jueves, 21 de octubre de 2010
grandeza mínima
EL NACIONAL - DOMINGO 20 DE JUNIO DE 1999 PAPEL LITERARIO
Letras para pequeños lectores
Páginas mínimas de grandes visiones
Mariana Marczuk Dyurich (*)
Tratando de acercar dos manifestaciones artísticas, algunos museos venezolanos han editado libros para aproximar al lector a las artes plásticas y específicamente a la obra de reconocidos artistas venezolanos. Se trata de una manera de introducir al niño al mundo del arte, por medio del libro como una propuesta recreativa. Dentro de esta tendencia, la Galería de Arte Nacional publicó el libro La alegría de pintar (1989), de Rafael Arráiz Lucca. Es un libro de información que le permite al niño conocer la vida y la obra de Armando Reverón. Siguiendo esta línea, la Fundación Museo Arturo Michelena, ofrece el primer libro de una serie de publicaciones: Desde el desván... yo conocí a mi abuelo (1998).
En este libro apaisado de pequeño formato, las fotografías se presentan como un documento vivo de principios de siglo. Con un tono nostálgico y evocador, el narrador (creado por Yllelyna Aponte Ca- rías) nos cuenta cómo inventaba historias a partir de las fotografías tomadas por su abuelo.
El conjunto de fotografías puede constituir en sí mismo un discurso. La estética de las imágenes le confiere el valor de objeto de arte visual, lo que nos conduce a considerarlo un libro-álbum por la relevancia que adquiere el discurso fotográfico dentro de la edición. Cada una de las páginas de este libro cobra tal fuerza, que le brinda independencia a cada episodio. Por otra parte, las fotografías representan el hilo conductor de la narración, pero cada página puede llegar a inspirar por sí sola nuevas historias.
Para Desde el desván... yo conocí a mi abuelo, Douglas Monroy y Evelyn Ramos seleccionaron algunas de las imágenes del fotógrafo venezolano Domingo Lucca (1877-1937), miembro del Club Daguerre. Su obra representa una parte desconocida de la historia de la fotografía venezolana, ofrece múltiples niveles de valoración que van más allá de los retratos de familia. Lucca logra expresar su pasión por documentar; por esta razón no deja de ver el mundo a través del visor de su cámara. Las fotografías nos ubican en un tiempo que fue y que logramos conocer a través de ellas. La intención del discurso se revela al fotografiar frondosos y emotivos paisajes, y al querer capturar el camino hacia el progreso de la joven e inquieta Venezuela de principios del presente siglo.
La propuesta de ilustración fotográfica, hace que el pequeño lector valore el poder de la observación porque puede detenerse en ciertos detalles que en otro contexto podrían parecer insignificantes. Esta publicación recuerda el álbum familiar que nos hace recuperar los rasgos de un tiempo, descubriendo la fotografía como un soporte para recrear el pasado. Capturados por las imágenes y por su texto evocador, recorremos las pequeñas páginas de este pequeño libro, que atesora el recuerdo de una época: las huellas de un pasado que el indolente futuro no podrá borrar.
(*) Licenciada en Letras
Ilustración: http://www.imaginaria.com.ar/16/4/publicaciones-Barataria.jpg
Directora: Mariana Marczuk Dyurich
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