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EL NACIONAL - Lunes 20 de Diciembre de 2010 Opinión/7
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El posmarxismo
JORGE RIVADENEYRA*

De acuerdo, profesor Rigoberto Lanz, "el marxismo no es una ciencia", pero Marx creía que sí, y con leyes newtonianas. Por eso, hubiese sido una injuria decirle que es una interpretación ideológicafilosófica del mundo, con la circunstancia de que este tipo de pensamiento sigue considerándose como descubridor de la verdad absoluta. Y nos encontramos con que el "ser social determina la conciencia social", tan indiscutible y determinista como la ley de la gravedad; igualmente, adjudica al proletariado la conciencia histórica de la humanidad.

El determinismo filosófico está presente en casi todos los filósofos, desde los griegos hasta nuestros días, pero Marx lo convirtió en teoría de la revolución, y, en este sentido, ese discurrir ha perdido el filo desde antes de la caída del Muro de Berlín; además, hay países con un proletariado incipiente, o donde existió no fueron revolucionarios, y actualmente son tan pequeño-burgueses como cualquier burócrata que trate de mejorar su calidad de vida.

Tampoco la historia va de menos a más, de acuerdo con un darwinismo evolucionista, es decir, que el comunismo no es el sistema que sustituye irremediablemente el capitalismo, y el que algunos monos, de cuando en cuando, caminen sobre sus pies, no significa que les queden las manos libres para pensar, fabricar instrumentos de producción, inventar el lenguaje articulado y las teorías del poder, como se explicita en el materialismo histórico, donde ni siquiera se sospecha la influencia del azar, como lo hace Jacques Monot.

La discusión acerca del marxismo después de Marx luce como la nostalgia del primer amor. Recurriendo al vicio que la lógica llama principio de autoridad, nos apoyamos en autores de renombre, olvidando "que la tradición de las generaciones muertas oprimen como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando aparentan transformarse, conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para con este disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal". Esto dice Marx en El Dieciocho Brumario : ¿Marx, profeta de sí mismo? Añádase que no hay un solo marxismo, sólo que cada variable se atribuye la interpretación verdadera. Sin embargo, no hay buenas o malas interpretaciones. Y, como se sabe, ninguna teoría se aplica directamente a la realidad, y cuando se lo hace, resultan masacres como las que ordenaron Pol Pot, Stalin o el fidelismo.

Lenin, el político, decía que "el izquierdismo es la enfermedad infantil del comunismo", pero parece que el señor Alan Woods lo desconoce, o interpretó acomodaticiamente, porque le aconseja al presidente Chávez radicalizar la revolución, ignorando, también, que Lenin recomendaba que hay que dar "dos pasos adelante y uno hacia atrás".

El fracaso del proletariado, de las teorías de la plusvalía, del imperialismo como última etapa del capitalismo, significa que ha fallado la teoría marxista de la revolución. Por eso, Negri y Hardt intentan sustituir al proletariado por el borroso y populista concepto de multitud, y aceptan que está a punto de desaparecer el viejo imperialismo. Desde luego, no han tenido tiempo de teorizar sobre el socialismo-capitalista de China, fundamentado en las transnacionales y ejercido con el más antimarxista sometimiento de la clase obrera. Esta modernización ha determinado que los proletarios hayan perdido incluso sus más elementales derechos sindicales.

*UCV Estimado amigo: Muchos gazapos que requieren una lupa nietzschiana para entrarle al asunto. Mientras tanto, alcanzo sólo a comentarte que tampoco la idea de "fracaso" funciona para entender el papel cultural de la tradición marxista. (¿Qué sería "tener éxito"? ¿Cuál es el "éxito" del pensamiento hegeliano o de cualquier otra corriente teórica que haya tenido alguna pegada político-intelectual?).

Ilustración: Zapata (El Nacional, Caracas, 17/12/10)

"Marx después de Marx" es un intento serio de plantear problemas. Me parece esencial hacerse cargo de todas esas implicaciones.


R. Lanz