martes, 21 de diciembre de 2010

quien descuestiona mejor cuestionador sera sin saberlo al dar ocasion a otro de cuestionar siendo todos cuestionadores


Del incuestionable cuestionamiento de los cuestionantes
Luis Barragán


Arribistas y oportunistas aparte, un sector de los actuales elencos de poder destacó decenios atrás por la sistemática, vehemente y varias veces fundada impugnación de la llamada democracia representativa en Venezuela. Frecuentemente, respetadas voces clamaban por los problemas del país, polemizando sobre el funcionamiento efectivo de las instituciones, adquiriendo una autoridad moral que las hizo por entonces insospechables. Empero, hoy, cómplices directos o indirectos de la actual situación, no constituyen referente alguno salvo ayuden a algún trámite de gobierno.

Aquellos duros cuestionadores de ayer, apenas callan o balbucean – por ejemplo – frente al atropello y caricaturización de la Asamblea Nacional, y, a lo sumo, le escriben al Comandante-en-Jefe como si esperaran más por una suerte de certificación de sus existencias, que por la pretextada rectificación de los procedimientos utilizados. Huelga comentar respecto a una votación parlamentaria que, sencillamente, pudo servir de dique a las evidentes desviaciones en curso.

Inutilizar la instancia y vida parlamentaria, posible epicentro de un amplio, profundo y develador debate sobre el destino del país, es el propósito esencial. Monopólicamente creen que les compete decidirlo, tributándole el nada inédito culto al ocupante principal de Miraflores, quien – por cierto – también cuenta con un escudo humano al alojar a los niños y las familias que les ha negado una vivienda digna en la presente década.

Util redundancia, apropiándose de viejos prestigios, el cuestionante de tiempos atrás asume – simplemente – que es incuestionable, y, siendo lo más lejos que puede llegar, evade con una sonrisa roedora, faltándole unos músculos para que convincentemente se produzca, los señalamientos que hace Elio Gómez Grillo sobre la pavorosa e infernal penitenciaría de la hora. Y, forzados dos músculos más ante la cámara de televisión que plena los detalles, imita una carcajada para subestimar la vida que se pierde a diario en las ciudades, pueblos y caseríos del país.

Dos ilustres venezolanos, literatos que incursionaron uno más decididamente que el otro en el rudo ámbito político, intercambiaron impresiones a finales de los sesenta sobre la redundancia que nos ocupa. Por una parte, Arturo Uslar Pietri, el celebérrimo notable de nuestros tormentos, llamó la atención sobre “los que tradicionalmente habían sido los críticos y cuestionantes de la sociedad occidental (y) son a su vez cuestionados (…) llegado el cuestionamiento de los cuestionantes” (“La crisis de la izquierda”, El Nacional/Caracas, 11/01/70); y, por otra, Héctor Mujica, el enceguecido comunista de siempre, celebró la frase feliz, aunque interesada, pidiendo a sus camaradas “medir más nuestras palabras, aguzar más el ingenio en los planteamientos críticos durante el debate preparatorio de nuestro IV congreso” (“El cuestionamiento de los cuestionantes”, Tribuna Popular/Caracas, 15/01/70).

Aviso necesario, ambos se referían principalmente a los impactantes libros de Roger Garaudy y Teodoro Petkoff respecto a los estragos del socialismo real de la época, aunque muy bien pudieron hacerlo, para objetarlo o defenderlo, con el que nos aqueja en la Venezuela presente. Lo cierto es que, faltando densidad y versatilidad en su tintero de bytes, los parlamentarios del oficialismo que suscribieron la epístola consabida, teniendo por exclusivo destinatario a Chávez Frías, no pueden esperar inmunidad moral alguna, pues, ya incurrieron en el grave error que la historia juzgará al superhabilitarlo: son incuestionablemente cuestionables, por propios y extraños.

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2010/12/del-incuestionable-cuestionamiento-de-los-cuestionantes/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=721188
Fotografía:
Escena de la invasión de Checoeslovaquia (http://www.elfotografico.com/wp-content/uploads/2009/12/koudelka-560x362.jpg)

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