domingo, 24 de abril de 2011
ECHADO A ANDAR
San Juan, 20: 1-9
En su homilía de hoy, el Padre Alvaro Lacasta(SJ) recordó la propensión en tiempos de crisis de retornar al pasado. Experimentamos el predominio de los poderes adversos.
Teología de la ausencia de Dios, creemos que no nos escucha y hasta dudamos de El. El itinerario de Jesús ha concluído, fallando en la liberación del pueblo de Israel. Todos lo asumen, excepto la Vírgen María. El alma de los discípulos mira hacia el pasado en ese día de rotunda desesperanza.
María Magdalena está vertida en el pasado. El Cristo histórico de carne y hueso, ha muerto. No hay esperanza ni futuro. Búsqueda de seguridades falsas en el pasado, como ocurre en 2011 para anclarnos en tiempos de seguridad, unión y felicidad, como si lo confirmase el presente.
Tomás es realista, demasiado bonito el amor fraterno, las bienaventuranzas, para ser real. Una utopía. Camino de regreso a Emaús, luego de tres años, en el intento de recuperar la vida de antes. Pedro es una figura éticamente rota. Gran amigo íntimo de Jesús. Es el otro protagonista.
Jesús resucita. El precio es la muerte para la resurrección. Importa fundamentalmente, el testimonio de alegría, comunicarlo, más que toda apologética y teología. Cristo no es un muerto. Es un vivo. Y debemos vivir el futuro con El.
Somos unos desamparados, vivimos en la inseguridad, pero somos creyentes, guiados por la fe y la esperanza. Sabemos que Cristo no va a fallar.
Arizmendi, Aramis y Lacasta
El hoy desaparecido Padre Luis Arizmendi (SJ), de acuerdo a nuestras sucintas notas, hizo referencia a Pedro, quien vió pero no comprobó; Juan, vió y creyó. Este vió la nueva realidad, como no ocurrió con aquél. La Resurrección comienza en el reconocimiento de Dios como apasionado por la vida. Y hoy debemos defender la vida (27/03/05).
En otra fecha dominical (23/03/08), el Padre Aramis indicó el abandono de Jesús (y no es una blasfemia), pues los discípulos se fueron y la gente pidió que lo crucificaran. Buscar bienes celestiales, como dijo Pablo, por lo que nos atrevemos a pedir que también seamos elegidos. Seguir los pasos de Jesús, cuyo amor es más poderoso que el miedo. No es sólo una fiesta histórica.
En la misma fecha, el Padre Alvaro Lacasta (SJ), reseñó que los discípulos se quedaron el viernes con otro sentimiento: pérdida de Jesús. Día intermedio, ambiente de derrotismo, frustraión, fracaso, excepto la Vírgen María. ¿Por qué tanta tragedia si ha resucitado?. Los dos de Emaús.
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