martes, 21 de diciembre de 2010
el disidente... reincidente
Manuel Caballero: “militante de la disidencia”
Carlos Balladares Castillo
Vanessa Peña Rojas, comunicadora de la UCAB con maestría en Historia de las Américas de esta misma universidad (no sabemos si ha presentado su tesis) publicó en el 2007 bajo el sello de El Nacional: Manuel Caballero. Militante de la disidencia. Nos ha gustado en el sentido de conocer la vida íntima de nuestro maestro en la historia del siglo XX venezolano, pero no llenó nuestro deseo de ahondar en la relación vida y desarrollo de las ideas del historiador, ni en lo político ni mucho menos en lo historiográfico. La autora se quedó en lo anecdótico, pero nos dio una visión general que se agradece. Esa visión es la de una vida de constante crítica a todo tipo de poder, en especial el político; rechazando los aspectos militaristas y totalizantes en el ejercicio del gobierno. Promoviendo siempre el pluralismo y el civilismo. Pero el texto, como dijimos, se queda corto al explicar en el detalle conceptual estos aspectos.
Nos ha gustado el hecho que se describe la vida familiar del personaje, y la rutina diaria del mismo en sus tiempos posteriores a la jubilación. Esta rutina va siendo explicada en cada capítulo. Se puede decir, siguiendo a la autora, que la vida de Caballero se puede dividir en un primer período de la niñez en el cual despierta tempranamente a la política, para luego dedicarse totalmente a ella desde el Trienio Adeco (1945 -48) y con mayor fuerza en tiempos de la dictadura militar, que para el historiador comprende su vida de lucha universitaria hasta 1952 año en que es expulsado del país e inicia su etapa parisina que termina con su vuelta a la Patria en 1958. En los tiempos de exilio europeo pasará de Acción Democrática a la militancia comunista (PCV, Partido Comunista de Venezuela) que durará hasta la fundación del MAS (Movimiento al Socialismo, partido que nace de la separación del PCV y que es de tendencia socialdemócrata) en 1970. Sorprende el hecho que su vocación como historiador puede describirse como relativamente tardía (a los 27 años), porque sus primeros estudios son en las Ciencias Políticas en la Sorbona (Francia), aunque no los podrá finalizar. Es un político “politólogo” que luego se hace historiador cuando comienza en 1959 en la recién fundada escuela de historia de la UCV.
La década de los sesenta lo mantendrá en el trabajo político e intelectual, en el PCV y en la prensa. Nunca participó en las Guerrillas aunque las apoyó. A partir de 1965 inicia su trabajo como docente en la cátedra de Historia Contemporánea de Venezuela de la Escuela de Historia de la UCV, sin abandonar el resto de sus actividades. Pero sin duda que poco a poco el periodismo, la docencia y la investigación lo irían alejando poco a poco de la militancia política más no de la disidencia. En la década de los ochenta comienza su etapa de escritor e investigador consumado al publicar sus más importante obras, en especial las que fueron frutos de sus estudios en la Universidad de Londres 1980-81: La Internacional Comunista y la revolución latinoamericana, 1919-1943, y en Washington en 1990: Gómez, el tirano liberal.
En 1980 se casó con la poeta Hanni Ossott, la cual padeció desde esta década de problemas mentales que la llevaron a varias reclusiones en hospitales psiquiátricos muriendo en el año 2002. Me ha impresionado saber que mi maestro sufrió por este motivo, que una persona tan enamoradiza tuviera esta historia de amor tan dolorosa. Saber esto me ha hecho admirarlo más.
Su última etapa comienza con su jubilación en 1998, tiempo de reconocimientos al ser admitido en la Academia Nacional de la Historia en el 2005, de nuevas publicaciones y reediciones (50 títulos en toda su vida), y de una feroz oposición - por la vía de sus artículos dominicales en El Universal y las numerosísimas entrevistas en los medios – al régimen de Hugo Chávez. Promoviendo una conciencia democrática y civil asentada en el antiautoritarismo.
Todas estas etapas son descritas por la autora por medio de muchas anécdotas logradas por un conjunto de entrevistas al mismo Caballero, pero también a familiares, amigos y discípulos. Nos ha hecho reír, en especial que todos sus amigos señalaran que sus chistes eran muy malos, que estuvo preso en Francia con chulos y otros malandros, que comía mucho a pesar de su diabetes, y que en sus últimos años dormía bastantes horas (de 8 pm a 4 am, y una siesta vespertina de poco más de 2 horas). Damos gracias a Vanessa Peña por mostrarnos este lado del maestro.
Fuente: grupo Libros / Facebook
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