca más los rigores indescriptibles de la pobreza. Un personaje con semejantes características y en medio del contexto sugerido en este análisis, no hace otra cosa que remitirnos a los inescrupulosos trepadores de nuestro imaginario: a Rastignac, a Julian Sorel, a Barry Lyndon y hasta a aquel personaje interpretado por Mariela Alcalá, cuya voracidad volvió loco al personaje de Raúl Amundaray y lo apartó de la dulce compañía de Lupita Ferrer en Cristal.

Y ahora que acabamos de cometer el abuso de recordarles a los lectores no sólo la existencia de las telenovelas, sino su relación con la novelística del siglo XIX, bien vale la pena decir que, como en los novelones decimonónicos, en Las travesu- ras de la niña mala hay toneladas de melodrama. Si quieren muestras de ello, piensen en la galería de personajes que puebla la obra, recuerden al niño que no quiere hablar, al guerrillero gordo e idealista, al Trujimán enamorado de una abogada japonesa, a Marcella, la escenógrafa italiana, a Arquímedes el constructor de rompeolas y, por sobre todos a Ricardo Somocurcio, el galán y muchacho bueno de la historia, cuyo amor incondicional e inconmensurable por la niña mala, por la mujer escurridiza que siempre lo deja con los crespos hechos, nos hace recordar, a lo lejos (eso sí), al Alfredo de La Traviatta o al celoso don José de Carmen. Si quisiéramos solazarnos un poco más en el tema del melodrama, observemos el final de esta novela y pensemos en cómo terminan los grandes arribistas de nuestro imaginario cultural... Pensemos en la soledad de unos, en la degradación moral y en la pérdida de miembros o en la muerte de otros...

Perdonen que les refresque la memoria, pero el personaje de Mariela Alcalá en Cristal terminaba con cáncer en uno de sus pechos, y esa circunstancia fue lo único que hizo que la pérfida aceptara su amor por el bombero que interpretaba Félix Loreto, el Ricardo Somocurcio de aquel drama televisivo... Pero mejor pasemos a otra cosa porque nos estamos poniendo escabrosos... Mejor terminemos este artículo respondiendo la pregunta que lo preside: ¿qué cara pone Vargas Llosa cuando escribe? Pues, como hemos visto, depende. Depende de la obra a la que dedica sus desvelos. En ésta que hoy comentamos, don Mario puso cara de hombre de mundo, de persona que conoce como la palma de sus manos París, Londres, Madrid y Lima; cara de lector incansable que trata no sólo de homenajear, sino de seguir e imitar un siglo después la obra de sus maestros; cara de Balzac, de Flaubert, de Thackeray, de Stendhal, de Víctor Hugo y de todos esos grandes novelistas a quienes el tiempo convertirá en sus pares.


http://psicoanalisisypolitica.blogspot.com/2009/09/vargas-llosa-y-el-boicot-al-sueno.html
Vargas Llosa y el boicot al sueño bolivariano
Otto Berdiel Rodríguez

El jueves 1 de diciembre el escritor Vargas Llosa fue condecorado, en la ciudad de San Luis Potosí, con el doctorado Honoris causa, otorgado por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Debido a esto, dictó una conferencia en el palacio municipal de dicha ciudad. En esa conferencia, el escritor de obras como El escribidor, La tía julia, Pantaleón y las visitadoras, La ciudad y los perros, La casa verde y muchísimas creaciones literarias más, ejerció una postura más cargada de pasión que de razonamiento, en la cual estableció un claro apoyo a las políticas neoliberales en Latinoamérica y al innombrable (al cual habría que cambiarle el apodo de tanto que ha sido nombrado). Esto se desprende de su crítica al populismo (adjetivo que han mal usado hacia las propuestas políticas de López Obrador), acusándolo (al populismo) de ser causante de la pobreza extrema y la miseria que viven nuestros pueblos, aseverando que se deben preservar las políticas de libre comercio. Y en este sentido, hizo un llamado a los mexicanos a que “no voten por el populismo”, haciendo explícito su planteamiento haciendo un llamado a “darle la espalda a ese señor de la Ciudad de México”. ¿Cuál sería el objetivo de tales aseveraciones? Quizás, como indica Jaime Avilés (La Jornada, 3-diciembre-2005), aparecer en los titulares de los medios con el siguiente desplegado: “Vargas Llosa en contra de López Obrador”; sin embargo, si vamos al fondo del asunto, ¿podríamos creer que Vargas Llosa desconoce la ruina y pobreza que han traído políticas neoliberales desde 1982 hasta nuestros tiempos? ¿Por qué han sido tan escuetos sus planteamientos acerca de las políticas terroristas del gobierno de Bush en territorio Iraquí y, al contrario, se ha ensañado en criticar cada vez que puede a Hugo Chávez, que, aunque a algunos se les olvida, más que ser un “presidente gritón, fanfarrón y dictador”, es el presidente que ha hecho crecer más a la economía de su país, con un crecimiento anual de ocho por ciento? ¿No se da cuenta de la violencia que pueden acarrear esas posturas? Me explico. En estos últimos días hemos presenciado los primeros desciframientos de la escritura bolivariana, sigamos estos primeros pasos que se nos presentan en huellas: 1) En el Mar del Plata se dio un ALCArajo al ALCA y sus inequidades en materia económica; 2) Se ha consolidado un plan alternativo comandado por el Mercosur y el ALBA; 3) El presidente de Argentina, Néstor Kirchner, viajó a Venezuela para consolidar el gasoducto y, más tarde, 4) Veinte años después, desde que el 30 de noviembre de 1985 los entonces presidentes de Argentina y Brasil, Raúl Alfonsin y José Sarney, establecieron un compromiso llamado “Declaración de Iguazú”, con la consigna: “desarrollo, justicia e integración, el presidentote (merecido nombre desde su actuación en Mar del Plata) de Argentina: Néstor Kirchner y el presidente de Brasil: Luiz Inacio Lula Da Silva, reconsolidaron este acuerdo firmando un convenio de cooperación “en áreas estratégicas”, comprometiéndose ambos presidentes (ambos cuatro, diría nuestro ilustre Presidente) a reforzar la alianza Argentina-Brasil, señalando la importancia de una “actuación conjunta frente a los organismos de crédito”, evitando así cualquier complotización (verbo heredado de AMLO) que pudiera afectar los nuevos planes de desarrollo de América Latina frente a políticas neoliberales del imperio yankee (ya con minúsculas) y sus cachorros. En este sentido, pusieron en marcha la continuación de los estudios para la construcción de un gasoducto que una a Venezuela, Brasil y Argentina “en coordinación con los demás países interesados de la región” y, por ultimo (por ahora), 5) El próximo 18 de diciembre quizás gane las elecciones presidenciales Evo Morales ante un clima nada favorable, pues según las leyes bolivianas, si un candidato no recibe más de 50 por ciento de los votos (cosa poco probable) el congreso designará al nuevo presidente, si esto pasa, y Evo Morales no recibe más de 50 por ciento, el congreso de Bolivia designará al ex presidente Jorge Quiroga, sin embargo, este dictamen no será aceptado por las mayorías indígenas, quienes a su vez emprenderán actos de resistencia hasta llevarlo a su derrocamiento. Si esto se da, como bien señala Jaime Avilés, el gobierno de EU culpará a Hugo Chávez de la violencia en Bolivia, que dicho sea de paso, se encuentra muy cercano a las elecciones de nuestro país y esto permitirá que se diga: “Ya ven, esto es lo que pasará en México si gana López Obrador”. ¿Se da cuenta, Vargas Llosa, lo peligroso de sus aseveraciones? En lo personal, creo que sí, y, como bien señala Avilés: “Vargas llosa ha dejado de ser una inteligencia al servicio de la humanidad para transformarse en un defensor de los intereses petroleros de Estados Unidos. ¿No es ésta una de las cosas más tristes que pueden sucederle a un artista?” (La Jornada, 3 de diciembre del 2005). Ante este clima de incertidumbre y tensión, el PRIAN está blindando a su ejército con las siguientes armas: 1) Utilizar encuestas tergiversadas para señalar la cercanía entre Felipe Calderón y López Obrador en los votos generando un clima de incertidumbre; 2) las constantes referencias al “populismo” de López Obrador y su cercanía a las políticas de Hugo Chávez (como si esto fuera malo); 3) el 1 de diciembre el Senado de la República aprobó una reforma penal que, entre otras cosas, posibilita el encarcelamiento de ciudadanos que se manifiesten en contra del sistema por la ambigüedad de lo que llaman “terrorismo internacional”, sin definir el terrorismo y haciendo caso omiso de las advertencias de la senadora perredista Leticia Burgos, quien comentó que estas reformas se encontraban paralizadas y de la noche a la mañana se “revivieron y aprobaron… Seguramente para quedar bien con Estados Unidos”; 4) la continuación (impuesta) de la economía foxista al próximo presidente encabezada por los partidos PAN, PRI y PVEM y sus propuestas para reformar los artículos 25 y 31 de la Constitución y que buscan otorgar al actual presidente (Ojo: al actual y no al próximo) el rol de nombrar a los funcionarios que encabezarán la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF), la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CMBV) y el Servicio de Administración Tributaria (SAT) bajo el pretexto de separar la economía y la política, lo cual no tendría nada de malo, pero, como señala Manuel Camacho Solís, “una cosa es la autonomía real y otra es utilizar el pretexto de la autonomía para evitar que haya transparencia y encubrir cosas que no se quiere que se sepan… Es una estrategia de fin de régimen donde se da una alianza de intereses que está por encima de la voluntad del pueblo”. ¿Qué postura tomar ante este clima de incertidumbre? ¿Cómo prevenir una posible violencia en nuestro país? Me parece que en este punto es posible la articulación (utópica) de las propuestas lopezobradorianas y la otra campaña del EZLN, una resistencia que tenga un líder electoral pero que también escuche y utilice las propuestas de los de abajo y un movimiento social de los mismos, no es posible una consolidación de una izquierda que haga frente a las políticas neoliberales que nos enfrentamos sin estos dos puntos. Por tanto, éste es un llamado que intenta ser preventivo ante una posible desestabilización y boicot del sueño bolivariano. Que cada quien, desde su trinchera, haga ecos de las voces que están en contra del rumbo que se está imponiendo desde arriba. ¡Armémonos para buscar la paz, la democracia, la justicia, la libertad y ponerle fin a las inequidades que vive y sufre nuestro país!

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