De
la faceta escatológica del régimen
Luis
Barragán
Asunto
escabroso, pero inevitable. La paz ni siquiera encuentra domicilio en los
cementerios, convertidos en peligrosas, increíbles e indecibles barriadas que
los aprietan como en el General del Sur de Caracas.
Novedad
alguna reporta el camposanto de la ciudad capital en relación a los hechos
vandálicos y a las continuas profanaciones de tumbas, ante la indiferencia
militante de las autoridades, a veces, sospechosas de las atrevidas incursiones
por alguna convicción religiosa, pseudorreligiosa o patológica. Versiones estas
que surgen al calor de un anecdotario propio de la necropolítica que los
informa, en el tozudo empeño de prolongarse en el poder.
Sobran
los testimonios de personas con padres, parientes y amigos de violentadas
tumbas que, además, no frecuentan por los riesgos que comporta hacerlo con la
frecuencia deseada. Por contraste, hay reportes respecto a aquellos que ya se
habituaron a tenerlas como hogar, por no mencionarlas como refugio de
delincuentes: dos o tres años atrás, tuvimos ocasión de acudir al sepelio del
familiar de una persona amiga y, realizado en poco menos de 40 minutos, previo
pago del malandro que protegió el acto con el permiso de otros que fijaron el
plazo, constatamos cuan populoso es el lugar: hábitat indefinible para los más
pobres que se resignan a compartirlo hasta con los rateros de los pocos
monumentos artísticos que van quedando.
Ha
sido necesaria, aunque indeseable, la profanación a tumbas como la de Rómulo y
Teostiste Gallegos o la de Isaías Medina Angarita para el estremecimiento de la
opinión pública, tan asediada por otras urgentes y variadas noticias. Lo peor
ha sido la vergonzosa respuesta del alcalde menor de Caracas, Jorge Rodríguez,
y la de otros funcionarios, que las negaron, pretendiendo no sólo reducir el
asunto a un eufemismo, sino evadir sus
responsabilidades ante el delito recurrente que, valga acotar, parece reforzar
el elemento escatológico que explota nada inocentemente el gobierno.
Reproducciones: Rómulo Gallegos (Élite, Caracas, 1948) e Isaías Medina Angarita (Billiken, Caracas, 1941).
20/06/2016
http://www.noticierodigital.com/2016/06/de-la-faceta-escatologica-del-regimen/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=33438
http://www.eldiariodeguayana.com.ve/opinion/30473-de-la-faceta-escatologica-del-regimen.html
20/06/2016
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