sábado, 19 de noviembre de 2016

¿ENTONCES?

Decir elecciones generales es decir Constituyente
Ox Armand

Posibilidad ventilada públicamente por la dirigencia de, al menos, dos de los partidos que se sientan en la llamada mesa de diálogo, se ha planteado la celebración de unas elecciones generales o la de adelantar una elección presidencial en 2017, como alternativa al fracaso del referéndum revocatorio en 2016, cuya paternidad ahora no aparece por ninguna parte. Si bien es cierto que Maduro sugirió un parecido evento comicial para finales del ’17, además, en las cercanías de la fecha correspondiente al término de su mandato que hacen de alguna manera superfluo y hasta inútil el esfuerzo, presa de todas sus manipulaciones, el domingo 13 de los corrientes negó inequívocamente que estuviera dispuesto a medirse el próximo año, porque simplemente no está en la Constitución.

Como no lo está aquellos de la elecciones generales, el de contarse todo el mundo y comenzar de cero, pus, se ha hablado de elegir al presidente de la República, gobernadores, diputados regionales, alcaldes, concejales, incluyendo a los parlamentarios nacionales  que no llevan ni el año en ejercicio. La dirigencia de PJ y de UNT, al tratar de explicar los resultados de la segunda ronda de la mesa de diálogo, señalan como un logro que queda viva la probabilidad de un revocatorio o de unas elecciones alternas que, al no revocarlo previamente, queda bajo el gesto generoso del miraflorino y entrega la mayoría calificada de difícil repetición por todo lo que sabemos del CNE. Pero la sola negativa de Maduro, no sólo prueba que el gobierno se ha vacilado a todo el mundo, sino que la mismísima mesa de diálogo es, por naturaleza, un conversatorio donde pugnan por llegar varias propuestas, sin la debida formalidad de todo diálogo institucionalizado de acuerdo a los estándares internacionales.

¿De dónde surgió esa idea de elecciones generales que evidentemente no aparece en la Constitución? ¿Quiénes responden por ella, como no lo hacen  con un revocatorio que Capriles y PJ monopolizó o intentó monopolizar como una gesta propia e intransferible? Por no preguntar sobre los dirigentes opositores concurrentes a ese diálogo que, si ánimos de descalificarlos personalmente, no siente a lo más curtido del liderazgo, ya que si tenemos a unos comecandela por el gobierno, no precisamente lo es Timoteo Zambrano. Además, ¿al  lado de Maduro no deben sentarse Diosdado Cabello y Rodríguez Torre, teniendo como interlocutores a Leopoldo López y a María Corina Machado? De no hacerlo, todo se reduce a una tertulia más o menos intrascendente, excepto el acento que le ponga el representante del Vaticano.

El problema es el sistema y el modelo político, militar, económico, social y cultural de un socialismo que no aparece en la Constitución ni en las actas constituyentes, y no el de la relegitimación del liderazgo político nacional, regional y local. Para hacer unas elecciones generales que digan renovar ese liderazgo, o por lo menos actualizarlo, que tampoco está en la Constitución, por lo menos, simultáneamente, debiendo esperar dos años Maduro y cuatro años la Asamblea Nacional para medirse, obviamente cualquier estudiante de pregrado dirá que debe hacerse una Constituyente que sí aparece en la Constitución y si tiene que ver con el sistema y el modelo. Como vemos, si de elecciones generales se trata, la trampa salió y, por supuesto, nadie asume la paternidad.

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