domingo, 20 de noviembre de 2016

¿Y LOS NUEVOS E INEVITABLES AMANECERES?

De cierta epidemia del retroceso
Luis Barragán


Recientemente, nos enteramos del propósito que tiene el llamado Frente Nacional del Pueblo Panameño, de protestar a los venezolanos que habitan la patria común del sueño de Bolívar. De las pretendidas actividades xenofóbicas, supimos por el texto de un joven periodista, Angelo Bernal, quien – por cierto – no había nacido aún cuando el país del itsmo recuperó su vida democrática, después de largas y dolorosas dictaduras, circunstancia profundamente significativa; e incorporamos la perspectiva facebookeana de Patricia Andrae, acertada en la crítica de nuestros compatriotas.

Transitábamos la misma edad de Bernal al explicar nuestra militancia política, desde sus inicios,  con una activa solidaridad a favor de los pueblos  latinoamericanos sometidos a los más sanguinarios regímenes de fuerza. Militancia juvenil que, desde mediados de la década de los setenta, participó de las protestas contra el gobierno dictatorial de Omar Torrijos, además, versionado por ciertos sectores como expresión de un proyecto progresista, depositario de todas las bondades del planeta, absolutamente intolerante a la menor disidencia, superado después por Manuel Noriega.

Además, no sólo era tan vehemente la protesta que obligaba a Torrijos a responder a los  más numerosos e inconformes sectores venezolanos, sino que, al mismo tiempo, la plena recuperación del Canal para los panameños, se  convirtió en una bandera fundamental de nuestra política exterior, la trazada por varios gobiernos, la concursada por diferentes sectores de la oposición. Y ello ocurría cuando en Venezuela hubo una democracia estable y económicamente la situación era envidiable, con elevados niveles de vida que, en lugar de promover la indiferencia y el rechazo, ocurriendo todo lo contrario, reafirmó nuestra identificación con los pueblos más sufridos del continente, abriéndoles las puertas.

Puede ocurrir que haya malestares, incomodidades y hasta irritaciones con la migración venezolana o la procedente de otros países, reconocido el derecho de manifestar y de corregir situaciones, pero resulta incomprensible e inaceptable que suscite tamaña campaña xenofóbica, dé origen a un movimiento y a una movilización que echa las bases de un fascismo francamente extemporáneo so pretexto de Venezuela. En ésta, hoy, padecemos las consecuencias de una dictadura que la ha quebrado en varios órdenes y, sin que nadie pretenda abusar de otros pueblos, ni pasar factura por viejas solidaridades, lo mínimo que se pide es comprensión de nuestras urgencias y desesperaciones.

No debe agigantarse un sentimiento de rechazo a los venezolanos que estamos en medio de una inédita crisis humanitaria, y, mucho menos, el resentimiento que pueda provocar entre los panameños, pues, al fin y al cabo, tenemos un irrenunciable destino común que enderezar y enriquecer. Esto que llaman chavismo, una epidemia del retroceso, el que ha tratado de comprar con sus dádivas a todo un continente, está pasando y pasará para que protagonicemos nuevos amaneceres, juntos, en libertad y democracia, con toda América.
21/11/2016:
http://www.diariocontraste.com/2016/11/vocacion-de-poder-por-luis-barragan-luisbarraganj

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