Del deselectoralizado califato
Luis
Barragán
El
sabotaje del referendum revocatorio, al igual que ocurrió década y tanto atrás,
procurando postergarlo o – simplemente – no realizarlo, obedece a una clarísima
convicción y a un contundente hecho que lo explica: no ha de fundarse en los
actos comiciales limpios, transparentes, concursados y competitivos. Y de
imponerlos las circunstancias, deben reducirse a eventos absolutamente
controlados que favorezcan plebiscitariamente al régimen.
Luego
de las elecciones parlamentarias que les fueron tan adversas, los prohombres
del gobierno maniobran intensamente para evitar toda consulta popular, libre y
abierta. Parten de un presupuesto existencial: la democracia protagónica y
participativa ha sido y es una cómoda consigna que esconde la natural alergia hacia el libérrimo sufragio,
trátese de actualizar los órganos del Poder Público Nacional, Estadal y
Municipal; trátese de actualizar el comité directivo de la más modesta junta
administradora de una fiesta patronal.
El
esfuerzo incluye al ministerio del TSJ que, desde hace bastante tiempo, ha
afinado sus argumentos para el resultado que cualquier ciudadano puede
constatar respecto a los gremios y a las universidades. Y es que, evitando la
segura derrota, de mucho o poco calibre, sirve todo pretexto para anquilosar y
envilecer a las organizaciones de la sociedad civil que obstaculicen la
conformación del califato petrolero.
Ampliando
arbitraria y caprichosamente la base electoral, en esa apuesta por inflarla con
personas ajenas a la institución, por ejemplo, la UCV se ha visto impedida de
renovar a sus autoridades, prolongando artificiosamente el período con la
finalidad de descomponerla, desacreditarla y humillarla. Ocurre algo semejante
a los colegios profesionales impedidos de la realización de sus comicios,
extendiendo el ejercicio de unas autoridades para agotar cualquier resquicio de
legitimidad que facilite su paralización o intervención.
La
deselectoralización se ha convertido en un rasgo lógico y característico del
poder establecido que, reinventando el tal poder popular de inequívoco cuño
norcoreano o cubano, tiene por principal enemigo al votante directo, universal y secreto. Empero, ha hecho falta la
objetiva, aguda, profunda y larga crisis que atravesamos, para evidenciar al hipócrita constituyente de 1999 que hoy
ocupa Miraflores gracias a una extremadamente dudosa consulta electoral.
Ilustración: Dumont.
20/06/2016
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/26733-del-deselectoralizado-califato
20/06/2016
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