lunes, 6 de junio de 2016

SI PRENDIESEN, NI LOS MOTORES ALCANZAN



LA RAZÓN, Caracas, 5 de junio de 2016
Tamara Herrera: Urge un programa económico coherente
Mónica Duarte

La economista y directora de Síntesis Financiera, Tamara Herrera, advierte que Venezuela vive el peor momento de su crisis económica por la baja producción interna que exacerba cada vez más la inflación. “El Gobierno está acorralado políticamente pero el país entero está subyugado, sometido y debilitado económicamente por un modelo errado y antiguo”.
Herrera agrega que es importante el pago de la deuda porque “Venezuela no se pude dar el lujo de tener más problemas con el mercado mundial” al no tener una soberanía alimentaria real y depender de las importaciones y las transacciones comerciales con el exterior.
¿Cuáles son las implicaciones reales de esta crisis económica?
Creo que la gravedad de la situación nacional es tan grande que hay mucha acumulación de problemas unos sobre otros, que durante años advertimos los economistas que ocurrirían. Y ahora están todos gracias a una irresponsable terquedad desde el mismísimo noviembre de 2012 cuando el ministro Jorge Giordani dijo que iba a profundizar este modelo económico, que en realidad es un modelo político de consecuencias económicas que se han cosechado a gran velocidad en este momento.
¿Qué es lo más grave que enfrenta el Gobierno venezolano: la inflación interna o la deuda externa?
Se corre el riesgo de dejar de lado la complejidad, profundidad y orígenes de la dramática situación que se está viviendo al plantear un falso dilema de si es más importante subsanar el hambre que pagar la deuda a los tenedores de bono. Porque dejar de pagar esa deuda tendría unas consecuencias de agudización mayores en los niveles de desabastecimiento y aislamiento internacional que se está produciendo. Las graves consecuencias de un default es que el crédito no va a venir ni en bonos ni en forma comercial para el gobierno hasta que no se aclare el panorama. Hacer una escogencia de ese tipo significa agravar y caotizar una situación que ya se está deteriorando cada vez más aceleradamente.
Lo que se tiene que hacer, y que es lo que se supone que está buscando hacer el Gobierno y Pdvsa, pero que todavía no tenemos noticia de éxito, es buscar un reperfilamiento de la deuda que vence este año. Pero ese no es el único problema que tenemos. Pagar esa deuda significa tener tres millardos, pero por el otro lado hay un problema de desabastecimiento y funcionamiento económico de una envergadura muchísimo mayor. Hay que tocarlo y abordarlo con seriedad en un programa económico que sea coherente y yo eso no lo veo todavía.
¿Qué significaría este reperfilamiento de la deuda?
Es una forma sensata de decirle a la gente que aunque toca pagarles una cantidad de dinero el 28 de octubre y el 2 de noviembre, no se va a tener caja ni se va a tener efectivo para pagar, por lo que se les propone que, en lugar de tener que pagar completo, se paga solo una parte y se entrega otro papel, otro bono, que es pagadero en el futuro, para tener chance de un precio del petróleo más favorable para nosotros o que ya se hayan arreglado los otros problemas para poder honrar los compromisos. Lo que eso exige es que se incluya un atractivo especial, en eso consisten precisamente las negociaciones, en ver qué es lo que resulta atractivo en el canje de papeles que se vaya a proponer. El atractivo podría estar en el cupón, es decir en la tasa de interés, o puede ser garantías asociadas al título que mejoran a medida que suben los precios del petróleo. Hay muchas formas y se supone que Pdvsa ya está encargada de ellas.
El Gobierno está plenamente consciente de que tiene que llegar a un acuerdo con estos acreedores para no entrar en más problemas externos. Venezuela no se pude dar el lujo de tener más problemas con el mercado mundial, porque no tiene autonomía alimentaria ni de ningún tipo. A lo largo de todos estos años lo que hizo fue exacerbarse la dependencia del petróleo, malgastarse y no invertirse, al punto que Venezuela se puede morir de hambre si tú la aíslas internacionalmente. Pdvsa debería haber tenido el dinero, pero el desmanejo ha sido tan grotesco que no tiene ni para pagar el crudo que necesita para producir internamente. Si no se paga, Pdvsa no podría ni mover ni pretender producir, entraría en una parálisis, aunque ya está casi en absoluto estado de desmoronamiento operativo y caída de su estado financiero. Tiene deudas acumulada, no solo con los tenedores de bonos; también le adeuda a los proveedores.
Pero, ¿qué tanto de la crisis se puede atribuir de la baja de los precios del petróleo?
La caída de los precios del petróleo lo que hizo fue precipitar una situación de vulnerabilidad absolutamente alimentada en los años previos. Se tiene un sector económico y una manufactura a la que conscientemente se le impuso una carga hasta debilitar su funcionamiento, hasta quitarle cualquier vestigio de competitividad que pudiese servir para exportar, y ahora necesitas hacer devaluaciones monstruosas para que algunos puedan comenzar a exportar unas pequeñas cantidades. Es una situación de debilitamiento total de la estructura productiva en la que hay una altísima dependencia de las importaciones, porque se construyó un funcionamiento económico que solo era sostenible con precios de petróleo crecientes, y ya no solo altos. Cuando el petróleo se detuvo en 2011 y 2012 en 100 dólares por barril, ya Venezuela estaba presentando problemas de déficit de caja en dólares, pero la gente no se percataba y desde ese mismo momento comenzaron a realizarse atrasos en los pagos a las industrias y los proveedores, y ahora resulta que Venezuela no tiene credibilidad alguna para atraer cosas que se necesitan con apremio.
¿Con las nuevas normativas del Dicom, próximas a anunciarse, se va a poder lograr una apertura mayor de las divisas?
No se qué tan lejos están en capacidad de llegar. Percibo al ministro Pérez Abad haciendo toda clase de esfuerzos muy focalizados y graduales, bastante lentos, salvo el de devaluación del Dicom, que va acelerado. Percibo que él está tratando de resolver solo un área de desequilibrio y crear una especie de pecera aislada, y la verdad es que es una pecera muy pequeña para la magnitud de los problemas que tiene Venezuela. Todo lo que se está haciendo es muy racional, pero está ocurriendo en una parcela reducida y el problema nacional que es muchísimo más grande está por fuera.
Incluso, si llegan a conocerse las condiciones de operaciones del nuevo mercado Dicom habría que evaluar qué tan flexible es. Por ahora lo correcto ha sido aproximar ese tipo de cambio a un mercado paralelo que ha ido convergiendo hacia abajo. La gran pregunta es qué van a hacer después para que operativamente este sistema sea una opción para que cualquier persona o empresa pueda proveer sus dólares a tasa Dicom sin riesgo. Porque desde finales del año pasado, con la reforma a la Ley Orgánica de Precios Justos, se empezó a penalizar la referencia en los costos a cualquier insumo que se importaba con precio del mercado paralelo. En ese momento todas aquellas empresas que no tenían precios congelados, pero que consideraban que podían seguir operando y vendiendo si conseguían divisas a esos precios, se detuvieron porque había riesgo de cárcel. Eso fue ratificado con la reforma de la Ley cambiaria el 30 diciembre cuando se introduce esa penalización. Y desapareció un espacio de oferta de divisas que estaba haciendo funcionar a no pocas empresas en el país. Agravaron por decreto y por ley la situación de escasez nacional en casi todas las otras esferas no reguladas.
Ahora, si el Dicom llega a acercarse más al paralelo podría verse el sentido a vender y proveer divisas a una tasa que no tenga riesgo legal. Lo que no se sabe es cuánta oferta pueda aparecer para abastecer ese sistema. Nosotros pensamos que ese mercado va a ser pequeño de cara a la magnitud de las necesidades del país. En la medida en la que se empiecen a trasladar bienes del Dipro, que sigue estando absurdamente bajo en 10 bolívares, al régimen de Dicom, que parece es lo que quiere Pérez Abad, se tienen que autorizar nuevos aumentos de precio, si es que participan industrias cuyos productos finales están bajo regulación.
¿Pero entonces las industrias estaban produciendo y vendiendo al tasar sus productos al precio del mercado paralelo?
Claro, de hecho habían algunas industrias que tenían acceso a tasas preferenciales y el tipo de cambio paralelo solo les afecta indirectamente en la medida que aumentan los costos de otros bienes y productos en el país y con ello la inflación. Pero quien tiene que importar insumos y el sistema de cambio no brinda las divisas necesarias ni siquiera para lo que es prioritario, entonces necesitan ir a buscar las divisas donde teóricamente no hay y por supuesto tienen un precio mucho mayor que es la típica e inmediata consecuencia de un sistema de control de cambio.
¿En Venezuela cuáles han sido los factores verdaderamente dinamizadores de la inflación?
La inflación tiene diversos determinantes y Venezuela tiene todas las vertientes de inflación funcionando. Uno es el control de precio rígido, que cuando se establece tiene un primer efecto antiinflacionario, pero después cuando se hace más rígido se rezaga y empieza a dificultarse la producción de la mayoría de los bienes. No se puede pretender que se mantenga la producción con pérdidas, porque las pérdidas son tolerables por un determinado momento pero luego las empresas no se pueden sostener y con ellas sus empleados, proveedores y todos los involucrados. En el país el control se fue haciendo más extendido y más profundo en lugar de flexibilizarse; eso es un inhibidor de la oferta que genera escasez y esta, a su vez, es una multiplicadora de precios.
Después se tuvieron dificultades en el acceso a las divisas. La oferta de divisas comenzó a disminuir y esto dificultaba la obtención de los insumos a costos oportunos e incluso la no obtención y por consiguiente la no producción. Otro elemento es el de los costos de los bienes importados que empiezan a verse reflejados al costo del dólar paralelo, aunque el oficial estuviese anclado en 6,30 bolívares por tanto tiempo.
Todo esto es del lado de la oferta y costos, y del lado de la demanda ocurrió que frente a esta oferta tan rígida tuviste una expansión monetaria, que es la creación de dinero para dar ilusión monetaria en la gente con sucesivos aumentos salariales que nunca logran nada y terminan intentando perseguir los niveles de inflación. Entonces se presiona la demanda cuando se tiene todo un modelo económico que reprime la oferta y es imposible que haya un resultado distinto a la inflación.
¿Tienen cálculos propios de la inflación acumulada y proyecciones para 2016?
Según nuestros cálculos la inflación va estar por el orden de los 600%, esto como un Índice General de Precios al Consumidor, pero hay sectores que podrían aumentar más.
Entonces, ¿ya pasó lo peor de la crisis económica o está por venir?
Está absolutamente en pleno y desbocado desarrollo, porque con muchísimo dolor no logro ver nada que me convenza de que va a aumentar la oferta y aumentar la producción de bienes, que es lo más importante. Un ejemplo es que la inflación en los meses de abril y mayo fue mucho más elevada que las anteriores, a pesar de que el tipo de cambio se mantuvo estable, e incluso declinó, y a pesar de que la expansión montería estaba en tasas altas pero no crecientes, es decir también se estabilizó la tasa de liquidez. Esos factores podrían estar funcionando como atenuantes de la inflación mensual, pero nosotros observamos que ha habido una mayor aceleración en el aumento de precios y es porque el determinante de inflación con mayor incidencia en este momento es la escasez. Y no se ve una acción por parte de las autoridades económicas clara, consciente, contundente e inserta en un plan propiciando el aumento de la producción, no hay nada a la vista y si eso es así quiere decir que las dificultades económicas que estamos viviendo quedan igual en el mejor de los casos.
¿Cómo evalúa el desempeño de los motores productivos que ha anunciado el Gobierno?
Cualquiera de esos motores, en el supuesto de que arranquen, no alcanzan para resolver ni la décima parte del problema de desabastecimiento que tiene el país. Aquí la industria manufacturera que alimenta a la población, y representa el 85% del abastecimiento nacional de alimentos, el Gobierno la ha estado deteriorando hasta llevarla a la cuasi parálisis en la que se encuentra. No se puede convertir a la industria en un enemigo, porque significa que estás aniquilando las posibilidades de alimentar apropiadamente al país.
El Gobierno también ha anunciado que bajará las importaciones a 15.000 millones de dólares ¿Esta nueva medida logrará recortar el déficit fiscal?
El Gobierno necesita que este año las importaciones sigan cayendo y eso no va a mejorar la situación en relación al año pasado, que ya está mucho peor. Además, la importación está prácticamente paralizada en términos operativos y aun así no se ha logrado apartar el dinero para pagar las obligaciones y las mínimas importaciones que se hacen. Tenemos un cúmulo de problemas de mora con créditos comerciales, proveedores de servicios y hasta en la industria petrolera.
¿El gobierno chino podrá seguir dando prestamos como se espera?
China es un contribuyente importante del déficit de caja del Gobierno y ha venido adquiriendo una importancia crucial dada la gravedad y la situación cuasi miserable de los activos externos de Venezuela. Lo lógico es que entren esos 5.000 millones de dólares que han estado entrando cada uno de estos años. Pero me parece que China se cuida de no aumentar demasiado su exposición a riesgo en Venezuela, pero tampoco puede darse la vuelta e irse porque también tiene que perder si lo hace, entonces se va a mantener allí prestando y beneficiándose de estos créditos con importaciones país y proyectos de infraestructura.
¿Qué papel juegan los subsidios en esta dinámica económica? ¿Se tienen que reducir?
Las economías necesitan subsidios porque mientras no se logre subsanar las desigualdades en la población se tiene que subsidiar de diferentes maneras. La forma de los subsidios que eligió el modelo de la revolución es través de los bienes casi gratuitos y resulta que lo que sirvió es para generar una corrupción increíble, un tráfico y desvío de los bienes subsidiados con lo cual no se terminó de ayudar los suficiente, porque ya no se tiene la misma abundancia de dólares por la caída del petróleo y ya no se pueden pagar. Por eso es que los subsidios tiene que ser realistas y preferiblemente en dinero.
¿En cuánto tiempo se podría recuperar el poder adquisitivo del salario venezolano?
Para eso se necesita estabilizar y ordenar al país, hay que aplicar un programa serio que se deslastre de todos los principios destructivos de la economía que han imperado hasta ahora. Cuando eso se haga, y se haga bien, se van a empezar a ver los resultados en un lapso de dos años. Pero va tener primero un costo y para eso es importante obtener financiamiento que ayude a compensar parte de los impactos, cuando se tengan que corregir los precios de los controles. Y partir de ese momento, con un Gobierno con credibilidad, los capitales van a estar dispuestos a venir a invertir a Venezuela.
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