De la manipulación histórica y noticiosa
Luis Barragán
La programación estelar radiotelevisiva que tiene mayor puntaje de audiencia, se refiere a los espacios en los que se ventilan sendos informes de inteligencia, grabaciones ilícitas y comentarios procaces sobre la dirigencia opositora, incluyendo a aquellas individualidades que apenas se consideran disidentes. El mórbido entretenimiento que depende más de la efectiva cuota de poder que ostente y ejerza el moderador para sostenerlo, ahora incluye las viejas reseñas de prensa orientadas a enfatizar el pasado maldito que supuestamente superamos.
Surgen láminas, textos e imágenes que versan sobre una huelga reprimida, la saturación de la crisis hospitalaria o la desventurada opinión de los actores políticos de décadas remotas. Tergiversada la historia, además, por la recurrente ignorancia del comentarista, tamaño esfuerzo didáctico tiene por única meta la de convencer o intentar convencer a la audiencia de la probidad, valentía y claridad de los líderes gubernamentales del presente, como la de asegurar o garantizar que, fuera de este régimen, cabe todo, completamente todo lo peor.
Por supuesto, la reinterpretación interesada de la historia fue un empeño esencial de Chávez Frías que ahora adquiere otra dimensión con las referencias descontextualizadas y aparentemente incontrovertibles que vuelan por la radio y televisión. Los brochazos contribuyen a la confusión de los que detestan a Maduro Moros y sus asociados, al igual que pone el acento en los partidarios que dudan razonablemente de un régimen que los castiga con el hambre y la miseria tan inclementemente.
En una ocasión, María Elena González Deluca, sobre los usos políticos y simbólicos del pasado, versó acertadamente sobre el compromiso moral del historiador con la verdad (*). Empero, el fenómeno al que aludimos no se trata de un sobrio asunto histórico y de los historiadores, sino de la más burda propaganda con fines políticos y hasta pendencieros.
Sentimos que, en los medios independientes, se es indiferente a toda reminiscencia del pasado, lo cual sugiere un esfuerzo importante de verificación e interpretación. Y, en los oficiales, sobre todo por lo que respecta a una programación mórbida que suscita el interés de propios y extraños, por aquello de la cotización de los enemigos que el gobierno tiene por reales y por imaginarios, el interés es tan supremo que dedican a un numeroso personal y comprometen los servicios públicos hemerográficos para la manipulación ilimitada.
(*) “Historia, usos, mitos, demonios y magia revolucionaria”, en: Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales, UCV, Caracas, nr. 2 de 2005.
Ilustración: Osvaldo Peruzz.
28/11/2016:
http://www.diariocontraste.com/2016/11/de-la-manipulacion-historica-y-noticiosa-por-luis-barragan-luisbarraganj/#
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