Quizá no merecía una respuesta de tal calibre, mas la polémica suele imponerla. Y Manuel Caballero dio ejemplo de su talentosa vocación por el misil verbal que, certero, produjo una humorada que redujo a polvo la argumentación religiosa de Flores.Extrañamos - precisamente - el alto vuelo de la vieja prensa, sobre los más diversos temas. Demasiado poco que ver con comentarios tan soeces, inelegantes y personalmente descalificadores, como la ocurrencia del periodista matutino de televisión que llamo "mami, mami" a William Ojeda, pues éste la decía "papi, papi" al alcalde hijo de José Vicente Rangel.
LB

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