Festividad del dolor ajeno
Luis Barragán
Monopolio de la dirección política y militar de la revolución, el moldeable partido de facto, las divisas petroleras están únicamente destinadas a su terco sostenimiento. Las hay graneadas para el departamento de asuntos clientelares y afines, no otro que el conformado por el PSUV y sus entidades subsidiarias, pues, el grueso de la inversión tiene por puerto seguro aquélla instancia decisiva para la supervivencia de quienes, al fin y al cabo, cuentan con la fortuna de integrarla.
Regla fundamental del juego, los más urgidos partidarios del régimen deben también resignarse a pasar hambre, arriesgar la vida en las calles y recurrir a las también escasas yerbas naturales para intentar remediar sus dolencias, como el resto de una mayoritaria población que ha tenido y tiene el coraje de denunciar y protestar al régimen. No hay recursos para aliviar siquiera la inédita – francamente, inédita – emergencia alimentaria, médica y farmacéutica del país, sumergidos en una pavorosa inseguridad personal, pero sobra el dinero para decretar una parranda que es burla descarada por el dolor ajeno.
Forzando la época decembrina, el alcalde menor de la Caracas que suena por las balas, la miseria, el hambre, bajo el imperio del hampa, le ha metido un asombroso dineral a una sucesión de espectáculos musicales que incluye, por supuesto, la debida importación de las grandes estrellas del canto que le ha sido posible, y, con toda seguridad, el negocio – porque lo es – será hábilmente imitado por sus pares oficialistas de todo el país hasta donde les alcance la cobija. El escándalo llegará y perforará las paredes de morgues y funerarias, repletadas por el mismo gobierno de casi dos décadas como nunca antes lo hizo otro: a Jorge Rodríguez no le importa, mientras que la desgracia sea completamente extraña, ajena, distante, revelando una concepción mórbida del poder.
Más de dos millones de dólares tragará el festival de la burla y, en medio de las diferentes materias que trata la amenazada Asamblea Nacional, procuramos darle un cupo en nuestras diligencias, asombrados por el silencio o, por lo menos, la débil reacción de todos los concejales de la pequeña o gran Caracas. Salvo muy circunscritas excepciones, sentimos que la oposición metropolitana hace poco o nada al respecto, cuales espectadores de un derrumbe moral que puede tapiarlos.
Los antiguos dictadores y sus asociados, no llegaron tan lejos así tuviesen una natural y desenfadada vocación rumbera, como ocurrió – por ejemplo – con Cipriano Castro y, más comedido, Antonio Guzmán Blanco. Hoy, ni las formas se cuidan o, es más, convertidas en el fondo descarado del asunto, la dirección política y militar de la revolución hace de los medios un fin para sobrevivir a cualquier precio: el dólar que falta para tener pan de trigo, de maíz o de yuca, por no hablar del fármarco por el que desesperamos, les sobra para el guaguancó de sus más indignos desprecios por la vida humana.
21/11/2016:
http://www.noticierodigital.com/2016/11/festividad-del-dolor-ajenohttp://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=51809http://www.ventevenezuela.org/festividad-del-dolor-ajeno-luis-barragan
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