EL NACIONAL - Miércoles 22 de Agosto de 2012 Opinión/6
Una natural diversidad cultural
SERGIO ANTILLANO A.
Diversidad es variedad, desemejanza, diferencia. Diversidad biológica es la propiedad de entes vivos de ser diferentes de los demás y estar formados por unidades desemejantes. Cada gen, célula, individuo, población, comunidad o ecosistema es distinto de los demás y formado por más de una unidad diferente. Biodiversidad, o variedad de formas vivas, incluye las diversas funciones ecológicas que desarrolla, y la variedad genética que contiene cada individuo. Es una propiedad fundamental, natural, necesaria e irrenunciable de los seres vivos. No hubiese vida si todos fuesen homogéneos e iguales a los otros seres, incluso a los de su mismo grupo. La diversidad está relacionada con los procesos ecológicos (sucesión, madurez, estabilidad, adaptabilidad, etc.). Cada especie difiere de las otras, en el nombre que la ciencia le asigna, pero también en cómo sus adaptaciones definen su lugar y función en un ecosistema.
La diversidad de la naturaleza, inherente al sostenimiento de la vida en el planeta, es referencia al asociar cultura y naturaleza. Ese atributo de la biota parece serlo igualmente en el campo de la cultura, y más aún, del pensamiento. La cultura material e inmaterial está íntimamente ligada a la diversidad como condición necesaria para la realización plena del individuo y la sociedad.
Sin ella no parece haber posibilidad de convivencia y vida espiritual, emocional e intelectual a plenitud para los seres humanos. La homogenización de una sociedad, de su pensamiento y formas de comprensión y análisis, es su empobrecimiento y virtual ocaso.
Para la Unesco, "diversidad cultural es manifestación de los cambios temporales y espaciales de la cultura que se ven traducidos en la originalidad y pluralidad de lenguaje, religión, modos de producción y expresiones artísticas, gastronómicas y en el manejo de los recursos naturales". Es, además, fuente de intercambios, de innovación y creatividad.
La diversidad cultural va a la par de la biodiversidad y se dice que una importante parte de ésta no se encuentra en áreas naturales protegidas sino en las extensamente habitadas por comunidades campesinas, rurales, semirrurales o indígenas del llamado Tercer Mundo. En esas sociedades residen conocimiento y saberes en biodiversidad que constituyen valioso patrimonio intangible, resultado de la apropiación que hace el ser humano de los recursos naturales, al transformar la naturaleza cuando interviene y modifica ecosistemas, cambia estructuras genéticas, modifica o crea nuevas especies de plantas o animales, crea nuevos materiales, dispone inadecuadamente los desechos de su actividad, o incide, de cualquier forma, sobre el funcionamiento y composición del sistema de sustentación de la vida en la Tierra. El ser humano aprende haciendo esos cambios que, en mucho, la naturaleza aún no asimila.
Al principio, y por largo rato, prácticas ecológicas y visiones sistémicas de pueblos indígenas y culturas primigenias permitieron la convivencia armoniosa con la biodiversidad. Al acelerarse los cambios vino el conflicto que define la crisis actual. Las comunidades indígenas, campesinas y científicas probaron, experimentaron, desecharon o desarrollaron, en torno al uso utilitario de sustancias naturales, plantas y animales, para alimento, medicina, comunicaciones, vestimenta, limpieza personal, transporte, cobijo y vivienda, entre muchos usos. Modificamos la diversidad biológica y aumentamos nuestros conocimientos.
La biodiversidad, en cambio continuo, refleja el largo proceso de cruzamientos espontáneos o provocados por diferentes grupos humanos sobre las especies. La amplia experiencia acumulada en manejo de biodiversidad abarca plantas y animales "domesticados", modificados, que son verdaderos bancos genéticos, con información de la interacción entre sociedades humanas, plantas y animales. En esa interrelación, muchas culturas desarrollaron espiritualidad e interpretaron la naturaleza en torno a la agricultura y al dialogo plural y diverso entre humanos y diversidad biológica.
Ese "patrimonio colectivo" es evidente no sólo en formas de cultivos o especies modificadas, es también conocimientos (validados por la ciencia), abstracciones, creencias religiosas y espirituales, imágenes, imaginación e imaginarios, diversidad de lenguajes, así como expresiones en la estructura social, el arte, la música y sonoridades, en la dieta y la gastronomía, y en todo un infinito número de atributos de la sociedad humana.
Ilustración: Manuel Pérez.
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