IVANNA CHÁVEZ IDROGO Condenó las amenazas que han sufrido en los últimos días
"No importa que nos amenacen, no se puede cambiar una opinión con violencia"
La directora de Caracas, ciudad de despedidas considera que quienes vieron el video se perdieron en la forma y no prestaron atención al fondo del mensaje: las ganas de buscar mejores oportunidades y el dolor de abandonar la ciudad natal
ANDREA SMALL
En 2011 Ivanna Chávez Idrogo decidió sacarse de entre pecho y espalda la opinión que tiene acerca de un asunto que afecta a su generación: la inmigración. Por eso, y con la ayuda de varios amigos, Chávez Idrogo realizó el video Caracas, ciudad de despedidas, con el que intenta retratar la dualidad que afrontan miles de jóvenes caraqueños sobre si quedarse o irse del país.
Con 22 años de edad y estudiante de Comunicación Social en la Universidad Monteávila, Chávez Idrogo dirigió el video que en los últimos dos días ha generado miles de comentarios en Twitter, Facebook, YouTube y páginas de Internet.
El material avivó un debate en el que las clases sociales, los estereotipos y el derecho a la libre opinión son protagonistas.
Caracas, ciudad de despedidas pareciera haber dejado abiertas sólo dos opciones: o se ama o se odia.
Se ha dicho que el video fue un trabajo universitario; que es su tesis de grado e, incluso, que era un laboratorio de opinión pública. ¿Cuál es el verdadero origen de Caracas, ciudad de despedidas? Ninguna de las anteriores.
En realidad fue una decisión personal. Lo hice porque es un tema que está siempre en el aire; porque todos los días alguien, a toda hora, en algún lugar, habla de eso, de cómo se fue un amigo, un primo, un conocido, o de cómo ellos mismos se van a ir pronto. Para eso busqué a varios de mis amigos más cercanos que quisieran opinar y recogí sus testimonios. Es, simplemente, una expresión.
¿Cuál era el objetivo del video? Realmente no hay mucho qué decir en ese aspecto. Al contrario de lo que muchos piensan, mi única intención era hacerlo para compartirlo con las personas más cercanas a los que participamos en la realización. Era un ejercicio personal que luego decidimos compartir con la gente y que se nos fue de las manos. No hay ninguna intención oculta aquí.
Hay quienes opinan que no debieron utilizar el nombre de Caracas porque la diversidad socioeconómica de la ciudad no está representada en el material.
Eso también lo hemos escuchado mucho en las últimas 72 horas. Yo simplemente quise retratar mi realidad más inmediata, mi propia visión de Caracas. Me han dicho que es limitada, clasista, absurda y miles de cosas más. Pero la verdad es que yo también soy de Caracas, me siento 100% caraqueña y, aunque sólo soy un individuo de los millones que habitan esta ciudad, considero que tengo todo el derecho de usar la palabra Caracas para expresar mi propia perspectiva de lo que es para mí: en este momento, es un lugar que presencia un éxodo muy duro de jóvenes que la necesitan y que son sumamente valiosos para el desarrollo del país. Creo que esta visión es tan válida como la que cualquier otra persona pueda tener sobre Caracas. Entenderlo o no está en la capacidad de respetar de cada quien.
Es un ejercicio de tolerancia.
La gente ha comentado mucho la manera de hablar de los jóvenes que aparecen en el video.
La gran mayoría de la gente sólo rescató del video el estereotipo del niño rico del este de Caracas, que mandibulea y está ajeno a la realidad externa. Es una lástima que así haya sido porque, en mi opinión, se quedaron con la forma y no con el fondo del mensaje, que es lo verdaderamente importante, el porqué de la producción: la tristeza que sienten los jóvenes al querer emigrar porque consideran que aquí no tienen las oportunidades que merecen, pero sin dejar de amar el lugar del que vienen.
El video se hizo viral en cuestión de pocas horas. Han recibido comentarios y críticas buenas y malas, pero también muchos insultos e, incluso, amenazas. ¿Cómo manejan esta situación? Jamás imaginamos que esto iba a evolucionar así. Las críticas las hemos tomado con mucha madurez, porque estamos estudiando para ser comunicadores, y también queremos aprender. Pero nos sorprenden los comentarios que pasan el límite de la crítica y se vuelven violentos, algunos de ellos, demasiado. Algunas personas han llegado a amenazarnos de muerte, a desear que nos linchen, que nos pasen cosas muy malas. Es muy triste porque lo que nosotros retratamos en Caracas, ciudad de despedidas es una opinión personal, y no importa cuánto nos amenacen, no se puede cambiar una opinión con violencia. Nuestro trabajo en ningún momento pretende insultar ni ofender a nadie, no hablamos de política. Algunas de las personas que nos han insultado son las mismas que declaran contra la violencia, sin darse cuenta de que esto también es violencia. Ojalá puedan reflexionar y ver las cosas desde otro ángulo.
Mencionas la falta de tolerancia como un problema delicado en la sociedad actual.
Antes del video, ¿habían sentido la necesidad de impulsar alguna iniciativa que ayudara a su generación a ser más tolerantes? No. Antes del video estábamos enfocados a hacer nuestro mejor esfuerzo por educarnos y ser personas de bien, pero era más individual. Después de lo que pasó con Caracas, ciudad de despedidas, nos dimos cuenta de que es importante de que, como jóvenes, construyamos de manera más activa una sociedad mucho más equilibrada y tolerante.
No tenemos un plan concreto todavía, pero sí quisiéramos emprender un proyecto basado en ese tema, porque para Venezuela sólo queremos lo mejor y seguiremos trabajando por ello.
Observaciones de Guillermo T. Aveledo Coll (vía Facebook)
Vi el video "Caracas, ciudad de despedidas". Tengo unos comentarios, aunque ya otros han escrito mejor al respecto...
1) El tono del video me choca. Conste, podrían estar hablando del barroco español o la pesca de cachalotes... Pero eso es algo superficial: estoy seguro que si alguien me graba a mi quedaría mal parado e incluso caería mal a un montón de gente.
2) Todos vivimos en nuestras respectivas burbujas (algunas menos herméticas, otras más experimentadas, otras geográficamente distintas). Pocos deberían creerse superiores a esos muchachos.
3) Exilados y emigrantes fueron, por diversísimas razones: Miranda, Bolívar, Roscio, Teresa Carreño, Picón Salas, Betancourt, Uslar, Adriani, Convit... Emigrantes son centenares de peloteros, modelos, artistas y músicos. Exilados son docenas de políticos, periodistas y activistas. Algunos regresaron luminosos, otros murieron con amargura. ¿Quién es uno para juzgar biografías a la limón?
4) Si nos emocionamos con los disidentes iraníes, chinos o cubanos, ¿por qué no habrían de hacerlo estos chamos, a su modo?
5) Muchos de mis familiares, amigos y mis estudiantes -de la UCV y de la UNIMET, del Este y del Oeste- se han ido, por miles de razones distintas. Son parte de la clase media mundial y, en efecto, sienten que se les agotan las oportunidades localmente. Si somos consistentes con nuestra crítica a la situación, debemos admitir eso como posibilidad, aún si no estamos de acuerdo e incluso busquemos cambiar la situación.
Y...
6) Me quedaría demasiado.
Interesante texto alusivo de José Roberto Duque: http://tracciondesangre.blogspot.com/2012/05/ciudad-de-despedidas-ciudad-dividida.html
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