lunes, 18 de octubre de 2010

oración (3)


NOTITARDE, Valencia, 17 de Octubre de 2010
"Orar sin desfallecer" (Lc. 18, 1-8)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes

El evangelio de este domingo nos presenta la parábola del juez injusto y la viuda que clamaba justicia, con la que Jesús enseña a sus discípulos a orar sin desfallecer. Jesús describe al juez con estas palabras: "Ni temía a Dios ni respetaba a los hombres", se parece a algunos jueces de nuestro tiempo y de nuestra Venezuela que son capaces de vender su conciencia sin temor a Dios y sin importarles nada la palabra justicia. Pues bien, este juez siendo injusto, sin embargo, ante lo insistente e inoportuna actitud de la viuda decidió hacerle justicia, con el fin de que lo dejara tranquilo. Esta actitud del juez que se decía: "Aunque ni temo a Dios ni respeto a los hombres" la contrapone Jesús a Dios Padre, a quien presenta como el juez por el excelencia que hace justicia, como el Padre amoroso que escucha las súplicas y demandas de sus hijos que claman a Él día y noche; que atiende con prontitud y no deja nunca sin respuesta a quien le pide con insistencia.
Vuelve el evangelio de este domingo a presentarnos el tema de la oración y la fe. La oración es un diálogo amoroso, sincero, abierto con Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Diálogo donde podemos pedir, alabar, dar gracias, sabiendo que Dios es un padre bueno que siempre escucha y atiende a sus hijos. Una oración que debe estar cargada de fe; es decir, de confianza en Dios, sabiendo que realmente Él ayuda, que siempre está a nuestro lado, que nos invita a pedir sin desfallecer; porque como lo dice Jesús en otra parte del evangelio: "quien pide recibe, quien toca a la puerta se le abre…".
La viuda del evangelio de hoy es presentada como ejemplo para nosotros; Jesús nos enseña a través de ella lo que necesita ser la oración de un cristiano; como debemos pedir y dialogar. El cristiano nunca puede pensar o sentir que Dios no lo atiende, no lo escucha, que lo fastidia pidiéndole algo o que de nada sirve rezar; al contrario, Dios mismo espera que sus hijos lo busquen con un corazón lleno de fe y confianza, que le presenten sus necesidades, que desahoguen ante Él su corazón, que le busquen y le pidan; sabiendo que jamás un cristiano que pide con fe será desamparado en su necesidad. Por supuesto, Dios sabrá cómo, cuando y dónde conviene darnos la respuesta a la oración que hacemos, lo seguro es que jamás nos dejará sin respuesta y sin alcanzar aquello que tanto le pedimos. Cuando el cristiano piense o sienta que "Dios tarda o no responde a su necesidad", necesita recordar que hay que dejar a Dios ser Dios en nuestras vidas y vivir de la fe, como concluye la narración del evangelio de hoy, con la pregunta que Jesús hace a sus discípulos: "¿cuándo venga el Hijo del hombre, encontrará fe sobre la tierra?". Es decir, cuando nos asalten las dificultades, cuando nuestra súplica la hagamos en tiempos de crisis o tentaciones fuertes, ¿sabremos esperar en Dios? ¿Sabremos tener la suficiente fe para saber que Él nunca desampara?
Hay que dejar claro, que pedir a Dios o rezar no nos exime de nuestra responsabilidad, de contribuir para que las cosas se arreglen en nuestra vida, en nuestra familia y en nuestra sociedad. Luchar por la justicia, defender los derechos humanos, desterrar la violencia y la guerra, luchar para que no haya hambre, ni pobreza, ni opresión. Como dice el refrán popular: "A Dios rogando y con el mazo dando". Por supuesto, la oración de un cristiano debe superar toda actitud mercantilista; es decir, buscar a Dios sólo por interés y por lo que me pueda dar; sino que se debe dar en un marco de recíproco amor, de estar dispuesto también a darle algo a Dios, de trabajar y contribuir a que su Reino y su mensaje llegue a otros también.
Toda nuestra vida cristiana necesita ser una oración y un diálogo perseverante con Dios a nivel personal, familiar, comunitario y eclesial. Es la oración la que nos sostiene, nos alienta, nos da fuerzas y esperanza para seguir adelante, sabiendo que tenemos un Padre que nos ama, nos espera siempre y no nos desampara.
IDA Y RETORNO: El pasado 12 de octubre Mons. Reinaldo Del Prette realizó la bendición e inauguración de el Archivo Histórico de nuestra Arquidiócesis y la Biblioteca Virtual, que gracias al aporte de las empresas: Casanay Chemical, Grupo Guayabal, Refractarios Caires, Encava, Fabeca y Extrudal, fue posible realizar y ejecutar estos proyectos. Dios bendiga a nuestros bienhechores y les recompense su generosidad. Esperamos seguir contando con su apoyo para ejecutar obras que benefician no sólo a la Iglesia, sino a la sociedad entera.
Invitamos a todos los que quieran tener un rato de oración frente al Santísimo, los días lunes y jueves en nuestro Seminario tenemos la Adoración Continua en la mañana y en la tarde para alabar, adorar, dar gracias y suplicar a Jesús Vivo y presente en el sacramento del altar.
Todos los sábados invitamos a los jóvenes con inquietud vocacional a que visiten nuestro Seminario, donde se les brinda un espacio de oración, discernimiento y acompañamiento.
Ilustración, Rinaldo Paluzzi - Ohne Titel: http://www.arcadja.com/auctions/es/paluzzi_rinaldo/artista/65372/

No hay comentarios:

Publicar un comentario