domingo, 6 de marzo de 2011

REPERTORIO


EL NACIONAL - DOMINGO 22 DE NOVIEMBRE DE 1998 / PAPEL LITERARIO
BAJO LA ALFOMBRA
El Paraíso, según Pereira
Gabriel Jiménez Emán

Una reciente edición que acaba de imprimirse, de Gustavo Pereira, acerca de la historia de América me ha constatado el derrumbe definitivo del mito según el cual los poetas no pueden fungir de historiadores. Pereira, por lo contrario, demuestra tener una valentía inusual para anotar sus juicios y considerar, sin ningún tipo de tapujos, el sinfín de equívocos, deformaciones y consideraciones ideológicas de que ha sido objeto la historia americana cuando se la ha escrito desde Europa, cuando los historiadores oficiales tamizan sin cesar los hechos, para hacerlos aparecer justos a la luz del poder y, en fin, para justificar frases hechas, clisés y ediciones ungidas con el lujo y el fasto estatal.

El repertorio de historias, hechos, cuadros o sucesos contenido en los tres tomos de Historias del Paraíso (Fondo Editorial del Estado Nueva Esparta, Margarita, 1998), abarca momentos claves de la historia americana desde el llamado Descubrimiento (una de las nociones más trajinadas de nuestro tiempo) hasta la acción y el pensamiento de la Independencia. Las historias están narradas con maestría, claridad y brevedad. Cuando se hacen citas, éstas no lucen rellenando el discurso para hacerlo parecer erudito; al contrario, la cita cumple una función clarificadora en beneficio del texto, de modo que éstas, acompañadas del soporte documental, dejen escasas dudas acerca de lo afirmado. Si a veces la obra se ve afectada por este tono de resentimiento histórico, se debe quizá a que Pereira no logra superar la naturaleza descabellada de muchas de estas acciones "históricas", según las cuales la conquista o la invasión de otro territorio debe conllevar porque sí un elemento de violenta transgresión cultural o de imposición de valores que acompañe el hecho de la dominación guerrera.

Pereira otorga rangos entre los acontecimientos y les da un orden cronológico, de tal manera que en la "Develación y saqueo del Nuevo Mundo" tenemos justamente los primeros escarceos del hombre occidental en el Nuevo Mundo, la época colonial y las plantaciones agrarias de los africanos del oeste, hasta llegar a las disuaciones del santo oficio y otros cerrojos de la intolerancia. En el libro segundo nos encontramos un admirable recorrido por los pueblos considerados "inferiores" por el europeo: los arawacos, los caribes, las culturas de la costa firme; las de Yucatán y los mayas, mientras que en el tercero, "El acoso de los Insurrectos", nos encontramos con las primeras sublevaciones coloniales, las resistencias indias y las cimarroneras, para rematar en el capítulo de los piratas, corsarios y bucaneros. Luego, Pereira concluye haciendo una defensa del pensamiento y la conciencia anticolonialistas, con lo cual logra una historia bastante redonda de las vicisitudes de nuestros ideales y luchas. Es por ello tan justificada esa "restitución de la conciencia a una revuelta de infancia propicia por la angustia y la inconformidad", plasmada en una obra cuyo rasgo mejor quizás sea el de haber narrado con justicia el destino ciertamente aciago de nuestros pueblos; desde él, sin embargo, podemos "recordar que no podemos olvidar, pero sobre todo para aprender que todo olvido es una forma de morir".

Obra imprescindible en este instante de fechas conmemorativas, opta por el carácter de fresco y por la concisión de su discurso, frente a la retórica o el rebuscamiento que suelen definir a tantos historiadores españoles. El autor de libros imprescindibles de nuestra poesía como El interior de las sombras, Hasta reventar, Vivir contra morir o El libro de los somaris, ahora nos ofrece una sorprendente reconstrucción, sin tamices ni cortes de la censura, de un fenómeno actualmente en el tapete. Pereira ha realizado en Historias del Paraíso un verdadero recorrido por el Infierno, por las iniquidades cometidas in situ a través de órdenes dictadas desde lejos, donde se alza esa voz justa que los poetas reclaman para hacer más digno el lugar del hombre sobre esta tierra.

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