sábado, 16 de octubre de 2010

poesía ilimitada


EL NACIONAL - Sábado 16 de Octubre de 2010 Papel Literario/1
Un poeta mayor
Este año ha sido de celebraciones para el brasileño Ferreira Gullar: cumplió 80 años, recibió el Premio Camões y editó un libro de poesía inédita después de once años de espera. El escritor maranhense es considerado el poeta vivo más importante del gigante del sur
DIAJANIDA HERNÁNDEZ G.

"Ferreira Gullar entró en todas las estructuras y salió de todas".
Caetano Veloso
"El último gran poeta brasileño".
Vinicius de Moraes

Hay frases que calan y emocionan, que quedan adosadas a un instante o a una persona.

"No quiero tener la razón, lo que quiero es ser feliz", afirmó en una edición de la FLIP José Ribamar Ferreira, mejor conocido como Ferreira Gullar, ante una audiencia joven y atenta que aplaudió y se excitó a rabiar.

El enunciado quedó flotando en la memor ia de los asistentes, del medio literario, del mismo Gullar; hoy la frase descansa en la biblioteca de la casa del escritor, impresa en un copo. Así es Ferreira Gullar; sus ideas, sus letras, su poesía, son una marca, una huella indeleble.

Este año el poeta de cabellos largos y grises, de sonrisa amplia y dedos largos volvió a conmover a la audiencia de la FLIP al repasar su trayectoria, hablar de su oficio, de su vida y leer poemas de su reciente libro Em alguma parte alguma; y al compartir una particular, divertida y hermosa lectura con Chacal, Antonio Cicero y Eucanaã Ferraz del poemario Alguma poesía, de Carlos Drummond de Andrade. Una velada que de homenaje al aniversario del lanzamiento de Alguma poesía, viró a homenaje al propio Ferreira Gullar. "Es más fácil reconocer personas e ideas geniales en el pasado, mientras que el presente parece vacío. Mas puedo decir que me enorgullezco de haber sido contemporáneo de Drummond y hoy me enorgullezco de ser contemporáneo de Ferreira Gullar", con palabras como estas, de Antonio Cicero, que provocaron potentes aplausos de los presentes, la lectura hizo guiños al escritor maranhense.

No era para menos. Las letras brasileñas están de júbilo. El 10 de septiembre de este año Ferreira Gullar cumplió 80 años; una cifra sorprendente para el escritor, "no puedo creer que tengo 80 años. Eso para mí es un absurdo. Es una edad excesivamente alta para mí", ha dicho con picardía. Unos meses antes de su aniversario, como regalo adelantado, recibió la distinción más importante de las letras en lengua portuguesa: el Premio Camões, consagrándolo en el altar de las letras portuguesas junto a Antonio Lobo Antunes, José Saramago, Rubem Fonseca, Miguel Torga y João Cabral de Melo Neto, entre otros autores que han recibido el galardón.

Ochenta años de vida y casi sesenta de carrera literaria atesoran numerosos libros, momentos, historias, anécdotas y episodios decisivos en la poesía moderna brasileña. Mucho ha recorrido el escritor que nació en 1930 en la Rua dos Prazeres, 497, de la norteña São Luís do Maranhão; instante que él mismo marcó en el Poema Sujo: "mi cuerpo nació en una puertaventana de la Rua dos Prazeres / al lado de una panadería bajo el signo de Virgo / bajo las balas de 24°BC / en la revolución del 30".

Ferreira Gullar desarrolló su carrera literaria en Rio de Janeiro. En el año 1956 comenzó a trabajar en el Suplemento Dominical del Jornal do Brasil donde empezó a escribir artículos sobre arte. En la ciudad carioca conoció a los hermanos de Campo, Haroldo y Augusto, y a Dilcio Pignatari con quienes comenzó a esbozar la poesía concreta.

Este movimiento rompió con el movimiento paulista que defendía una escritura matemática. Gullar y sus parceiros abogaban por desintegrar el lenguaje viejo para inventar uno nuevo, donde la palabra en el espacio se articulara por proximidad y semejanza entre ellas mismas mas no por el discurso. Su inclinación por las artes plásticas se revela al juntarse con Lygia Clark, Helio Oiticica, Amilcar de Castro y Weissmann, juntos forman el grupo neoconcreto.

Militó en el Partido Comunista y fundó con otros intelectuales de izquierda el Centro Popular de Cultura (CPC) que fue cerrado por el gobierno militar que asumió el poder después del golpe de Estado del 31 de marzo de 1964.

Gullar vivió la persecución, la cárcel y el exilio en la década del setenta; así, pasó por Moscú, Chile, Perú y Argentina.

Luego regresó a Brasil y, según sus palabras, inició una nueva relación con la poesía, en la que abrió espacio para su condición existencial.

Hoy Ferreira Gullar mira hacia atrás y revisa sus posturas, hoy sus ideas, después de todo el camino que ha recorrido, han mudado, mas no ha dejado de ser incisivo, no renuncia a ser una voz incómoda. Por igual fustiga a Lula Da Silva y a Dilma Rouseff o a los gobiernos de Latinoamérica. En distintas ocasiones ha expresado su preocupación porque en nuestro continente el populismo ha tomado fuerza.

Voz poco complaciente, su militancia ha derivado en conceptos que ha decantado del enfrentamiento con su realidad. No más utopía ni militancia en el sentido estricto. Los matices y giros pintan su pensamiento.

"Abandoné todos los mitos de aquella época. No creo más en la lucha de clases. Ya aprendí que el capitalismo es como la naturaleza: invencible". Y continúa: "Sin duda, atravesamos un momento delicadísimo. Así mismo, estoy convencido que el capitalismo resistirá. Se trata apenas de una crisis de un sistema que vive de las crisis. Repito: el capitalismo va a imperar porque sigue la lógica de la naturaleza. En brutal, es feroz, es inmoral. No tiene piedad por nada ni por nadie (...) Imposible detener un engranaje tan eficiente. Podemos, máximo, luchar para que las desigualdades generadas por el capitalismo disminuyan (...) No debemos abdicar de un mundo más justo".

Escribir es espantarse

Ferreira Gullar publicó su primer libro, llamado Um pouco acima do chão, en 1949; de allí en adelante ha escrito más de una veintena de títulos, entre los que se encuentran los poemarios A luta corporal e novos poemas, História de um valente, Poema Sujo, Dentro da noite veloz, Crime na flora ou orden e progresso, Muitas vozes; los volúmenes de cuentos y crónicas A estranha vida banal, O menino e o arco-íris, Resmungos; la obra de teatro Um rubi no umbigo; sus memorias Rabo de foguete-Os anos de exílio y los ensayos Teoría do não-objeto, Argumentação contra a morte da arte, Sobre arte y Relâmpagos.

Durante su exilio en Buenos Aires escribió el libro que lo consagró, el célebre Poema Sujo, poemario que evoca de forma vertiginosa la infancia de Gullar. Su trayectoria literaria revela una voz poética que no temió enfrentar los límites y que ha experimentado continuamente para decantar su poesía. De su oficio ha dicho: "el poeta es un ser incómodo que suele ser perseguido porque piensa de un modo distinto, pero nunca fue mi intención ser un poeta maldito. La poesía existe porque la vida no basta, ¡pero yo ya sé que la vida no tiene ningún sentido!, entonces me interesa darle un sentido, buscar, encontrar y discutir esos posibles sentidos. Yo no me voy a cortar la oreja para ser un poeta maldito". Pero lo que sí ha hecho es espantarse para poder escribir, en distintas oportunidades ha explicado que su poesía nace del espanto, de eso que hace que se le revele algo que no sabía o de aquél acontecimiento inesperado, nunca antes experimentado; "con el poema llevo a la gente algo que sólo yo les puedo dar.

El poeta sólo aporta cuando lo descubre o lo inventa. No creo que la literatura revele la realidad, creo que inventa la realidad".


Em alguma parte alguma
La celebración de las ocho décadas de Ferreira Gullar está acompañada de buenas nuevas editoriales. Este año se publicó su obra completa, Ferreira Gullar. Poesía completa, teatro e prosa; se presentará una colección de poemas de cordel escritos en los años setenta, ilustrados por Ciro Fernández; el libro de collages de papel Zoología bizarra; y lo más esperado por sus lectores, el tomo de poesía inédita Em alguma parte alguma, que llegó a las librerías en septiembre, once años después de la edición de Muitas vozes. De este poemario Ferreira Gullar ha señalado que se trata de textos sobre el cosmos, el lenguaje y las artes plásticas. Es un conjunto de textos que se aproxima al problema que ya había abordado en A luta corporal: el límite entre lo que se puede decir y lo que no se consigue decir, ese lugar donde para Gullar sucede la poesía; pero ahora el poeta no piensa en soluciones radicales sino que se enfrenta a ese límite con otro talante, con el equipaje que acumula en el viaje un poeta mayor.

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