jueves, 2 de diciembre de 2010

groucho, ¿es o no es, siéndolo?


EL NACIONAL - Miércoles 01 de Diciembre de 2010 Opinión/8
A Tres Manos
Miradas múltiples para el diálogo
El socialismo a partir de lo que no es
El socialismo no propende la estructuración de una sociedad estatizada
ABRAHAM GÓMEZ R.*

A través de un leve esfuerzo podemos abrir otros modos epistemológicos para conceptuar los fenómenos de la realidad socio-política actual en nuestro país.

Aproximemos un análisis de lo que hoy acontece aquí, sin recurrir, obligadamente, a la lógica formal. Dejando de lado la recurrente e histórica herencia de los pensamientos cuyo trasfondo se vuelven líneas acríticas e invariables, donde "una cosa es siempre igual a sí misma". Si nos apartamos un poco de esa manera de mirar las realidades conseguimos alternativas para constituir las necesarias categorías de lo que tenemos al frente, en lo que estamos imbuidos, y que muchas veces por el empecinamiento de congelarlas en el formalismo lógico no alcanzamos a conocerlas con distinción.

Resulta interesante la comprensión que intentamos hacer de algo mediante "lo que no es".

Ciertamente, adquiere de suyo un rasgo dialéctico la disposición de entender los fenómenos de esa manera. Diremos, entonces, que "la verdad" total sólo puede expresarse si tenemos en cuenta el opuesto de lo que se trate.

¿Por qué digo lo que digo? Si a un tal socialismo redivivo apuntamos no es difícil extraer las experiencias, enjundiosamente documentadas, de los traumas que causó la pretensión de imponer a parte de la humanidad tal ideología. Un considerable trayecto del siglo XX está jalonado así. La conclusión obtenida es que no son suficientes, en apariencia, las sanas intenciones para ejecutar planes y programas de desarrollo en provecho de las sociedades si no van aparejados de claras definiciones de lo que se persigue. Si no quedan establecidos con antelación los fines y medios que posibiliten los objetivos últimos.

Mientras los exégetas del indescifrable socialismo del siglo XXI (por cierto, cada vez menos y con minúscula intensidad) cumplen tareas exhaustivas con el propósito de explicar de qué se trata este inescrutado asunto, a un destacado sector democrático únicamente le basta con apelar al recurso discursivo de lo que el socialismo no es para develar la clave comprensiva, sin más, del atosigamiento que padece Venezuela.

El socialismo no propende la estructuración de una sociedad estatizada, donde sin escrúpulos las decisiones vienen impartidas desde elevados cenáculos, perversión de una clase-nomenclatura militarista que rige e impone las iniciativas.

A partir de la lapidaria sentencia marxista que enuncia "la explotación del hombre por el hombre" debemos reprecisar, en estos tiempos, a quién le corresponde el papel de explotador. Queda abierta una deuda teórica para resignificar tales categorías en la actualidad venezolana, con mayor énfasis en lo que atañe a "las relaciones de producción" del ciudadano frente al Estado. Un todopoderoso Estado hipertrofiado cuyo poderío se ha incrementado con y desde los "medios de producción" que ha venido engullendo, con lo cual cae en serio cuestionamiento su carácter benefactor, por cuanto para sostenerse tiene que sobreexplotar el factor trabajo con el fin de ensanchar las cifras del capital. Socialismo no es capitalismo. Conforme a los resultados provechosos en sentido social y económico que exhiben los países nórdicos ante el mundo, colegimos que socialismo no es populismo vulgarizado. Es populismo cuando sólo el Estado ofrece la solución de los problemas como proveedor exclusivo de los recursos, con el mínimo esfuerzo de los ciudadanos. El propio Estado cercena las potencialidades humanas individuales para provocar holgazanería y masa cautiva ideologizada.

Si se erige toda la estructura de poder en torno al poder político, con insistencia de sintetizar un "hombre nuevo", con un partido casi único que se confunde con las instituciones del Estado, con un líder que hegemoniza y conculca los demás poderes estatales tal ideología tiene raigambre totalitaria, entonces la distancia es abismal porque socialismo no es totalitarismo.

* Instituto Tecnológico de Tucupita

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