domingo, 12 de diciembre de 2010

el que viene


NOTITARDE, Valencia, 12 de Diciembre de 2010
¿Eres tú el que ha de venir? (Lc. Mt. 11, 2-11)
Joel de Jesús Núñez Flautes

Llegamos al tercer domingo de adviento, ya se aproxima la Navidad que nos trae la Buena Noticia del Enmanuel, del Dios con nosotros. El evangelio de este domingo tiene tres partes: primero, la pregunta de Juan a Jesús sobre su mesianidad. Segundo, la respuesta de Jesús a la interrogante del Bautista, por último, las palabras y testimonio de Jesús sobre la figura de Juan el Bautista. Hay una respuesta radical a un hombre sincero que cuestiona, y un testimonio que avala el profetismo de éste hombre carismático; además, de poner de manifiesto la noticia de la liberación de los pobres y oprimidos.
Juan el Bautista estaba preso y a punto de vivir su martirio por ser fiel a la predicación del evangelio. Estando allí escucha las noticias acerca de Jesús de Nazareth y queriendo esclarecer una duda envía dos de sus discípulos con esta pregunta directa y concreta: "¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro? La pregunta es clara, Juan quiere saber si Jesús es el Mesías esperado y del cual él ha hablado y predicado que no es digno de desatarle las correas de sus sandalias. Jesús les responde citando las palabras de Isaías (Is. 35, 5-6) que hablan de los signos mesiánicos, aquellos que acompañarán al Mesías y los cuales encajan perfectamente en la persona de Jesús; en su manera de pensar, sentir y obrar; que incluso rebasa las expectativas del propio Juan Bautista que se imaginaba a un Mesías severo y violento. Jesús se manifiesta como el Mesías que une palabra y obra, anuncio de la Buena Noticia del Reino de Dios que ha llegado y milagros; en fin, palabras y obras. Él es el que viene a liberarnos del pecado, de la muerte eterna y brindarnos la felicidad que llena el corazón del ser humano. Jesús, se presenta humilde, sencillo, pobre, humano; esquema que sin lugar a dudas no esperaban ni se imaginaban sus contemporáneos que creían en la llegada de Dios de manera espectacular. Es el escándalo de la Encarnación y será luego el escándalo de la cruz, por medio de lo cual Dios ha querido mostrar su inmenso amor por la humanidad y por eso, Jesús añade a la respuesta que envía a Juan el Bautista: "Dichoso el que no se sienta defraudado por mí". Porque es sólo por la fe que se puede comprender la paradoja de la vida de Jesús, el Cristo, que manifiesta el poder de Dios en la debilidad humana: Él que es perfectamente Dios y Hombre verdadero. Así actúa Dios, así ha querido mostrarse al mundo y por eso, siempre busca el camino de la sencillez, de lo débil, de lo pequeño, para mostrar luego su poder, su grandeza, su inmenso amor que es capaz de llegar a límites incalculables o inmedibles por la mente o la capacidad humana. Es lo que nos atestiguan las páginas bíblicas que nos hablan de la manera de actuar Dios y sus preferencias que dejan perplejos a los sabios y entendidos.
Jesús, da un testimonio sobre Juan el Bautista, destaca su profetismo, su manera de hablar de Dios y como ansía la llegada de su Reino; lo reconoce como el más grande de los profetas, por el papel que le tocó desempeñar al ser el que anunció la llegada inminente del Mesías y de señalarlo presente entre los hombres; lo reconoce como el más grande nacido de mujer. Pero, al final añade Jesús que sin embargo, "el más pequeño en el Reino de los cielos es más grande que él" para firmar así que no son las cualidades humanas las que tienen preeminencia en el Reino de los cielos, sino la libertad adherida a la voluntad de Dios, el vivir como discípulos, es la preeminencia de la gracia por encima de los valores humanos, que al final son un don de Dios, es la novedad de la filiación divina que se conquista en el seguimiento de la persona de Cristo, que es el revelador perfecto del Padre; por eso, quien le sigue se hace grande y digno de la vida eterna.
En la sociedad donde se atiende de verdad y, no por demagogia o populismo al pobre y desvalido, allí está presente el Reino de Dios; es decir, su gracia que salva integralmente al ser humano.
Hoy los hombres siguen buscando al Mesías, hay una necesidad espiritual que se llena por caminos equivocados, pero que se presentan como ofertas salvadoras. Por eso, los cristianos católicos, viviendo nuestro discipulado, necesitamos anunciar y presentar a Jesucristo como el único y verdadero salvador del ser humano; aquel que no sólo ofrece vida en este mundo, sino vida eterna. Esta es la noticia y la esperanza que anuncia el adviento y que tenemos que seguir predicando al mundo sin miedo.

Ida y retorno
Me preguntan ¿qué hacer ante tanta predicación de odios, divisiones y atropello a la democracia? El cristiano católico debe y necesita luchar por un mundo en paz, unidad, concordia y paz y sabe que todo esto es posible en democracia, que es el sistema que mejor responde a estos anhelos profundos del corazón humano; no dejemos perder la democracia, luchemos por ella. Que no sea demasiado tarde cuando queramos reaccionar. No deleguemos la responsabilidad en otros, cada uno actúe y ponga lo que puede dar y hacer por defender los valores más altos del ser humano.

Ilustración: http://www.vistagallery.com/assets/images/oil_painting_by_Janne_Matter_Solo_7x5_web.jpg

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