"¿Cómo esperaba el Libertador alcanzar este objeto? Ante todo y or sobre todo fortaleciendo al Ejecutivo, haciéndolo inexpugnable mediante la institución de un Presidente vitalicio en el cual concurriera a la vez la facultad de designar a un sucesor o sea a un Vicepresidente cuyo cargo sería hereditario. Fudamentalmente considerada, todo había de ser democrático en aquella Constitución, sin excluir las innovaciones más o menos románticas del Poder Electoral y de la Cámara de los Censores, excepto el Ejecutivo a cuya cabeza, como primer Presidente, el propio Libertador sería como un rey semejante al inglés, aparentemente desprovisto de ingerencia en el juego de la política pero en realidad convertido en el árbitro de aquellas naciones cuya vida tendría que girar en torno a la suya mientras ésta durase y después de su muerte alrededor de la deun nuevo árbitro elegido por él"
Ramón Díaz Sánchez
("Bolívar, el caraqueño", Mélinton Salazar editor, Guatemala, 1971: 308)
Ilustración: Zapata. El Nacional, Caracas, 24/07/1986.
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