domingo, 5 de diciembre de 2010
y otras...
EL NACIONAL, Caracas, 16 de Junio de 1996
Pekín usa argumento francés para continuar pruebas nucleares
ADOLFO R. TAYLHARDAT
La República Popular China nos sorprendió el pasado fin de semana con un ensayo nuclear y el anuncio de que realizará otra prueba antes del mes de septiembre, luego de lo cual se acogerá a una moratoria unilateral. Las pruebas nucleares francesas fueron objeto de severas críticas por el impacto ecológico que se presume pueden tener en el Atolón de Muroroa situado en el medio del Pacífico, a miles de kilómetros del territorio continental francés. La prueba china tuvo lugar en el polígono de Lop Nor, situado en una región desértica de la provincia nororiental de Xinjiang. El hecho de que en este caso sería la propia China la que sufriría sobre su propio territorio el impacto ecológico no hace menos condenable ese ensayo.
Los efectos de las pruebas nucleares se proyectan en dos dimensiones. La mas conocida es la relacionada con el impacto ecológico y sus consecuencias para la salud humana y para el medio ambiente. La segunda dimensión tiene que ver con el desarrollo tecnológico, la información y los datos que se obtienen en cada prueba con la finalidad de crear armas nucleares más eficientes, más poderosas, más pequeñas pero más confiables y más sofisticadas.
Los esfuerzos de la comunidad internacional para imponer una prohibición total sobre las pruebas nucleares se remontan al origen mismo de la era atómica. Esos esfuerzos han tenido siempre presentes tanto la dimensión ecológica como la dimensión militar. La primera iniciativa en esa dirección fue presentada en las Naciones Unidas en 1945. Pero fue en 1954 cuando se presentó la primera propuesta concreta exigiendo la ``cesación de todos los ensayos que se llevan a cabo para producir mejores y más poderosas armas atómicas y termonucleares''. El primer resultado de esos esfuerzos se obtuvo en 1963 con la conclusión del Tratado que prohibió las pruebas nucleares en la atmósfera, en el espacio ultraterreste y debajo del agua, conocido como el Tratado de Prohibición Parcial de Pruebas Nucleares. Si bien ese tratado tuvo alcances limitados porque no prohibió las pruebas subterráneas, en su preámbulo se proclamó la intención de continuar negociando hasta ``alcanzar la descontinuación de todas las explosiones de ensayos de armas nucleares para siempre''. Este compromiso fue reiterado en el Tratado de no Proliferación de Armas nucleares, concluido en 1970. La continuada presión de la comunidad internacional llevó a los Estados Unidos y a la URSS a concluir en 1974 el Tratado mediante el cual limitaron a 150 kilotones sus pruebas subterráneas para ensayar armas nucleares. Este Tratado a su vez fue seguido por otro, concluido en 1976, que impuso la misma limitación a las pruebas nucleares subterráneas ``pacíficas''.
Pero los esfuerzos de la comunidad internacional para lograr la prohibición completa de las pruebas nucleares no han cejado y nos encontramos hoy muy próximos a un resultado final. En la Conferencia de Desarme, en Ginebra, se espera completar antes del 28 de junio en curso la negociación del proyecto de Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, mejor conocido por sus siglas en inglés CTBT (Comprehensive Test Ban Treaty).
Uno de los obstáculos políticos que había impedido avanzar en las negociaciones de Ginebra era la insistencia de China para que la prohibición del CTBT no abarcara las pruebas nucleares pacíficas. Hace dos semanas, en un gesto de buena voluntad encomiable, China anunció que no insistía más en esa exigencia.
Paradójicamente, casi simultáneamente con ese anuncio, que hace aparecer más promisorias las perspectivas de que la Conferencia de Desarme complete la redacción del CTBT antes de que finalice este mes de junio, China, como lo hizo Francia el año pasado, se ha lanzado en una carrera contra el tiempo para completar su programa de ensayos antes de que se concluya el CTBT en septiembre próximo. China usa el mismo argumento que han esgrimido las otras potencias nucleares afirmando que sus ensayos sólo persiguen garantizar la seguridad de sus artefactos nucleares. Pero todos sabemos que en definitiva de lo persigue ese país es mejorar la eficacia de su arsenal nuclear con dos finalidades: 1) mantener una capacidad disuasiva frente a su vecino y 2) consolidar su status de potencia nuclear.
Venezuela debe romper el silencio que ha mantenido últimamente frente a los ensayos nucleares para unirse a la opinión pública mundial que viene manifestando de la manera mas categórica su condena frente a este nuevo ciclo de pruebas nucleares chinas.
China ha venido proclamando reiteradamente su apoyo a los esfuerzos en favor del desarme nuclear. Para borrar las dudas que sobre la sinceridad de sus verdaderas intenciones inevitablemente proyectan estos ensayos nucleares, China debería: 1) desistir de su anunciado segundo ensayo anunciando la suspensión inmediata de todas sus pruebas nucleares; 2) figurar en septiembre próximo entre los primeros países firmantes del CTBT y; 3) someterse incondicionalmente a la prohibición absoluta de todos los ensayos nucleares, en todos los ambientes y para siempre, que habrá de establecer ese tratado.
EL NACIONAL, Caracas, 7 de Junio de 1998
India-Pakistán: Una competencia desatinada
Dietrich Fischer*
El dramaturgo ruso Antón Chejov sentenció: "Si un arma aparece en el escenario en el primer acto, será disparada antes de que termine el tercer acto".
La India, patria del Mahatma Gandhi, el apóstol de la no violencia, cometió un terrible error al efectuar cinco ensayos nucleares los días 11 y 13 de mayo. Tal como se temía, Pakistán reaccionó con otros cinco ensayos el 28 de mayo. El resultado es que India y Pakistán son hoy países menos seguros de lo que eran antes de que lanzaran sus ensayos nucleares.
El escenario está ahora preparado para una segunda carrera armamentista nuclear, pese a que Rusia y Estados Unidos habían -finalmente- comenzado a emprender el camino de la reducción recíproca de sus inmensos arsenales nucleares.
Hasta tanto existan las armas nucleares, se mantendrá como una espada de Damocles el riesgo constante de que un día sean disparadas, sea en modo intencional o accidental.
La gran mayoría de los habitantes del planeta, incluidos los de India y Pakistán, desean que el mundo se deshaga de las armas nucleares. De acuerdo con encuestas realizadas en Estados Unidos y Gran Bretaña las opiniones en favor de la abolición de todas las armas nucleares alcanzan a 85 por ciento.
No hay dudas de que India y Pakistán cuentan con un sólido argumento. En efecto, la duplicidad implícita en la lógica del "apartheid nuclear", según la cual cinco países se arrogan el derecho de poseer armamento atómico y de negárselo a los demás, es sencillamente inaceptable.
Hay quienes llegan a afirmar que cuantos más países se doten de nuevo poderío nuclear, más presión se ejercerá sobre las grandes potencias a fin de que se decidan a entablar negociaciones serias para avanzar hacia la completa eliminación de la pesadilla atómica.
Pero ese tipo de presiones difícilmente serán eficaces.
Las sanciones económicas contra India y Pakistán sólo lograrán inflamar sentimientos nacionalistas y no conseguirán que estas naciones renuncien a sus arsenales nucleares. Por la misma razón, es improbable que los cinco primeros miembros del club nuclear perciban la incorporación de los nuevos miembros como un estímulo para empujarlos al desarme.
Algunos ejemplos ilustran esta paradoja. Si después de la II Guerra Mundial Japón le hubiese dicho a Estados Unidos que "jamás mantendremos relaciones comerciales con ustedes si antes no nos devuelven Okinawa", la isla de Okinawa sería aún hoy una posesión norteamericana.
Por el contrario, Japón cultivó amistosas relaciones económicas y en materia de seguridad con los Estados Unidos, y esa actitud persuadió a la superpotencia a restituirle Okinawa voluntariamente.
Suráfrica construyó seis bombas nucleares y efectuó un solo ensayo. Pero más tarde destruyó su armamento y aceptó una inspección internacional.
A su vez Ucrania, Kazajistán y Bielorrusia transportaron hacia Rusia, para que allí fueran destruidos, los arsenales nucleares que habían quedado en sus territorios luego de la implosión de la Unión Soviética.
Hay muchas naciones industrializadas que tienen la capacidad de desarrollar su propio poderío atómico, pero han decidido no ejercerla pues están convencidas de que el mundo es más seguro con menos armamento nuclear.
Asimismo, Pakistán e India estarían más seguros si trazaran un acuerdo para desmantelar sus programas nucleares bajo control recíproco, tal como lo hicieron Argentina y Brasil.
India, Pakistán, Bangladesh y China son naciones pobres que enfrentan necesidades económicas apremiantes. El intercambio económico y la cooperación les brindarían más bienestar y seguridad que una costosa carrera armamentista.
Esa es la vía transitada por Alemania y Francia, que durante siglos guerrearon entre sí y ahora cooperan estrechamente en el marco de la Unión Europea, hasta el punto de que hoy en día un conflicto armado entre ambas es impensable.
En lugar del despliegue de amenazas, es más probable que los buenos ejemplos induzcan a las potencias nucleares a reducir sus arsenales nucleares en el marco de un acuerdo nuclear. Lo cierto es que mientras existan las armas nucleares, su empleo futuro es sólo una cuestión de tiempo.
Es sabido que han ocurrido numerosos accidentes que han puesto al mundo al borde de la catástrofe nuclear. Uno de los últimos se produjo en enero de 1995, cuando el Ministerio de defensa de Rusia confundió un cohete-sonda lanzado desde Noruega para estudiar la luz polar con un proyectil nuclear Trident dirigido hacia Rusia.
En consecuencia, el presidente ruso Boris Yeltsin dispuso una alerta nuclear preparatoria de una represalia contra Estados Unidos que se mantuvo hasta que se descubrió el error: Estados Unidos había enviado oportunamente una comunicación a Rusia en la que le anunciaba el operativo, pero la misiva se extravió en los meandros burocráticos.
En el medio siglo de la era atómica sólo una vez se verificó un ataque nuclear -en Hiroshima y Nagasaki-. Pero con el creciente número de potencias nucleares aumentan las probabilidades de su empleo.
Sin embargo, los mayores peligros no residen en el empleo deliberado sino en los accidentes nucleares.
La historia se asemeja a un drama, pero no está dividida en una serie de actos. Hagamos todo lo posible para que continúe y que no sea interrumpida por un acto final.
* Profesor de la Peace University en Nueva York y autor del libro "Nonmilitary aspects of security: A system approach". Escribe para la agencia de noticias Inter Press Service
EL NACIONAL, Caracas, 20 de Agosto de 2001
Un proyecto de Bush para resucitar la energía nuclear
Mark Sommer *
La energía nuclear es un experimento con una duración de medio siglo que provocó tanto exageradas expectativas como altísimos costos.
Desarrollada inicialmente en Estados Unidos durante la II Guerra Mundial como subproducto de la bomba atómica, la electricidad generada por reactores nucleares que antes prometía ser “demasiado barata para ser medida” se ha vuelto demasiado costosa y difícil de calcular.
Los déficit presupuestarios causados por su utilización han llegado a millardos de dólares, las preocupaciones con respecto a la seguridad han quedado sin respuesta y no hay todavía soluciones aceptables para el almacenaje de los desechos radiactivos, que seguirán siendo tóxicos durante mil generaciones.
Como consecuencia de estos problemas y de un sorprendentemente eficaz movimiento antinuclear, la antes inexorable marcha de la generación eléctrica nuclear en Estados Unidos se detuvo a principios de los años 70. Actualmente, sólo 20 por ciento de la electricidad y 8 por ciento del total de las necesidades energéticas de Estados Unidos se satisfacen por medio de la energía nuclear.
Ahora el Gobierno de George W. Bush se propone reavivar la electricidad nuclear mediante la renovación de patentes para construir reactores cerrados, la suavización de las pautas de seguridad y la producción de la nueva generación de reactores PBMR, considerados más seguros que los precedentes. La industria estadounidense espera recuperar los años perdidos mediante la construcción de plantas, con un tamaño 10 veces menor al de los monstruos de los buenos tiempos.
Pero hasta ahora los PBMR continúan siendo sólo una posibilidad que debería ser sometida a pruebas. Por el momento existe sólo una planta de ese tipo, una pequeña instalación para uso térmico en China.
El Gobierno de Bush promueve la resurrección de la energía nuclear como la mejor “alternativa limpia” para reducir las emisiones de gas invernadero, aunque simultáneamente niega que el cambio climático sea una amenaza para la humanidad.
Pero, aunque la energía nuclear fuera una alternativa eficaz para frenar el cambio climático, antes se deberá desarrollar un tipo de reactor que esté en condiciones de solucionar las comprobadas deficiencias que han marcado a la primera generación de reactores. Dada la ausencia de reactores de segunda generación en funciones es improbable que ello ocurra dentro del marco temporal requerido para revertir el cambio climático. Para alcanzar esa meta Estados Unidos necesitaría construir dos PBMR por día durante los próximos 30 años.
“Constrúyanlos y ahí llegaremos nosotros”, dice irónicamente Harvey Wasserman, un conocido activista antinuclear. Con la confianza de que todo plan para reanimar la energía nuclear en Estados Unidos galvanizaría a una amplia oposición pública, Wasserman asegura que esa “idea nunca obtendrá consenso”.
Pero, si no hay energía de origen nuclear ¿cómo se saciará el voraz apetito estadounidense de energía? A pesar de ser desechadas por el Gobierno Bush, la conservación y la eficiencia de energía podrían ser muy útiles para reducir el consumo. Se estima que en los próximos 20 años la demanda estadounidense de gas natural se elevará 62 por ciento, la de electricidad 45 por ciento y la de petróleo 33 por ciento. Un fracaso en reducir sustancialmente esas tasas cobraría un precio espantoso a la economía de Estados Unidos.
Si la economía norteamericana operase tan eficientemente como la de Europa o Japón, Estados Unidos podría reducir su consumo de energía 30 por ciento y las emisiones de carbono 35 por ciento.
Afortunadamente, el cambio está en el aire. La energía eólica está emergiendo como una alternativa a corto plazo y gran escala ante la excesiva dependencia del petróleo y de la energía nuclear. Las turbinas de viento son la fuente de energía en más rápido crecimiento en el mundo, a un ritmo de 25 por ciento anual. Por sí solos, los molinos de viento establecidos en la zona central de Estados Unidos, junto con los generadores de viento situados en las zonas costeras, podrían satisfacer toda la demanda de electricidad del país.
El actual precio de la electricidad eólica es ya más barato que la proveniente del gas natural y bajará ulteriormente a medida que mejore la tecnología. Alemania y Dinamarca están abriendo el camino con una rápida conversión a la energía eólica y a otras fuentes renovables.
Al promover la energía nuclear el Gobierno de Bush está fuera de sintonía no sólo con el resto del mundo sino también con su propio pueblo. Una reciente encuesta del New York Times comprobó que dos tercios de los estadounidenses creen que la conservación y la eficiencia energética serían respuestas más efectivas a la demanda interna que la aceleración de la perforación en busca de petróleo y la resurrección del nuclear propuestos por el Presidente.
Pocos dudan de la capacidad de los estadounidenses para inventar tecnologías más eficientes si reciben los incentivos adecuados. La restante interrogante es si podemos reprimir nuestros apetitos de Gargantúa y convertirnos en refinados consumidores de energía en lugar de glotones.
* Escritor y columnista que dirige el Mainstream Media Project, un proyecto para llevar nuevas voces a los medios de comunicación en Estados Unidos. Es columnista de la agencia de noticias Inter Press Service (IPS)
EL NACIONAL, Caracas, 3 de Marzo de 2002
Sin apresar los asaltantes de camioneta con equipo nuclear
Los delincuentes al parecer optaron por deshacerse de la Mitsubishi, tan pronto como las emisoras locales comenzaron a divulgar noticias sobre el grave peligro a que estaban expuestos
Evaristo Marín / Barcelona
La camioneta Mitsubishi, tipo Van, robada por tres sujetos, luego de asaltar en un semáforo de la avenida Municipal a dos empleados de la contratista GMK C.A., cuando transportaban una cápsula nuclear, permaneció por más de cuatro horas abandonada frente a una cancha deportiva de la urbanización El Frío de Puerto La Cruz.
El vehículo fue localizado por la policía y una comisión del Cuerpo de Bomberos de Barcelona, aproximadamente a las 8:00 pm del viernes, sin que hasta el momento hayan sido detenidos los asaltantes, quienes al parecer optaron por deshacerse de la Mitsubishi, tan pronto como las emisoras locales comenzaron a divulgar noticias sobre el grave peligro a que estaban expuestos, presume la policía local.
Los bomberos fueron los últimos en enterarse
Poco antes de las 8:00 pm, vecinos del sector, alarmados, al percatarse que las características de la camioneta Van coincidía con aquella estacionada frente a la cancha deportiva de El Frío, aproximadamente desde las 4:00 pm, demandaron con urgencia la presencia de la policía y los bomberos.
Cuando los bomberos, quienes se presentaron protegidos con uniformes y equipos especiales, despejaron los alrededores para hacer las experticias y comprobar que el pequeño contenedor de plomo, señalado con la advertencia de “Peligro, material radioactivo” no había sido manipulado, la alarma cundió en toda la barriada. “Nadie se imaginó el peligro que corríamos en la urbanización”, dijo conmocionado uno de los vecinos.
El jefe de los bomberos, capitán Frank Díaz, no ocultó su disgusto, tras admitir que a esa hora (casi 9:00 pm) fue cuando se vino a enterar que en Puerto La Cruz habían robado una cápsula nuclear de las utilizadas por la industria petrolera, para medir, mediante sondeos, la presencia de petróleo y minerales, a gran profundidad de la tierra. La contratista de Pdvsa, GMK C.A., propietaria del densímetro nuclear marca Humboldt, el cual contiene una fuente radioactiva de Cesio 137 y Amencio 241–Berilio, informó que dos de sus empleados se dirigían a buscar un técnico para salir hacia el sur del estado a realizar un estudio sísmico, cuando fueron asaltados.
La noche del viernes, la policía y los bomberos reintegraron a GMK la camioneta y el equipo nuclear, una vez que se levantó un acta, con la presencia de funcionarios del Ministerio de Energía y Minas.
EL NACIONAL, Caracas, 3 de Octubre de 2003
Norcorea anunció que puede fabricar arsenales atómicos
SEÚL/ANSA
Corea del Norte anunció, en abierto desafío a Estados Unidos y al Organismo Internacional de Energía Atómica, que finalizó el proceso básico para la fabricación de arsenales atómicos “con objetivos pacíficos de autodefensa”.
En una confirmación de las declaraciones realizadas por el viceministro del Exterior, Choe Su Hon, esta semana en Nueva York, un portavoz de la Cancillería norcoreana declaró a la agencia de prensa oficial KCNA, que Pyongyang “finalizó el proceso de reconversión de 8.000 barras de combustible usado de su planta nuclear de Yongbyon”.
La planta nuclear de agua pesada de Yongbyon, con una potencia de 5 megavatios, fue reactivada a comienzos de este año, luego de que Corea del Norte se retiró del Tratado de no proliferación nuclear.
De las barras de combustible apagado utilizado por la planta, es posible, a través de procesos de reconversión, producir plutonio y a partir de ahí bombas atómicas.
Estados Unidos y la comunidad internacional han advertido a Corea del Norte sobre su programa nuclear.
“Como tantas veces repetimos, nosotros retomamos nuestras actividades nucleares con objetivos pacíficos”, se lee en la declaración de KCNA.
El viceministro del Exterior había dicho en Nueva York que su país “posee ya, e intenta reforzar su defensa nuclear” con objetivo de autodefensa, aunque indicó que no tiene intenciones de “exportarla a otros países”.
El nuevo desafío de Corea del Norte se produce después de que Estados Unidos y sus aliados, Japón y Corea del Sur, solicitaran el miércoles a Pyongyang aceptar una nueva ronda de negociaciones multilaterales entre seis países (las dos Coreas, Japón, China y Rusia), para discutir su programa nuclear.
Ilustración: Charles Montgomery ("Monty") Burns // Los Simpson
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