ISLAMOLOGIA

Al (medio) occidente del (medio) oriente
LB

Valgan las señas: título adquirido por noviembre de 2000 (Bs. 11.000,oo), en la entonces mejor surtida librería "Suma" de Caracas, entregado por una editorial respetable. Leímos por aquel tiempo los primeros capítulos, resultando - lo admitimos - fastidioso. Relegado, reapareció encapsulado en el oleaje de papeles removidos en diciembre próximo pasado. Y una anécdota: tuvo el infortunio de deslizarse asombrosamente por una modestísima e insospechada rendija del ascensor, estacionado por dos días en el sótano. Humedecido, aún quedan las huellas del pequeño charco que lo acogió, pudimos rescatarlo cuando el conserje regresó del fin de semana a su trinchera inmobiliaria.

Esta vez lo culminamos, aunque ya tenemos certeza del viejo aburrimiento, más interesados por los capítulos finales. No hay un desarrollo más sistemático y profundo de los temas, sino - enunciativo - intenta cubrir toda la data que comporta, incluyendo materiales de la prensa de opinión que apunta - obviamente - a una limitación del espacio.

El autor, diplomático de carrera y destacado académico, tuvo el mérito de abordar una materia compleja con vocación hacia la práctica profesional. Nos introduce a la sociedad y cultura árabo-islámica, la asunción de la ciencia y la (des) aparición y retorno al fatalismo. Lo sustancial de la tesis del islamólogo es la consideración de tan impotante universo religioso, cultural y demográfico, respecto a la política, la democracia, el Estado Nacional y las relaciones internacionales. Quizá la más actual de las conclusiones a las que arriba Menéndez del Valle, cuyo periplo reseña el catedrático Celestino del Arenal en el prólogo, está en la irresolución. Por ejemplo, "continúa sin ser resuelta satisfactoriamente una cuestión clave: ¿cómo trasplantar hábitos democráticos y socio-organizativos (incluido el de la productividad competitiva) a sociedades que históricamente han tenido sistemas sociales y políticos lejanos de tal filosofía" (280).

Oportuno ensayo que, por una parte, suponemos superados aunque no conste, por lo menos, en la Venezuela bajo un rígido y bibliofóbico control de cambio. Hay cronistas y relacionistas internacionales destacados, por otra, como Julio César Pineda o Aníbal Romero, que tratan de ahondar más en los novísimos sucesos orientales, que colocan un adecuado acento de aproximación a propósito de los más recientes de la Libia kadafiana. No obstante, que sepamos, la tilde puesta por las últimas reflexiones de Emeterio Gómez, es probablemente una de las más interesantes e importantes.