República Bolivariana de Venezuela
ASAMBLEA
NACIONAL
Dirección de los Servicios de Secretaría
División de Servicio y Atención Legislativa
|
Sesión Ordinaria del día martes 25 de septiembre de
2012
Intervención
del ciudadano diputado
LUIS BARRAGÁN
(*).–Ciudadano Presidente, colegas Parlamentarios:
Militantes del humanismo cristiano, no sentimos complejo alguno al
reconocer esa deuda personal de lector que tenemos no sólo con Domingo Alberto
Rangel, el ensayista, sino con el novelista, y quien a diario era capaz de
escudriñar desde su particular perspectiva ideológica la vida venezolana. Por
supuesto que hay, perspectivas distintas y encontradas, las que nos pueden
llevar a la obra, al pensamiento y a la acción que desarrolló Domingo Alberto
Rangel.
En “El proceso del capitalismo contemporáneo en Venezuela” leído en nuestro bachillerato, por ejemplo,
lamentaba que la Guerra Federal no hubiese desembocado en la definitiva
instauración y desarrollo, que se supone propio del proyecto que lo anima, del
capitalismo en Venezuela; o la larga entrevista que le concediera a Ramón
Hernández, donde – conceptualmente - cuestionaba el carácter de la lucha
guerrillera de los sesenta. Negaba que fuera una guerra de guerrillas la que se
dio en nuestro país.
También constituye otro ejemplo de la rica discusión que puede
suscitar el viejo Domingo Alberto Rangel, a quien tuve en suerte conocer y
conversar en su etapa postrera de vida. No obstante, deseamos resaltar el
carácter plural de esta Asamblea Nacional, irreductiblemente plural, que nos
permite hacer nuestro, a pesar de las diferencias, a una persona como Domingo
Alberto Rangel. Debemos resaltar que es una lección para quienes de un modo u
otro hacemos vida política en Venezuela, al parlamentario del verbo encendido;
verbo encendido e inteligente, incapaz de la descalificación personal, soez,
procaz. Eso es una lección que debemos aprender, y, para evitar echarle leña al
fuego, creo que ustedes deben aprender mucho de Domingo Alberto Rangel,
inteligente, sagaz.
También debemos hablar del Domingo Alberto Rangel, político ilustrado.
Era un interlocutor válido en el debate parlamentario y fuera del Parlamento.
La larga obra de Domingo Alberto Rangel es necesaria que las nuevas
generaciones también la conozcan, aunque nuestro gusto personal - en lugar de
esos tres tomos de Capital y desarrollo, etc. -
se inclina más, y lo digo sin ironía, por la serie dedicada a Gómez,
sobre todo por ese detalle de la novela que se llamó “Junto al lecho del
caudillo”.
Resaltemos la claridad ideológica, aunque a veces nos confunde esa
frontera, esa ambigüedad entre el leninismo y el trotskismo. Incluso, una de
sus obras últimas la dedicó a exaltar la vida de Trotski, pero - sin lugar a
dudas - una claridad que nos permitía, como en los tiempos del liceo cuando
rivalizábamos con los sectores de la ultraizquierda, saber en qué coordenadas
políticas e ideológicas nos manejamos y nos manejábamos.
Estas son lecciones que da precisamente Domingo Alberto Rangel.
Para finalizar, yo no imagino a
Domingo Alberto Rangel interrumpido por una cadena del Ejecutivo Nacional. Ese
verbo encendido se hubiese manifestado, porque en el momento que se le rinde un
homenaje y que, incluso, la bancada democrática de la oposición está
reconociendo su trayectoria, es increíble que el Ejecutivo Nacional despache
una cadena nacional y evite que el pueblo venezolano oiga la palabra de sus
parlamentarios.
De modo tal que, desde esta
perspectiva sobria y responsable, la bancada democrática de la oposición acoge
este homenaje a Domingo Alberto Rangel, que los interpela a ustedes desde la
perspectiva ideológica, porque hemos visto a muchos hablar precisamente de lo
que él creyó y dar el testimonio de vida que él dio.
Muchas gracias, señor Presidente.
Nota LB: La fotografía nos trae a DAR junto a Sara Lizarraga, y la creemos de dos o tres años atrás. Ella tuvo la gentileza de invitarnos a conversar con Rangel, a quien - independientemente de las diferencias - siempre atrajo nuestra atención. E, igualmente, consignamos nuestra intervención en la sesión plenaria del martes próximo pasado. Quisimos hablar luego de la presentación del acuerdo por el diputado Fernando Soto y de la respuesta bien adequizada del diputado Willian Dávila. La idea fue la de una intervención lo m{as serena posible para el brevísimo tiempo que concede el Reglamento Interior y de Debates para parlamentar (!único caso en el parlamento democrático mundial!). No hab{ia terminado de decir "procaz" y nos dimos cuenta de la entrada de la cadena. Y dejamos,inevitable, constancia de nuestra indignación.
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