El Estado Cuartel: Doctrina de Seguridad Nacional
Luis Barragán
Una hazaña en medio de nuestras precariedades, circula una compilación de ensayos de extraordinario interés: “El Estado Cuartel en Venezuela: Radiografía de un proyecto autoritario”, bajo la responsabilidad de Luis Alberto Buttó y José Alberto Olivar (Negro Sobre Blanco, Caracas, 2016). Todo un acto de responsabilidad de la academia frente a lo que nos ocurre, comprueba la vigencia de una perspectiva – la de Harold D. Laswell – para el debate indispensable, capaz de superar la banalidad que nos tienta cada día.
Específicamente, el trabajo de Buttó (9-65), luego de introducirnos a toda la obra, prueba la angustiosa actualidad de la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN), antes denostada por los estragos que causó al sur del continente, en el marco del predominio del sector militar (por cierto, económicamente fortalecido en la llamada revolución bolivariana), el auge de la violencia, el discurso patriotero, el centralismo sofocante, las sobradas atribuciones – incluyendo las sobrevenidas – presidenciales. Se trata de una democracia pretoriana, instrumental, mística e infuncional, criminalizadora de la oposición pacífica y cuidadosa de purgar el acceso y permanencia en la corporación castrense.
Contextualización y denuncia (21), con el instrumental histórico y politológico a la mano que apela a un necesario “ejercicio hermenéutico” (24), establece los principios programáticos y procedimentales de la DSN (23 ss.), fijando su atención en el enemigo interno y la consiguiente como sistemática violación de los derechos humanos. Confundidos Estado, gobierno y FANB-PSUV hasta llegar al esperpento de una dizque Dirección Político-Militar de la Revolución Bolivariana (17, 26, 33), con la Razón de Estado como fundamento intraficable y principio de autoridad patológicamente exacerbado. El retroceso conduce a una reproducción ampliada de la represión camino a una sociedad de delatores (17, 27, 34), con sus naturales secuelas: leyes como las de Seguridad de la Nación, Defensa de la Soberanía Política,Comunas, la nada atildada Contra el Olvido, e iniciativas como el CESPA, Brigada Especial, Fuerza de Choque, Sistema Popular de Protección, Dirección General de Contra-inteligencia, Patria Segura u OLP, por no mencionar papeles como los desempeñados por el Defensor del Pueblo o la Fiscal General.
Obviamente, al momento de editarse la obra no se sabía de las ya célebres CLAP, pero no tardarán en reflexionar en torno a sus severas implicaciones, como ojalá lo hagan sobre la preocupación y perspectiva que la oposición democrática ha asumido por todos estos años sobre la DSN, o la curiosa y también morbosa programación de la televisión oficial que impunemente estelariza y celebra sendos informes de inteligencia, sometiendo a opositores y disidentes al escarnio público, como un trivial motivo de entretenimiento. E, incluso, respecto a la normativa dispersa y presuntamente inocente que dispone del empleo inmediato del trabajador para cualquier lance bélico, las zonas especiales o el soporte logístico que se encuentran en leyes como las del trabajo, la cultura o el poder popular.
Además, agreguemos una curiosa paradoja: enfatizada la DSN, el régimen encabezado por Maduro Moros constituye una seria vulnerabilidad en términos de seguridad y defensa de la nación. Y, valga la acotación, el Dr. Buttó tiene obra escrita relacionada con la aplicación de consabida la Carta Democrática, demostrando que hay sobriedad y solvencia en el mundo académico con el que todavía tiene una cita pendiente la dirigencia política en una etapa que ya el distinguido profesor califica de militarización, superada la pretoriana, frente a las precauciones conceptuales que adoptó el recordado Dr. Domingo Irwin.
Fotografías: Google Imagen.
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