El arte de anotar
LB
Hay títulos prácticos que no llegan o difícilmente llegan a la Venezuela bajo un rígido control de cambios para el renglón comercial. Sobre "Cómo tomar apuntes" de Ron Fry (CL, Bogotá, 2004), nos permitimos comentar dos o tres cosas rapidamente.
Por una parte, la estupenda y cuidadosa edición, muy bien diagramada y didáctica. Y, por si falta poco, hay un índice general y de materias al final que no justifica extravío alguno del lector.
Por otra, la escasez de obras, recursos y servicios destinados a la orientación del discipulado, baremo que tiene vigencia para apreciar cuán importante es la trama educativa, por lo menos en nestro país que - creemos - padece el mal del apuntismo tomado como un dictado fiel y exacto de las exposiciones, acaso aliviado por el otro apuntismo: el de las grabaciones, en un círculo vicioso que olvida la necesidad de técnicas para aprender a aprender.
Finalmente, parece lógica la abundancia de tesis o monográficos en los institutos pedagógicos que no tienen salida a la calle, una demanda desatendida por la quiebra editorial de productos que el mercado puede abaratar y el Estado Impresor no satisface, por la prioridad absurda de otras materias como la propaganda política, la dudosa calidad de sus entregas y la pésima distribución que cuestiona al Estado en sí mismo y los niveles de eficacia que ha alcanzado.
Podríamos postdatear con otra observación: aún siendo estudiantes profesionales o profesionales del aprendizaje, la escuela en sus distintas etapas y expresiones hasta llegar a la universidad o centros técnicos, no tiene por fundamento la clase impartida. Hipótesis a desarrollar, probablemente constituye un lugar de recreación o distracción, donde - inevitable - se paga el precio de un mínimo deber para luego procurar sobrevivir en la sociedad.
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