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miércoles, 21 de diciembre de 2016

HALLAR LA LLAVE

Caracterización de la crisis actual
Abdón Vivas Terán

En la medida en que termina el año 2016, la crisis por la cual está atravesando el país tiende a desplegarse en forma cada vez más agresiva, más globalizante y abrumadora. Sus manifestaciones objetivas se han extendido a lo largo y a lo ancho de la nación; afectan a todas las actividades y las estructuras ya sean políticas, económicas, sociales y culturales. Perturban profundamente, de manera ampliamente negativa, al mundo de los trabajadores, a la clase media y a los vastos sectores populares perceptores de pequeños ingresos.

La crisis se expresa con impacto devastador en todos los aspectos relacionados con el quehacer político, económico, cultural, psicológico y social; es el elemento más común de conversaciones, reflexiones y protestas. Calladamente, o con estridencia, va invadiendo cada espacio, cada retícula del tejido societario.

El efecto de esta crisis sobre la nación, sobre el sistema político, sobre la estabilidad política y social, sobre la posibilidad de seguir un curso de desarrollo auto sostenido es, por decir lo menos, aterradoramente devastador.


Origen de la crisis

 Esta crisis, dramática y aterradora, la más severa que ha experimentado la Nación a lo largo de toda su historia, no es un hecho fortuito, aislado, que provenga de un elemento fatal y determinista de la historia. Para nada se corresponde con esa apreciación del pensamiento marxista, revisado por el Socialismo del siglo XXI, según la cual esta crisis es una nueva manifestación aguda de la lógica del metabolismo del capital que reafirma, para este tiempo histórico, el carácter explotador del Capitalismo y su indeclinable propósito de reproducirse a lo largo de sus ejes constitutivos permanentes (Mészáros, Istvan).

Tampoco es el resultado de una guerra económica desatada por la “derecha endógena” contra el Régimen; ni es el resultado de la acción del “imperio cruel” que busca destruir al Oficialismo gobernante; y, mucho menos, resultado de la acción productiva, hecha a pulso y con enorme esfuerzo, que llevan adelante los emprendedores privados venezolanos a los cuales el Régimen endilga procaces descalificaciones cuando los llama “apátridas, especuladores y acaparadores”.

El pueblo no se equivoca en su prístina apreciación sobre quiénes son, sin duda, los responsables de esta catástrofe; en este juicio, como un hecho significativo, la voluntad del pueblo coincide con los ponderados juicios de sus intelectuales y académicos. Ésta crisis terminal, que sufre con angustia el país, cae sin duda, a plenitud, en los enormes pasivos que el régimen Chavista-Madurista le debe a la nación, al pueblo, a nuestras instituciones.

La 106º Conferencia Episcopal Venezolana acierta de pleno al expresar: “La raíz de los problemas está en la implantación de un proyecto político totalitario, empobrecedor, rentista y centralizador que el Gobierno se empeña en mantener”.

En apretada síntesis esta crisis terminal del orden societario venezolano brota:
    Del intento tozudo y sistemático que se realiza desde hace diez años de introducir en nuestra sociedad, en nuestro sistema político, cultural y económico, y contra toda racionalidad, un modelo fracasado con estrépito en todas las regiones del mundo donde se pretendió instaurar, el socialismo de origen marxista el cual, en América Latina, se le ha denominado más recientemente Socialismo del siglo XXI; en el caso concreto de Venezuela este proyecto resultó ser una combinación letal del pensamiento de Heinz Dieterich (el intercambio de equivalentes), de Mészáros (la lógica del capital) y de las prácticas y estrategias políticas (servicios de inteligencia, represión, amedrentamiento, propaganda dirigida a confundir etc.) del régimen de los Castro.

    De la profunda incompetencia de la burocracia gubernamental para entender tanto el funcionamiento de una economía de mercado, como de un régimen centralmente planificado. En general, no conocen el complejo conjunto de leyes, principios y teorías que rigen estas dos aproximaciones a la organización de la sociedad. Por supuesto que descartan la posible alternativa que surge del modelo de economía y sociedad humanistas, construida sobre el Bien Común y la dignidad de la persona humana, que proponen sectores democráticos de la nación.

    En este entorno la burocracia socialista comete, con frecuencia, equivocaciones enormes, índice de crasa ignorancia, en materia de políticas públicas, de equilibrios macro económicos, de ajustes estructurales, de políticas sociales, de políticas productivas, petroleras, económicas etc.

    El incesante llamado a la conflictividad social; para ello impulsan una versión tropicalizada del fantasma de la lucha de clases como motor de la historia la que está, intrínsecamente, conectada a la visión marxista del derrumbe del Capitalismo.

    La conciencia expresada por el Líder del Proceso y repetida a coro por sus adherentes de la superioridad del mundo militar, de su esquema de mando y de obediencia y de sus instituciones militares sobre las instituciones civiles; carga valorativa heredada del siglo XIX, destructiva y anti histórica.

    El daño al propio concepto de ser humano que deriva de la implacable manía del Régimen, que se expresa en su praxis diaria, de desconocer al adversario como persona, de destruir el entramado institucional, de violar la Constitución, de irrespetar los derechos humanos, de alterar la escala de valores así como el hecho concreto de aumentar la represión violenta. Vale hablar, en términos generales, a este respecto de un daño antropológico.

    La insólita, pero permanente, adhesión del Régimen, en una especie de relación neo-colonial, con respecto al Gobierno de la República de Cuba. Primero, se deben satisfacer las aspiraciones económicas de este y, luego, si hay suficiente, las del pueblo venezolano.

En este cuadro, apremiante y severo, las elecciones legislativas del 6D señalaron un rumbo esperanzador. El pueblo se pronunció por un voto castigo pero, más allá de esta aproximación, podemos apuntar que el pueblo, en donde reside el poder en un sistema democrático, solicitó un profundo cambio en el modelo que el Régimen trata de implementar. Ese cambio deberá dirigirse hacia la creación de un modelo político democrático integral de libertades, de seguridad, de estado de derecho, de progreso, de auténtica participación popular en el poder.

De idéntica forma, el cambio debe estar dirigido hacia el progresivo despliegue de un modelo económico que rescate la confianza de los ciudadanos en sus capacidades productivas; que desate las fuerzas productivas de la sociedad arrinconadas e inhabilitadas por el modelo socialista; que señale rumbos seguros hacia un desarrollo económico post rentista, auto sostenido, eficiente y equitativo. Un modelo económico que devuelva al país su prosperidad, la seguridad de su autoabastecimiento, el mantenimiento del valor de la moneda y la recuperación de los salarios reales; que controle la incompetencia, la burocratización y la corrupción que han gangrenado hasta los huesos la gestión política y administrativa del Régimen.

En diecisiete años el Oficialismo malbarató el apoyo que, al comienzo, les otorgó el pueblo; despilfarraron la más brillante oportunidad, económica y política, que Venezuela ha tenido para acelerar su marcha hacia el desarrollo integral; en su lugar se dieron a la tarea de sembrar desconfianza, odio y violencia en todo el tejido societario nacional. Esta etapa ha de cesar pronto. Y nuevos horizontes, -ganados a pulso con esfuerzo, disciplina y entrega por todas las clases sociales del país-, aparecerán nítidos y definidos en el cercano porvenir.

Aspectos más significativos de la crisis.

Es conveniente, a los fines de ir precisando el objetivo de nuestro análisis, presentar un somero análisis sobre los alcances concretos que la crisis ha significado en la realidad cotidiana de nuestras instituciones y del pueblo, golpeado y diezmado, por ella.

Iremos directo al grano en tres aspectos específicos: El político-institucional; el económico y el económico-social; estos dos últimos son el epicentro en el cual la población, en general, y cada uno de los ciudadanos y de las familias, siente el potente impacto negativo impregnado de angustia que la crisis ha significado para cada uno de ellos.

Empecemos con el aspecto político institucional. En este nivel la política que adelanta el Régimen posee un conjunto de características tales como: Se ha producido un cambio profundo en sus bases de legitimación al pasar de un liderazgo carismático y vertebrador a un liderazgo anodino, con decreciente y escaso apoyo popular; es un hecho evidente la existencia de una potente tutela militar, asentada firmemente en la cúpula de las instituciones de la Fuerza Armada, que tiende a extender su influencia y sus áreas directas de mando sobre un presidente civil quien apenas logra conciliar la competencia por el poder entre diferentes grupos del oficialismo; militarización progresiva del Gobierno a todos sus niveles, recientemente estos sectores militares han advenido al completo control de enteras cadena productivas desde la importación, producción, hasta distribución al consumidor final; pérdida creciente de popularidad del Régimen en todos los sectores sociales; aumento de la represión contra la oposición democrática que lucha apoyada en la Constitución y las leyes; incremento de los niveles de represión, aumento del número de presos políticos; acentuación del carácter populista del régimen; profundización de la corrupción a todos los niveles de la administración; quiebre del orden democrático; desaparición del estado de derecho; desintegración de la división de poderes; violación de los derechos humanos; desconocimiento de la Asamblea Nacional que es la representante directa de la voluntad popular; utilización de los poderes del estado: Judicial, Ciudadano y Electoral para que funcionen como simples Oficinas de apoyo al conjunto de políticas que el Poder Ejecutivo decide.

Esta lista es abrumadora, sin embargo, recuperemos el aliento y sigamos de inmediato, con otro de los aspectos de alcance más devastador de la crisis. Nos referimos al plano de la economía. El primer elemento a enunciar es especialmente lamentable. La economía de la nación ha entrado en una aguda fase recesiva. Ya van 18 trimestres consecutivos en que el PIB se contrae. Para este año, cálculos de instituciones internacionales y nacionales de prestigio en el manejo de las variables económicas, están estimando que el PIB caerá hasta un -10%. Esto constituye una catástrofe económica terrible y sin precedentes en la historia de Venezuela con la cauda de males que ello comporta como: Disminución del consumo, de la inversión, del empleo; aumento de la pobreza; pérdida del poder adquisitivo del salario real etc.

Esta fase recesiva aguda ha sido incubada por una desastrosa e incompetente gestión de las variables macroeconómicas básicas de la economía nacional. Una inflación explosiva, que corroe como diente maligno el nivel de vida y el poder adquisitivo de todos los ciudadanos, especialmente, de los ingresos de los trabajadores, o de aquellos que disfrutan de una renta fija. La híper inflación ya no resulta un pronóstico sino que comienza a presentarse como una realidad espeluznante. Pronósticos señalan que esta variable cerrará, para este año 2016, alcanzando la cota del 700%. El Déficit Fiscal, por su parte, sigue empinándose y debe haber sobrepasado el 20% del PIB. La liquidez monetaria sigue en expansión a tasas elevadas alimentada, entre otras razones, por el financiamiento monetario del déficit del estado y para hoy debe estar más allá del billón de bolívares. La impresión de dinero en circulación sigue un ritmo vertiginoso. En el sector externo, -dada la baja de los precios promedios de los hidrocarburos, la disminución de la producción petrolera y el aumento de sus costos de producción-, es de esperarse, para este año, un elevado déficit en la Balanza de Pagos que estará en el orden de los treinta mil millones de US$. En fin, las magnitudes que en esta área adquieren las variables económicas fundamentales son sobrecogedoras y denotan un desastroso manejo de la economía con su correspondiente consecuencia de miseria y pobreza que se extienden cual las lluvias en mitad de la temporada de invierno. Aumentan el sufrimiento, la escasez, la desaparición de productos esenciales domésticos, las colas y la angustia diaria de las familias a lo largo y ancho del territorio nacional.

EL problema que analizamos tiende a agravarse cuando se toma en cuenta la decisión del Régimen de implantar, mediante la coerción estatal, el cerco al sector productivo privado y la destrucción de los organismos de representación sindical, una estructura económica socialista del siglo XXI. De acuerdo con esta orientación. el régimen no ha vacilado en introducir en la economía mecanismos que actúan a manera de sismos destruyendo tanto, el aparato productivo privado, cuanto, reduciendo a escombros el aparato productivo que mantenía el estado venezolano dentro de los límites de una economía mixta. La aplicación de esta política ha creado, lo que no vacilamos en denominar, como potente distorsión estructural que afecta transversalmente a todo el aparato productivo de la nación. Algunas de las consecuencias más destacadas de tal distorsión estructural sobre el sector productivo público son las siguientes:

    1.- Desintegración organizacional, gerencial, productiva y directiva de la que, en otrora tiempos, fue la empresa insignia de la economía nacional, PDVSA. El Gobierno ha avanzado mucho en la destrucción de esta potente unidad productiva de la nación; no hay duda, que ella sufre hoy los embates del Régimen que le ha impuesto políticas desacertadas, altos costos productivos, disolución de su objetivo básico de explorar, producir y comercializar petróleo y, además, una conducción gerencial que posee solo medianas o nulas capacidades.

    2.- Este mismo cuadro se repite en todas las demás empresas del estado; en particular en el complejo de empresas de Guayana tales como las industriales, las de electricidad, las de transporte y de servicios etc.

    3.- Preocupa igualmente que, este mismo cuadro de profundos desequilibrios y falta de productividad, se repite en todas las empresas que el régimen ha creado y que se engloban bajo la denominación de Empresas de Producción Social. Buen nombre que no ha sido suficiente para encubrir la perdida de producción, el dispendio de recursos públicos, el desastre administrativo, el desorden y la corrupción que han asolado este sector que está en manos de la burocracia del Régimen y no, como proclama la propaganda oficial, de conjuntos de productores libres asociados.

Por supuesto, el sector privado no escapa sino es, mejor, el objetivo predilecto que se busca hacer desaparecer. De allí surge el concepto de cerco productivo al sector privado con lo cual nos referimos al conjunto de medidas legales, económicas, represivas etc. que el Régimen ha puesto en marcha, especialmente a partir del 2005, dirigidas a regular, controlar, obstaculizar o eliminar las empresas productivas del sector privado, cualquiera que sea el sector en que operen, hasta reducirles su capacidad de producción y llevar al sector a límites mínimos en su participación institucional en el PIB.

A continuación presentamos algunas de las medidas que el Gobierno ha aplicado para tender cerco productivo al sector privado: i) Establecimiento de un marco legal dirigido a debilitar, controlar o eliminar la inversión privada, el espíritu empresarial y la propiedad ii) Inseguridad Jurídica. iii) Controles y regulaciones tales como control de cambios, tasas de interés y de precios. iv) Ley de Costos y Precios Justos que coloca las decisiones sobre estructuras de costos y niveles de precios, de todos los sectores productivos, en manos de un ente burocrático denominado la Súper Intendencia de Costos y Precios v) Política de expropiaciones y nacionalizaciones. La firma ECOANALITICA estima que el Gobierno ha expropiado empresas por un valor que está en el orden de 23.000 millones de US$, de los cuales ha pagado 8.600 millones de US$ aproximadamente vi) Inestabilidad e inseguridad en las relaciones obrero patronales debido a la normativa legal así como por acciones directas del Gobierno Nacional etc.

Las consecuencias de la aplicación de todas estas disposiciones es la creación de un clima de tensiones y desasosiego en el mundo del trabajo, la fuga a raudales de talento científico, profesional, empresarial, laboral y juvenil, el aumento extraordinario de los costos de transacción, el cierre de miles de unidades productivas. En síntesis: la caída a plomo de la capacidad del sector productivo privado para satisfacer la demanda nacional de bienes y servicios y la apertura de espacios que son ocupados por el sesgo importador que se expresa con mayor potencia cada día que pasa.

Hagamos ahora otro breve alto en este camino tan empinado y, luego, tornemos al tema socio-económico. En este plano la crisis se manifiesta en un agudo desequilibrio social constituido por un conjunto de elementos tales:

   a)  Crecimiento de la pobreza medida por el monto de ingresos. Las cifras estimadas por Encovi muestran que la proporción de pobreza, para el año 2015, será de 55,0%, es decir, 18 millones de venezolanos; de ese porcentaje, 23,0% estaban en situación de pobreza extrema. b) Caída del poder adquisitivo de los salarios reales. Ecoanálitica ha calculado una caída del ingreso real de los trabajadores en el entorno del 35% para finales del año 2015; esto es una muestra del programa de ajuste, más agudo y más destructiva que se ha implementado en el mundo en las últimas décadas, que está siendo conducido y ejecutado por el actual Régimen. Este está decidido a hacer pagar todo el costo del ajuste a un solo sector de la sociedad: el Sector de trabajadores perceptores de ingresos por el alquiler de su fuerza de trabajo. Este Programa de Ajuste reposa, además, sobre un recorte dramático de los valores de la factura global de importaciones de Venezuela. El trabajador está siendo conducido, de manera planificada, a la pérdida creciente del poder adquisitivo real de sus salarios y, en consecuencia, hacia un empobrecimiento en ascenso. Sorprende que tal tipo de política sea ejecutada por un gobierno militar-cívico que pregona y proclama su apego ideológico y político hacia esa forma de organización social que ellos denominan socialismo.

Aparte de estas características, básicamente socio-económicas, hay otras que van más hacia lo social y que complementan aquellos aspectos que acabamos de mencionar; tales como:

    c) Aumento de actividades informales tales como el bachaqueo; desde allí está surgiendo un nuevo estamento social, de economía informal a lo largo y a lo ancho del país. d) Ha surgido una nueva clase de plutócratas; en este caso operan como una burguesía parasitaria y absolutamente dependiente del estado que, en el lenguaje popular, se califica como la Boliburguesía. Esta se ha venido formando a partir de un complejo entramado de relaciones con el Gobierno. Se utilizas formulas tales como influencias sobre la estructura del Gobierno a partir de relaciones personales, familiares o de intereses comunes en negocios y actividades económicas; Desde allí se dirigen hacia la utilización de partidas presupuestarias, obtención de contratos públicos de toda naturaleza, adquisiciones de bienes y servicios, expropiaciones de propiedades productivas, control del comercio exterior, control de la gestión de empresas estatales en los diferentes sectores productivos etc. e.) Aumento rápido del costo de la canasta familiar f.) Crecimiento del sector informal. Se estima en alrededor del 45% de la Población Activa g.) Deterioro progresivo de la prestación por el estado de servicios sociales en los campos de salud, educación, transporte, seguridad e infraestructura h.) Elevada inseguridad personal, elevada tasa de homicidios por cada cien mil habitantes, extensión incontrolada del hampa, de organizaciones hamponiles, del pranato y, en general, aguda descomposición social i.) Aumento de la conflictividad social en diferentes formas: Paros, huelgas, protestas, saqueos etc. j.) Dificultades crecientes, -tales como colas, escasez, desaparición de líneas enteras de productos-, para la obtención de alimentos, bebidas, medicamentos, productos higiénicos etc. que demandan para su estabilidad y funcionamiento las unidades familiares venezolanas.

Esta dantesca crisis, que agrede hoy a la nación, amerita inmediata respuesta. Por supuesto que existe, se debe precisar mejor, un orden de prioridades en la oportunidad y en la forma en que debe detenerse el proceso de deterioro de la sociedad venezolana. Las preguntas son obvias: ¿Por dónde comenzar, en qué sector se debe actuar en primera instancia? A esta angustiosa cuestión se responde, generalmente que, lo primero que se debe hacer, es detener el deterioro del nivel de vida de las grandes mayorías de ciudadanos que hoy ven que cada día que pasa sus ingreso pierden poder adquisitivo, que no consiguen los bienes y servicios que requieren, que hay colas, escasez, pobreza y miseria crecientes, desabastecimiento y hambruna.

Es decir, se requiere un Programa de Urgencia Económica que corte a fondo esta situación en muy corto plazo. Pero esto, de por sí, no es suficiente; ese Programa ha de estar inscrito en otro superior, en uno de Estabilización de la Economía que restablezca los equilibrios económicos destruidos por el Régimen y erija las condiciones para que la economía comience su espiral de ascenso hacia el aumento de la producción, el empleo y la productividad. Pero, aun así, tampoco esto es suficiente: Estos dos programas han de inscribirse, a su vez, en uno superior, de Relanzamiento Activo de la Economía que deberá estar dirigido a recuperar y colocar en expansión creciente a las fuerzas productivas para que, en el mediano plazo, podamos contar con una economía diversificada, no rentista, equitativa, próspera, con elevados niveles de productividad y expectativas de avanzar en la senda del desarrollo auto sostenido, equitativo e integral que la nación aspira desde hace décadas.

Por supuesto que, paralelamente con la profunda reforma estructural de lo económico y de lo socio-económico, hay que actuar sobre la reinstitucionalización del sistema político. Trabajar hacia una democracia integral y respetuosa del estado de derecho ha de ser la meta. Una democracia de participación, con un potente tejido de instituciones intermedios entre el ciudadano y el estado. Una democracia que equilibre la distribución de poderes entre el Estado y las regiones; que fortaleza la división de poderes haciendo vigente las tareas que cada uno de ellos debe desempeñar de acuerdo a la Constitución. Una democracia Integral que garantice la realización de la vocación personal de cada uno y la construcción de las condiciones que permitan alcanzar el Bien Común de la nación. Una democracia que rescate el valor del trabajo como elemento fundamental del progreso de los pueblos y como eje central alrededor del cual se deberán reconstruir las relaciones productivas de la sociedad.

Pero, para avanzar en esta dirección, ha de abrirse la puerta que conduce a ese camino. La llave de esa puerta está constituida, en nuestra opinión, por un imprescindible relevo en el gobierno de la República; y la razón elemental para esta explicita declaración es que, a partir de los actuales compromisos políticos e ideológicos del Régimen, no es posible soñar, ni tan siquiera, desarrollar un orden democrático, equitativo y participativo ni tampoco modificar parar avanzar la estructura productiva y hacer marchar a la economía hacia otra etapa superior. Así, que los profundos cambios económicos, políticos y sociales que aspiramos han de ser posibilitados y permitidos por un cambio inmediato en el Gobierno de la nación. La vía constitucional, pacífica y democrática, el RR, está disponible luego de grandes luchas y sacrificios parar abrir el futuro de la nación.

Fuentes:
http://americanuestra.com/abdon-vivas-teran-caracterizacion-de-la-crisis-actual/
http://opinionynoticias.com/opinionpolitica/28525--abdon-vivas-teran
Fotografías: Tomadas de la red. Las dos últimas:  https://cubanosporelmundo.com/blog/2016/06/07/violencia-sin-fin-52-saqueos-y-un-muerto-en-venezuela/saqueos-en-venezuela-imag3n/  y  http://laportadacanada.com/noticia/el-hambre-y-los-saqueos-se-toman-a-toda-venezuela/3740

lunes, 6 de junio de 2016

SI PRENDIESEN, NI LOS MOTORES ALCANZAN



LA RAZÓN, Caracas, 5 de junio de 2016
Tamara Herrera: Urge un programa económico coherente
Mónica Duarte

La economista y directora de Síntesis Financiera, Tamara Herrera, advierte que Venezuela vive el peor momento de su crisis económica por la baja producción interna que exacerba cada vez más la inflación. “El Gobierno está acorralado políticamente pero el país entero está subyugado, sometido y debilitado económicamente por un modelo errado y antiguo”.
Herrera agrega que es importante el pago de la deuda porque “Venezuela no se pude dar el lujo de tener más problemas con el mercado mundial” al no tener una soberanía alimentaria real y depender de las importaciones y las transacciones comerciales con el exterior.
¿Cuáles son las implicaciones reales de esta crisis económica?
Creo que la gravedad de la situación nacional es tan grande que hay mucha acumulación de problemas unos sobre otros, que durante años advertimos los economistas que ocurrirían. Y ahora están todos gracias a una irresponsable terquedad desde el mismísimo noviembre de 2012 cuando el ministro Jorge Giordani dijo que iba a profundizar este modelo económico, que en realidad es un modelo político de consecuencias económicas que se han cosechado a gran velocidad en este momento.
¿Qué es lo más grave que enfrenta el Gobierno venezolano: la inflación interna o la deuda externa?
Se corre el riesgo de dejar de lado la complejidad, profundidad y orígenes de la dramática situación que se está viviendo al plantear un falso dilema de si es más importante subsanar el hambre que pagar la deuda a los tenedores de bono. Porque dejar de pagar esa deuda tendría unas consecuencias de agudización mayores en los niveles de desabastecimiento y aislamiento internacional que se está produciendo. Las graves consecuencias de un default es que el crédito no va a venir ni en bonos ni en forma comercial para el gobierno hasta que no se aclare el panorama. Hacer una escogencia de ese tipo significa agravar y caotizar una situación que ya se está deteriorando cada vez más aceleradamente.
Lo que se tiene que hacer, y que es lo que se supone que está buscando hacer el Gobierno y Pdvsa, pero que todavía no tenemos noticia de éxito, es buscar un reperfilamiento de la deuda que vence este año. Pero ese no es el único problema que tenemos. Pagar esa deuda significa tener tres millardos, pero por el otro lado hay un problema de desabastecimiento y funcionamiento económico de una envergadura muchísimo mayor. Hay que tocarlo y abordarlo con seriedad en un programa económico que sea coherente y yo eso no lo veo todavía.
¿Qué significaría este reperfilamiento de la deuda?
Es una forma sensata de decirle a la gente que aunque toca pagarles una cantidad de dinero el 28 de octubre y el 2 de noviembre, no se va a tener caja ni se va a tener efectivo para pagar, por lo que se les propone que, en lugar de tener que pagar completo, se paga solo una parte y se entrega otro papel, otro bono, que es pagadero en el futuro, para tener chance de un precio del petróleo más favorable para nosotros o que ya se hayan arreglado los otros problemas para poder honrar los compromisos. Lo que eso exige es que se incluya un atractivo especial, en eso consisten precisamente las negociaciones, en ver qué es lo que resulta atractivo en el canje de papeles que se vaya a proponer. El atractivo podría estar en el cupón, es decir en la tasa de interés, o puede ser garantías asociadas al título que mejoran a medida que suben los precios del petróleo. Hay muchas formas y se supone que Pdvsa ya está encargada de ellas.
El Gobierno está plenamente consciente de que tiene que llegar a un acuerdo con estos acreedores para no entrar en más problemas externos. Venezuela no se pude dar el lujo de tener más problemas con el mercado mundial, porque no tiene autonomía alimentaria ni de ningún tipo. A lo largo de todos estos años lo que hizo fue exacerbarse la dependencia del petróleo, malgastarse y no invertirse, al punto que Venezuela se puede morir de hambre si tú la aíslas internacionalmente. Pdvsa debería haber tenido el dinero, pero el desmanejo ha sido tan grotesco que no tiene ni para pagar el crudo que necesita para producir internamente. Si no se paga, Pdvsa no podría ni mover ni pretender producir, entraría en una parálisis, aunque ya está casi en absoluto estado de desmoronamiento operativo y caída de su estado financiero. Tiene deudas acumulada, no solo con los tenedores de bonos; también le adeuda a los proveedores.
Pero, ¿qué tanto de la crisis se puede atribuir de la baja de los precios del petróleo?
La caída de los precios del petróleo lo que hizo fue precipitar una situación de vulnerabilidad absolutamente alimentada en los años previos. Se tiene un sector económico y una manufactura a la que conscientemente se le impuso una carga hasta debilitar su funcionamiento, hasta quitarle cualquier vestigio de competitividad que pudiese servir para exportar, y ahora necesitas hacer devaluaciones monstruosas para que algunos puedan comenzar a exportar unas pequeñas cantidades. Es una situación de debilitamiento total de la estructura productiva en la que hay una altísima dependencia de las importaciones, porque se construyó un funcionamiento económico que solo era sostenible con precios de petróleo crecientes, y ya no solo altos. Cuando el petróleo se detuvo en 2011 y 2012 en 100 dólares por barril, ya Venezuela estaba presentando problemas de déficit de caja en dólares, pero la gente no se percataba y desde ese mismo momento comenzaron a realizarse atrasos en los pagos a las industrias y los proveedores, y ahora resulta que Venezuela no tiene credibilidad alguna para atraer cosas que se necesitan con apremio.
¿Con las nuevas normativas del Dicom, próximas a anunciarse, se va a poder lograr una apertura mayor de las divisas?
No se qué tan lejos están en capacidad de llegar. Percibo al ministro Pérez Abad haciendo toda clase de esfuerzos muy focalizados y graduales, bastante lentos, salvo el de devaluación del Dicom, que va acelerado. Percibo que él está tratando de resolver solo un área de desequilibrio y crear una especie de pecera aislada, y la verdad es que es una pecera muy pequeña para la magnitud de los problemas que tiene Venezuela. Todo lo que se está haciendo es muy racional, pero está ocurriendo en una parcela reducida y el problema nacional que es muchísimo más grande está por fuera.
Incluso, si llegan a conocerse las condiciones de operaciones del nuevo mercado Dicom habría que evaluar qué tan flexible es. Por ahora lo correcto ha sido aproximar ese tipo de cambio a un mercado paralelo que ha ido convergiendo hacia abajo. La gran pregunta es qué van a hacer después para que operativamente este sistema sea una opción para que cualquier persona o empresa pueda proveer sus dólares a tasa Dicom sin riesgo. Porque desde finales del año pasado, con la reforma a la Ley Orgánica de Precios Justos, se empezó a penalizar la referencia en los costos a cualquier insumo que se importaba con precio del mercado paralelo. En ese momento todas aquellas empresas que no tenían precios congelados, pero que consideraban que podían seguir operando y vendiendo si conseguían divisas a esos precios, se detuvieron porque había riesgo de cárcel. Eso fue ratificado con la reforma de la Ley cambiaria el 30 diciembre cuando se introduce esa penalización. Y desapareció un espacio de oferta de divisas que estaba haciendo funcionar a no pocas empresas en el país. Agravaron por decreto y por ley la situación de escasez nacional en casi todas las otras esferas no reguladas.
Ahora, si el Dicom llega a acercarse más al paralelo podría verse el sentido a vender y proveer divisas a una tasa que no tenga riesgo legal. Lo que no se sabe es cuánta oferta pueda aparecer para abastecer ese sistema. Nosotros pensamos que ese mercado va a ser pequeño de cara a la magnitud de las necesidades del país. En la medida en la que se empiecen a trasladar bienes del Dipro, que sigue estando absurdamente bajo en 10 bolívares, al régimen de Dicom, que parece es lo que quiere Pérez Abad, se tienen que autorizar nuevos aumentos de precio, si es que participan industrias cuyos productos finales están bajo regulación.
¿Pero entonces las industrias estaban produciendo y vendiendo al tasar sus productos al precio del mercado paralelo?
Claro, de hecho habían algunas industrias que tenían acceso a tasas preferenciales y el tipo de cambio paralelo solo les afecta indirectamente en la medida que aumentan los costos de otros bienes y productos en el país y con ello la inflación. Pero quien tiene que importar insumos y el sistema de cambio no brinda las divisas necesarias ni siquiera para lo que es prioritario, entonces necesitan ir a buscar las divisas donde teóricamente no hay y por supuesto tienen un precio mucho mayor que es la típica e inmediata consecuencia de un sistema de control de cambio.
¿En Venezuela cuáles han sido los factores verdaderamente dinamizadores de la inflación?
La inflación tiene diversos determinantes y Venezuela tiene todas las vertientes de inflación funcionando. Uno es el control de precio rígido, que cuando se establece tiene un primer efecto antiinflacionario, pero después cuando se hace más rígido se rezaga y empieza a dificultarse la producción de la mayoría de los bienes. No se puede pretender que se mantenga la producción con pérdidas, porque las pérdidas son tolerables por un determinado momento pero luego las empresas no se pueden sostener y con ellas sus empleados, proveedores y todos los involucrados. En el país el control se fue haciendo más extendido y más profundo en lugar de flexibilizarse; eso es un inhibidor de la oferta que genera escasez y esta, a su vez, es una multiplicadora de precios.
Después se tuvieron dificultades en el acceso a las divisas. La oferta de divisas comenzó a disminuir y esto dificultaba la obtención de los insumos a costos oportunos e incluso la no obtención y por consiguiente la no producción. Otro elemento es el de los costos de los bienes importados que empiezan a verse reflejados al costo del dólar paralelo, aunque el oficial estuviese anclado en 6,30 bolívares por tanto tiempo.
Todo esto es del lado de la oferta y costos, y del lado de la demanda ocurrió que frente a esta oferta tan rígida tuviste una expansión monetaria, que es la creación de dinero para dar ilusión monetaria en la gente con sucesivos aumentos salariales que nunca logran nada y terminan intentando perseguir los niveles de inflación. Entonces se presiona la demanda cuando se tiene todo un modelo económico que reprime la oferta y es imposible que haya un resultado distinto a la inflación.
¿Tienen cálculos propios de la inflación acumulada y proyecciones para 2016?
Según nuestros cálculos la inflación va estar por el orden de los 600%, esto como un Índice General de Precios al Consumidor, pero hay sectores que podrían aumentar más.
Entonces, ¿ya pasó lo peor de la crisis económica o está por venir?
Está absolutamente en pleno y desbocado desarrollo, porque con muchísimo dolor no logro ver nada que me convenza de que va a aumentar la oferta y aumentar la producción de bienes, que es lo más importante. Un ejemplo es que la inflación en los meses de abril y mayo fue mucho más elevada que las anteriores, a pesar de que el tipo de cambio se mantuvo estable, e incluso declinó, y a pesar de que la expansión montería estaba en tasas altas pero no crecientes, es decir también se estabilizó la tasa de liquidez. Esos factores podrían estar funcionando como atenuantes de la inflación mensual, pero nosotros observamos que ha habido una mayor aceleración en el aumento de precios y es porque el determinante de inflación con mayor incidencia en este momento es la escasez. Y no se ve una acción por parte de las autoridades económicas clara, consciente, contundente e inserta en un plan propiciando el aumento de la producción, no hay nada a la vista y si eso es así quiere decir que las dificultades económicas que estamos viviendo quedan igual en el mejor de los casos.
¿Cómo evalúa el desempeño de los motores productivos que ha anunciado el Gobierno?
Cualquiera de esos motores, en el supuesto de que arranquen, no alcanzan para resolver ni la décima parte del problema de desabastecimiento que tiene el país. Aquí la industria manufacturera que alimenta a la población, y representa el 85% del abastecimiento nacional de alimentos, el Gobierno la ha estado deteriorando hasta llevarla a la cuasi parálisis en la que se encuentra. No se puede convertir a la industria en un enemigo, porque significa que estás aniquilando las posibilidades de alimentar apropiadamente al país.
El Gobierno también ha anunciado que bajará las importaciones a 15.000 millones de dólares ¿Esta nueva medida logrará recortar el déficit fiscal?
El Gobierno necesita que este año las importaciones sigan cayendo y eso no va a mejorar la situación en relación al año pasado, que ya está mucho peor. Además, la importación está prácticamente paralizada en términos operativos y aun así no se ha logrado apartar el dinero para pagar las obligaciones y las mínimas importaciones que se hacen. Tenemos un cúmulo de problemas de mora con créditos comerciales, proveedores de servicios y hasta en la industria petrolera.
¿El gobierno chino podrá seguir dando prestamos como se espera?
China es un contribuyente importante del déficit de caja del Gobierno y ha venido adquiriendo una importancia crucial dada la gravedad y la situación cuasi miserable de los activos externos de Venezuela. Lo lógico es que entren esos 5.000 millones de dólares que han estado entrando cada uno de estos años. Pero me parece que China se cuida de no aumentar demasiado su exposición a riesgo en Venezuela, pero tampoco puede darse la vuelta e irse porque también tiene que perder si lo hace, entonces se va a mantener allí prestando y beneficiándose de estos créditos con importaciones país y proyectos de infraestructura.
¿Qué papel juegan los subsidios en esta dinámica económica? ¿Se tienen que reducir?
Las economías necesitan subsidios porque mientras no se logre subsanar las desigualdades en la población se tiene que subsidiar de diferentes maneras. La forma de los subsidios que eligió el modelo de la revolución es través de los bienes casi gratuitos y resulta que lo que sirvió es para generar una corrupción increíble, un tráfico y desvío de los bienes subsidiados con lo cual no se terminó de ayudar los suficiente, porque ya no se tiene la misma abundancia de dólares por la caída del petróleo y ya no se pueden pagar. Por eso es que los subsidios tiene que ser realistas y preferiblemente en dinero.
¿En cuánto tiempo se podría recuperar el poder adquisitivo del salario venezolano?
Para eso se necesita estabilizar y ordenar al país, hay que aplicar un programa serio que se deslastre de todos los principios destructivos de la economía que han imperado hasta ahora. Cuando eso se haga, y se haga bien, se van a empezar a ver los resultados en un lapso de dos años. Pero va tener primero un costo y para eso es importante obtener financiamiento que ayude a compensar parte de los impactos, cuando se tengan que corregir los precios de los controles. Y partir de ese momento, con un Gobierno con credibilidad, los capitales van a estar dispuestos a venir a invertir a Venezuela.
Fuente:

domingo, 19 de abril de 2015

CAZA DE CITAS






"Este desplazamiento [de las organizaciones empresariales históricas por otras leales] ha sido facilitado por las debilidades estructurales acumuladas por la economía venezolana, así como por la complejización y diferenciación de intereses en el seno de la principal asociación empresarial venezolana, Fedecámaras, a lo largo de las últimas décadas"

Nelly Arenas

("Las organizaciones empresariales venezolanas bajo el gobierno de Hugo Chávez", en:  Cuadernos del CENDES, Caracas, nr. 71 de 2009: 24)

Reproducción: Aporte de José Alberto Olivar, bajo el siguiente comentario: "Oculto tras bambalinas" (El Diario de Caracas, 03&02/1989).

lunes, 4 de noviembre de 2013

ESTUPIDOMÉTRICAMENTE, NOSOTROS

EL NACIONAL - Lunes 04 de Noviembre de 2013     Mundo/9
ANÁLISIS Índice de Prosperidad Legatum 2013 analiza la situación de 142 países en el mundo
¡Es el Estado de Derecho, estúpido!
El estudio destaca la importancia de la democracia para alcanzar el desarrollo
JEFFREY GEDMIN PRESIDENTE Y CEO DEL INSTITUTO LEGATUM PROJECT SYNDICATE

"Es la economía, estúpido" ha sido un mantra político por más de dos décadas. Hoy en día, la frase se repite hasta la saciedad en los debates sobre el desarrollo. Pero hacer que los países prosperen no es tan simple.
Hay una gran cantidad de literatura que describe los diversos factores que determinan la prosperidad. En su libro "¿Por qué fallan las naciones?" publicado en 2012 y ampliamente discutido, el economista Daron Acemoglu y el politólogo James A. Robinson enfatizan en la importancia de que las instituciones políticas y económicas sean inclusivas. De acuerdo con el nuevo libro "El Gran Escape" del economista Angus Deaton, la salud es un elemento clave.
El recientemente publicado Índice de Prosperidad Legatum apunta a otra condición fundamental para el éxito: el buen gobierno y el Estado de Derecho. Como lo señala Nathan Gamester, director del programa Legatum: "Vale la pena ser una democracia." De hecho, como se muestra en el estudio, 27 de los 30 países más prósperos del mundo son democracias. Cosa contraria sucede con los 30 menos prósperos, donde la democracia parece brillar por su ausencia.
Merece la pena tener en cuenta las diferencias de desarrollo entre los distintos países de África. Existen naciones como Botswana que tienen gobiernos que rinden cuentas a su pueblo, donde hay respeto por la ley, derechos de propiedad y poderes judiciales independientes y establecidos, a los que les va mucho mejor que sus contrapartes. Pero la mayoría de los países del continente caen en la categoría contraria, pues 24 de los 30 países que están por debajo del Índice de Prosperidad se encuentran en África subsahariana.
La mayoría de estos países sufren una importante déficit democrático. En Guinea Ecuatorial, por ejemplo, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, ha estado en el poder desde 1979 , lo que lo convierte en el gobernante del continente con mayor tiempo en el poder. En la mayor parte del tiempo de su mandato, su régimen ha logrado convertir a un pequeño país rico en petróleo, en un desastre desde el punto de vista del desarrollo. La mayoría de los ciudadanos de Guinea Ecuatorial han estado severamente limitados al acceso de agua potable, de educación y de atención sanitaria. El país tiene, además, una de las tasas de mortalidad infantil más altas del mundo, uno de cada cinco niños muere antes de cumplir cinco años de edad.
A pesar de estos ejemplos - de los cuales hay muchos existe una escuela de pensamiento que sostiene que las fallas en la inclusión en el proceso democrático obstruye el desarrollo económico. Por supuesto, es cierto que la democracia no siempre es eficiente basta con preguntar a un estadounidense, cuyo gobierno fue cerrado recientemente por 16 días y casi enfrenta la cesación de pagos de su deuda como consecuencia de desacuerdos políticos partidistas. Pero los sistemas democráticos basados en el buen gobierno y el Estado de Derecho son más conducentes a la prosperidad que cualquiera de las alternativas.El inédito crecimiento económico de China, que ha sacado a cientos de millones de personas de la pobreza en las últimas tres décadas, fue el resultado de la descentralización económica y de mercados más libres y competitivos, y no, como algunos pretenden argumentar, de una planificación inteligente del gobierno.
Es predecible que el futuro de China se caracterice por una mayor democracia y el fortalecimiento del Estado de Derecho, de lo que se encargará la clase media emergente. Este cambio va a ser vital para consolidar y construir sobre las ganancias económicas.
En América Latina, la consolidación de la democracia en las últimas tres décadas ha avanzado de manera acompasada con el desarrollo económico. Chile, Costa Rica y Uruguay tienen historias positivas que contar en el Índice de Prosperidad de este año.
El hecho es que cuando el gobierno es eficaz y el Estado de Derecho es fuerte, cosas positivas suceden en otras áreas, incluyendo en la economía.
Los botsuanos, por ejemplo, reportan altos niveles de confianza en las elecciones de su país ( 83%, en comparación con el promedio de la región subsahariana que da 47 % de credibilidad a los comicios) y en el sistema judicial ( 83 % frente a 53 %).
En ese país se están dando importantes progresos, como ejemplo, se ha duplicado en los últimos dos años el número de personas con teléfonos celulares (¿Se imaginan una economía próspera y sin comunicaciones modernas?) Y el éxito del crecimiento de las empresas se está dando como consecuencia de la reducción de los costos para su creación en comparación con 2010, lo que ha dado a los empresarios la confianza para pedir préstamos, contratar a más empleados y tomar riesgos calculados en su camino hacia el crecimiento.
Si bien no hay una receta única para la prosperidad, es evidente que el establecimiento de sistemas bien manejados y guiados por principios democráticos es una ruta eficaz para el progreso en la educación, la salud y la seguridad, sectores cruciales. Al poner de relieve los factores que se correlacionan con el éxito, el Índice de Prosperidad Legatum debería estimular a gobernantes y ciudadanos para reconsiderar sus prioridades.
Si cabe recoger sólo una idea del índice de este año, debería ser la siguiente: "Es la gobernanza y el Estado de Derecho, estúpido."
Traducción: ANNA CAROLINA MAIER

EL NACIONAL - Lunes 04 de Noviembre de 2013     Mundo/9
Venezuela en nivel medio bajo
ALEJANDRO HINDS

El Índice de Prosperidad 2013 del Instituto Legatum coloca a Venezuela entre los 41 países con nivel medio bajo, además de dejarla en el puesto 14 entre 19 naciones de América Latina evaluadas.
Venezuela ocupó la posición 78 entre los 142 países tomados en cuenta para elaborar el índice, liderado por Noruega, Suiza y Canadá y encabezado en la región por Uruguay, único país latinoamericano en el nivel alto al obtener el lugar 30.
Costa Rica (31), Chile (35), Panamá (40), Argentina (45), Brasil (46), México (59), Colombia (67), Paraguay (68) y República Dominicana (70) fueron los países de la región en el nivel medio alto.
Nicaragua (73), Ecuador (74) y Perú (75) tienen mejores ubicaciones que Venezuela, pero la acompañan en el nivel medio bajo, al igual que El Salvador (85), Bolivia (86), Guatemala (90) y Honduras (96).
Haití es el único país latinoamericano en el nivel más bajo del índice, al ocupar la posición 134, sólo por delante de Guinea, Yemen, Togo, Burundi, Afganistán, República Democrática del Congo, República Centroafricana y Chad.
El Instituto Legatum elabora el Índice de Prosperidad con los resultados obtenidos durante los últimos cinco años en ocho indicadores: economía, emprendimiento, gobernabilidad, educación, salud, seguridad, libertad personal y capital social.
Venezuela figuró en el nivel medio alto en educación (58), economía (60), capital social (68) y salud (69), pero estuvo en el medio bajo en libertad personal (84), emprendimiento (89) y seguridad (110), y entre los peores en gobernabilidad (127).

viernes, 6 de septiembre de 2013

INDICADORES

EL NACIONAL - Lunes 06 de Mayo de 2013     Opinión/8
Desequilibrios
Muchas de las medidas correctivas de los desequilibrios existentes tendrán repercusiones inflacionarias y recesivas, las cuales serán difíciles de evitar
PEDRO A. PALMA

La economía venez-lana se encuentra en una situación crítica debido a la concurrencia de varios desequilibrios que la aquejan y que hay que corregir, tarea nada fácil y compleja que hay que acometer, pues su postergación agravaría los problemas, con consecuencias cada vez más negativas. Ello exige la implementación de una serie de medidas que se reflejarán sobre variables clave, como la inflación, la producción, el empleo y la calidad de vida, particularmente en el corto plazo.
Esos desequilibrios están presentes en las finanzas públicas, en el área cambiaria, en los mercados monetario y financiero, en las actividades productivas y de distribución, y crean severos problemas de desabastecimiento, en la industria petrolera, y en la economía real, esto último debido a las limitaciones del aparato productivo interno para satisfacer la demanda, lo cual aumenta la dependencia de las importaciones.
Por razones de espacio, sólo me referiré a los dos primeros de esos problemas. El desequilibrio de las finanzas públicas se ha producido por el manejo irresponsable de los recursos del Estado durante mucho tiempo, particularmente en los últimos años, en los que el Gobierno ha gastado en forma disparatada, ignorando las reglas fundamentales de prudencia y control que se deben observar en esta materia.
Eso ha generado grandes déficits debido a que los gastos exceden los ingresos ordinarios en cantidades crecientes, al punto de que las necesidades de financiamiento del sector público en su conjunto en 2012 se calculan conservadoramente en un monto equivalente a 15% del PIB. Ello ha hecho que el endeudamiento, tanto externo como interno, haya crecido intensamente, con el agravante de que el BCV se ha transformado en el principal financiador local de las empresas públicas.
De hecho, el año pasado Pdvsa acudió al instituto emisor en busca de un masivo financiamiento, a pesar de estar vendiendo el petróleo al mayor precio histórico. Entre los correctivos al desequilibrio fiscal están la racionalidad del gasto público, el posible incremento de impuestos como el IVA, la implantación de nuevos tributos como el que pecha los débitos bancarios, el aumento de las tarifas de los servicios públicos, la revisión de los precios de bienes públicos como la gasolina, la racionalidad del endeudamiento, así como el ajuste periódico del tipo de cambio oficial, lo cual, además de generar ingresos para el fisco, corrige la sobrevaluación de la moneda.
El desequilibrio cambiario que hoy se vive, y que se manifiesta por la escasez de divisas, por la sobrevaluación y por el precio dislocado del dólar en el mercado paralelo, lleva a la necesidad de tomar una serie de acciones dentro del esquema de control de cambios que el Gobierno insiste en mantener.
Entre éstas están los ajustes periódicos del tipo de cambio oficial con el fin de corregir la elevada sobrevaluación, que aún persiste después de la última devaluación a 6,30 bolívares por dólar, destrabar el suministro de divisas preferenciales, legalizar el mercado paralelo y actuar sobre él con el fin de cerrar la enorme brecha entre los tipos de cambio oficial y libre, para lo cual es necesario restringir la liquidez que se pueda canalizar hacia ese mercado para la adquisición de dólares. Todo lo anterior, obviamente, exige que el BCV disponga de una mayor cantidad de divisas para ofertar, para lo cual se necesita aumentar el flujo de moneda extranjera hacia el país y cambiar la asignación de divisas, al reducir las asistencias financieras a otras economías y minimizar la canalización de recursos hacia fondos como el Fonden.
Muchas de las medidas correctivas de los desequilibrios existentes tendrán repercusiones inflacionarias y recesivas, las cuales serán difíciles de evitar. Al igual que una persona que enferma de gravedad, una economía que adolece de los desequilibrios descritos tiene que someterse a terapias molestas, pero necesarias.

miércoles, 10 de julio de 2013

BREVE CURSO DE HISTORIA ACTUAL

EL NACIONAL - Miércoles 10 de Julio de 2013     Estrategias/5
Entrevista Pedro Palma
«Con el Fonden saquearon al Banco Central y a Pdvsa»
El economista critica el mal uso que ha hecho el Gobierno de los recursos, porque no se ha traducido en calidad de vida para los venezolanos. Asegura que deben abrirse opciones para oxigenar el mercado cambiario y así evitar un tsunami económico
BLANCA VERA AZAF

La experiencia del economista Pedro Palma abarca la docencia, la investigación, la asesoría e incluso las comunicaciones. Fue el primer economista que condujo un programa de televisión en horario estelar.
Un impecable currículum lo llevó a ser parte de la Academia de Ciencias Económicas.
Claro, didáctico, pero sobre todo sencillo, el especialista conversa en una mañana caraqueña ­con el Ávila a la espalda­ sobre la espiral inflacionaria, la escasez de productos, la delincuencia y la ausencia de servicios públicos de calidad.
Palma tiene la autoridad suficiente para preguntarle al Gobierno qué hizo con los 500 millardos de dólares en obras sociales que ­en teoría­ se invirtieron en bienestar social. "Dónde están los servicios públicos de calidad, los hospitales y las escuelas del primer mundo". Pero va más allá y afirma que ha habido un desmantelamiento en el Banco Central de Venezuela y en Petróleos de Venezuela. Sin reparo alguno asegura que el Fonden debe ser eliminado por tratarse de una caja negra que ha recibido más de 105 millardos de dólares y no se sabe en qué fueron utilizados.
--¿Cómo percibe los esfuerzos del Gobierno para flexibilizar la política cambiaria? --El Estado está tomando conciencia sobre la gravedad de las trabas cambiarias y la necesidad de resolverlas, y por eso el nuevo Convenio Cambiario N° 22. La interpretación es que el Gobierno está tratando de buscar un mecanismo para alimentar de divisas el mercado, con el fin de solucionar los severos problemas de escasez que se traducen en presiones inflacionarias que están fuera de control.
--¿Por qué no levantar el control de cambio de una sola vez? --El Gobierno piensa que gobernar es controlar y creer que estaría inclinado a levantarlo es poco probable. Pero además hay experiencias recientes en Venezuela de levantamiento de un día para otro del control como se hizo con Recadi en 1989 y la OTAC en 1996. Allí se unificaron los tipos de cambio al mercado paralelo y trajo como consecuencia un tsunami porque se produjo una maxidevaluación que generó ajustes de precio fuera de control.
--Alta inflación, escasez, caída del gasto público. ¿No es acaso esto un tsunami? --Las cosas que suceden ahora son exactas a los primeros meses que precedieron el desmantelamiento de los controles de cambio de Recadi y la OTAC y eso es grave porque si no se toma conciencia muy probablemente caeremos en un tsunami cambiario.
--¿Es inevitable? --Creo que todavía hay espacios para tomar medidas que lo eviten.
--¿Qué lo lleva a pensar eso? --Ciertamente el Gobierno sabe que debe evitar ese tsunami. Lo más inminente es hacer cosas en materia cambiaria, pero hay que destrabar la falta de divisas. Yo creo que son importantes las acciones que se están emprendiendo como la de permitir y estimular la oferta de divisas, pero eso no basta. Es fundamental legalizar el mercado paralelo para estimularlo. Otros colegas y yo hemos propuesto que Pdvsa ofrezca una parte de sus divisas en ese mercado.
Esto le convendría a la petrolera que busca financiamiento desesperadamente para sus operaciones porque por cada dólar vendido obtendría más bolívares que los que recibe vendiéndoselos al BCV a 6,30 bolívares.
--¿Incluiría además al mercado paralelo, al Sicad? --Si, Pdvsa puede ofrecer otra parte en el Sicad y otra al tipo de cambio oficial, pero se le debe permitir tener más flexibilidad en la venta de las divisas.
--Habla de abrir el mercado secundario. --Sin duda, pero legalmente sin cometer un ilícito cambiario. Para eso hay que estimular una oferta de divisas que fluya hacia ese mercado.
También se deben suprimir las obligaciones de reservas internacionales excedentes al Fonden y reducir o eliminar las transferencias de Pdvsa a este y a otros fondos; así se liberan recursos para que sean vendidos al BCV. Asimismo, se debe permitir a los exportadores privados que vendan sus dólares en el mercado paralelo. Obviamente también a las personas naturales y a las empresas que los ofrezcan libremente. Todo esto llevaría a una convergencia de los tipos de cambio. Se reduciría la cotización del paralelo y no se tendría un dólar tan bajo.
--Usted habla de la reducción de los aportes de Pdvsa, pero ya se hizo una modificación de la Ley sobre Precios Extraordinarios y Exorbitantes. --Resulta curioso que cuando se ven los aportes en 2012 se observa que a Pdvsa le correspondió colocar 14,7 millardos de dólares al Fonden y este le pidió los aportes en bolívares, por lo que Pdvsa se los vendió al BCV para obtener los bolívares que necesitaba el fondo. Sin embargo, después el Fonden le devolvió a Pdvsa 6 millardos de dólares y el Banco Central tuvo que sacar de sus reservas internacionales otros 6 millardos para pasárselos al fondo. Es decir, con esa ley la mitad la pagaba Pdvsa y la otra mitad el instituto emisor con reservas internacionales. De hecho, en 2012 al BCV le tuvo que transferir más de 10 millardos de dólares al Fonden. De estos, 4 millardos fueron reservas excedentes y 6 millardos de dólares por impuestos a la ganancia súbita.
Con la continuidad de ese saqueo de recursos la petrolera y al banco para transferirle al Fonden, no va a haber dólares nunca. De allí que es fundamental que las transferencias al Fonden o a otros fondos se reduzcan
--¿Quiere decir que hay que eliminar el Fonden? --Si. Con el Fonden saquearon al BCV y a Pdvsa. En siete años los aportes sumaron 105 millardos de dólares.
--¿Por qué cree que no se toman decisiones rápidamente y de manera acertada? --Posiblemente priva lo ideológico sobre el pragmatismo.
El Gobierno lleva 14 años en el poder y nos ha acostumbrado a que gobernar es mandar, controlar, penalizar y amedrentar y no se han dado cuenta de que ese no es el mecanismo. Siempre insisto en decir que en política económica una cosa es querer hacer y otra poder hacer. Nosotros dependemos de la disponibilidad de divisas que no las producimos sino que proceden del exterior por venta de crudo o endeudamiento.
Cuando se distorsionan los procesos de una manera tan brutal con saqueos de reservas internacionales y de Pdvsa para financiar gasto a discreción por parte del Presidente ­sin rendir cuentas a nadie­ el manejo de esos dólares no es el óptimo.
--¿Cómo ve la situación económica del país? --Es una situación tremendamente difícil porque está caracterizada por desequilibrios muy profundos que hay que atender porque no hacerlo sería profundizarlos más y llegar a un ambiente de insostenibilidad. Las consecuencias pueden ser devastadoras. El Gobierno gasta más de lo que le ingresa. Las necesidades de financiamiento del sector público en su conjunto se calculan entre 15 y 19 puntos del PIB. La demanda de divisas, además, supera ampliamente la oferta: Existe un desequilibrio en el mercado monetario y financiero porque la política de gasto ha inyectado masivamente bolívares a la economía. La banca tiene excedentes descomunales y de allí la capacidad de crédito ilimitado, pero también genera problemas porque buena parte de esos bolívares se está canalizando hacia el mercado negro y por eso la cotización está en niveles tan exorbitantes. Todo esto genera presiones inflacionarias.
--¿La debacle incluye a Pdvsa? --Si, Pdvsa cada vez produce menos y los compromisos que se le imponen son cada vez mayores. La petrolera produce 2,7 millones de barriles diarios y en el mejor de los casos 1,3 millones le generan flujo de caja. Lo demás lo manda a Petrocaribe, Cuba y China que no le generan flujo de caja, de allí que sus ingresos de divisas estén severamente restringidos. No llegan a 50 millardos de dólares.
Fotografía: Leonardo Noguera.

lunes, 22 de abril de 2013

ECONÓPOLIS (1)

EL NACIONAL - Lunes 08 de Abril de 2013     Opinión/10
Antagonismo y balance económico (I)
Keynes propuso que al Estado le tocaba jugar un papel fundamental a través de la implementación de una política de gasto público
PEDRO A. PALMA

En uno de sus recientes artículos, Paul Krugman, destacado economista norteamericano, describía con claridad la polémica del análisis macroeconómico que se desarrolló durante el siglo XX.
Al estallar la gran crisis de los años treinta poco era lo que aportaban los economistas predominantes de la época, llamados los neoclásicos, en la búsqueda de la vía para abatir la profunda depresión que se vivía. Fue entonces cuando el genial economista inglés John Maynard Keynes planteó una revolucionaria solución que ayudó a sacar la economía del marasmo en que se encontraba. Contrario a lo que decían los neoclásicos, quienes sólo sugerían paciencia para que la economía por la acción de sus fuerzas naturales solventara el problema, Keynes propuso que al Estado le tocaba jugar un papel fundamental a través de la implementación de una política de gasto público francamente expansiva para la construcción de obras públicas que generaran empleo, lo cual, a su vez, estimularía el consumo privado y con él la producción, ya que las fábricas, que se encontraban paradas por falta de mercado, comenzarían a producir de nuevo, contratando a su vez a nuevos trabajadores que también consumirían más, reforzándose así la recuperación. El éxito de esa receta consagró la política fiscal como la vía para resolver los problemas de recesión económica, quedando la política monetaria verdaderamente relegada. El dinero no importaba, se pensaba.
Un extenso estudio realizado por Milton Friedman y Anna Schwartz, titulado Una historia monetaria de los Estados Unidos 1867-1960 , publicado a comienzos de la década de los sesenta, buscaba reivindicar la relevancia de la política monetaria, transformándose en uno de los pilares centrales de una nueva escuela de pensamiento económico, la escuela monetarista, abanderada por Friedman y basada en la Universidad de Chicago. La misma sostenía que era precisamente la manipulación de la oferta monetaria la que realmente influía en el comportamiento de la economía, y ratificaba que una expansión excesiva de medios de pago producía inflación, un fenómeno típicamente monetario.
Los seguidores de las ideas de Keynes, también conocidos como los post keynesianos, afrontaron nuevos problemas, ya que una vez vencida la depresión por la vía de la expansión fiscal, el mantenimiento de esa política de gasto público creciente a la larga llevaba a situaciones cercanas al pleno empleo donde escaseaban los factores de producción, limitándose cada vez más las posibilidades de aumento de la oferta de bienes y servicios que se requería para satisfacer la creciente demanda. El resultado obvio era la inflación, haciéndose entonces necesario el freno del consumo para evitar que los precios siguieran subiendo. De esta forma se caía en el dilema de que la cura de la recesión a la larga generaba inflación, y la reducción de ésta exigía restricción fiscal y monetaria, generándose recesión.
Fue así como surgió el antagonismo de las dos escuelas, por una parte, la post keynesiana que defendía la política fiscal como el principal instrumento para evitar la recesión o reducir la inflación, manteniendo igualmente que las acciones de política monetaria podían jugar un papel importante y, por la otra, la escuela monetarista que postulaba que era a través de la política monetaria la única forma de influir efectivamente en la economía, evitándose la inflación a través de un control estricto de la expansión monetaria.
Sin embargo, la creencia generalizada de que la cura de la recesión llevaba a la inflación y el abatimiento de esta generaba recesión cambió radicalmente a fines de los años sesenta y comienzos de los setenta, cuando apareció un fenómeno desconocido, la estanflación, es decir, estancamiento económico conjuntamente con inflación. Se planteaba así un nuevo gran reto: cómo explicar la simultaneidad de ambos fenómenos y cómo corregirlos. Eso lo analizaremos en nuestro próximo artículo.

Breve nota LB: Para quienes entendemos demasiado poco de los fenómenos económicos, suele irritarnos una circunstancia: los economistas del gobierno no refutan concreta y específcamente a los de la oposición; y los de la oposición no refutan concreta y específicamente a los gobierno. Todo, con las excepciones de rigor.

ECONÓPOLIS (2)

EL NACIONAL - Lunes 22 de Abril de 2013     Opinión/8
Antagonismo y balance económico (II)
La economía es un balance en el que todos tienen un papel que jugar, debiéndose buscar siempre la maximización de los aciertos y la minimización de las fallas
PEDRO A. PALMA

A mediados de del siglo XX existía la creencia de que los problemas de inflación y recesión eran antagónicos y no podían coexistir, ya que el abatimiento del primero generaba el segundo y viceversa. Sin embargo, a fines de los años sesenta y comienzos de los setenta surgió la estanflación, es decir, estancamiento económico con inflación. Aparecía un nuevo gran reto: cómo explicar la simultaneidad de ambos fenómenos y cómo corregirlos.
En dos trabajos pioneros e independientes elaborados a fines de los años sesenta por Milton Friedman y Edmund Phelps, se destacó la relevancia de las expectativas en el comportamiento económico.
Sostenían ellos que en una situación de inflación prolongada los trabajadores reforzaban sus demandas salariales, para así evitar que la inflación futura esperada minara el poder de compra de sus remuneraciones. Esto, a su vez, reducía la demanda de mano de obra y generaba un mayor desempleo. En otras palabras, explicaban cómo se podría materializar un fenómeno de mayor inflación y mayor desempleo en una economía desarrollada, situación desconocida en Estados Unidos, aunque muy común en países subdesarrollados. Con la aparición de la estanflación se inició una verdadera revolución en el análisis macroeconómico, y surgieron distintas escuelas que buscaban explicar las nuevas realidades, basándose varias de ellas en las ideas revolucionarias de Friedman y Phelps.
Una de éstas, quizá la más conocida, fue la escuela de las expectativas racionales, liderada por Robert Lucas, de la Universidad de Chicago, y Thomas Sargent, entonces profesor en la Universidad de Pennsylvania y luego en la Universidad de Minnesota.
Estas escuelas sostenían que las políticas económicas implantadas por los gobiernos tendían a perder efectividad, ya que la anticipación de los agentes económicos a las medidas gubernamentales, debido a las experiencias previamente vividas, hacían que estos tomaran medidas para neutralizar los efectos de las políticas que se esperaban. Sólo en el caso de que los gobiernos tomaran medidas sorpresivas e inesperadas se podría influir sobre la economía. En otras palabras, estas escuelas minimizaban la capacidad de los Estados de influir en la economía. Con el tiempo se generalizó la creencia de que lo que manejaba la economía eran los mercados, debiendo el Estado minimizar su injerencia. Milton Friedman se transformó en el paladín de la economía de libre mercado, política aplicada en varios países en desarrollo, donde los resultados en materia de progreso social y desarrollo integral no fueron los esperados.
No tardó entonces en producirse el movimiento pendular, rechazándose las políticas liberales de libre mercado para dar paso a un anacrónico sistema de socialismo combinado con populismo, en el que el culpable de todos los males sociales y económicos es el afán especulativo y depredador de la empresa privada, el cual tiene que ser neutralizado o destruido por el Estado en favor de la población de menores recursos, Estado que debe ser el propietario de la mayor parte de los medios de producción.
Sobradas razones tenemos para concluir que ese tampoco es el camino a seguir.
Muchos le reconocen a Friedman sus virtudes como economista, científico y comunicador, pero le critican su convicción de que los mercados siempre funcionan y que son lo único que funciona, cosa que no es cierta. En muchos casos los mercados no funcionan correctamente y es necesaria la regulación y supervisión del Estado, pero, igualmente, el manejo predominante de la economía por el Estado es indeseable por inoperante e ineficiente.
Creo que la economía es un balance en el que todos tienen un papel que jugar, debiéndose buscar siempre la maximización de los aciertos y la minimización de las fallas. Por ello, cuando un colega me catalogó como un "economista radical de centro", me pareció una definición acertada de lo que, desde mi punto de vista, debe ser un economista.