domingo, 26 de junio de 2016

NOTICIERO RETROSPECTIVO

- Salvador Villalba Gutiérrez. "Temas del momento: El monumento del Recursor (Francisco de Miranda)". El Universal, Caracas, 22(06/1966.
- Gloria Stolk. "¿Mudar la ciudad capital?". El Nacional, Caracas, 13/10/76.
- Eleazar López Contreras. "El 17 de ciembre de 1935. El fin de un régimen y el comienzo de un nuevo tiempo". El Nacional, 19/12/65.
- Rafael Caldera. "Consignas: No han aprendido nada". El Gráfico, Caracas, 18/12/1945.

Reproducción; Crítica, Caracas, 16/05/1941.

Nota complementaria LB: De la "Lectura del Mensaje por el ciudadano General Eleazar López Contreras, Presidente de la República" que consta en la “Sesión Solemne vespertina del día 19 de abril de 1941”, tomado del “Diario de Debates de la Cámara del Senado y del Congreso de los Estados Unidos de Venezuela”, bajo la presidencia del senador José Encarnación Serrano y la vicepresidencia del diputado Numa Quevedo, refirió el otrora mandatario: "Aceptado como fué  (SIC) por nuestro Gobierno el ofrecimiento que le hizo el de Estados Unidos de Nortea América para recibir en sus centros armados oficiales a fin de que siguieran cursos de perfeccionamiento en las respectivas especialidades, fué (SIC) enviado un grupo de profesionales de aviación militar y de las armas de infantería y artillería". Entre otros aspectos, señaló el establecimiento de una Escuela de Bandas Militares en Caracas que “funciona en un edificio adecuado” y, respecto a los alojamientos militares, concluyó la construcción del cuartel “General Rafael Urdaneta” y los edificios para la Escuela Naval de Maiquetía, como los cuarteles de Maturín y San Fernando.
Por cierto, inevitable materia, la abordó desde su consabida convicción positivista: "Soy el primero en reconocer que aún no hemos logrado llevar a la práctica todas las conquistas de la democracia, pero ello no se debe a una acción negativa del Régimen sino a circunstancias e carácter racial, ambiental e histórico que es menester ir encauzando con la evolución ininterrumpida del elemento humano, cuya inteligencia, sentimiento y voluntad es necesario educarlos progresivamente para el ejercicio de los derechos políticos".
Acotemos, Llovera Páez fue un peculiar actor político del siglo XX, pues, conformó la Junta Militar de Gobierno presidida por Carlos Delgado-Chalbaud, junto a Marcos Pérez Jiménez. Luego del magnicidio, prosiguió en funciones siempre como ministro y, durante el mandato de Pérez Jiménez, lo más importante fue la jefatura de la decisiva Oficina de Estudios Especiales. Uno de los prohombres del régimen, como señalara Domingo Alberto Rangel en alguna parte para observar los jugosos negocios que reportó, por lo menos, la modernización urbana, no se evidenció en él una mayor aspiración política, trastocado en soporte del dictador y no en un probable competidor o figura complementaria. Al caer la dictadura, va al exilio y regresará a Venezuela a finales o principios de los setenta para fundar un partido. Suponemos que lo patrocinó y avaló, porque la actividad estrictamente política no fue su preocupación esencial.

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