jueves, 2 de diciembre de 2010

de la jerga caraqueña (I)


EL NACIONAL - Lunes 15 de Noviembre de 2010 Escenas/2
Caracas y sus palabras (I)
PALABRAS SOBRE PALABRAS
LETRAS
FRANCISCO JAVIER PÉREZ

Desde sus primeros tiempos la ciudad emprendió la tarea de fundar su propio lenguaje. Junto a la convivencia creadora entre el español de los primeros españoles venezolanos y las lenguas de los indígenas comienzan a establecerse nexos que van a fructificar en nueva lengua, en nuevo español: el español de la ciudad de Caracas, español de Venezuela.

No es posible distinguir entre lo lingüístico caraqueño diferente a lo lingüístico venezolano, pues aún la diferenciación dialectal no está configurada y el impulso lingüístico generado desde la nea metrópolis será pauta para la comprensión de la lengua toda del país. Las primeras voces caraqueñas son también venturosamente las primeras voces venezolanas.

El carácter mestizo de la lengua se comienza a mostrar cuando ya la ciudad deja correr sus primeras décadas de vida. El testimonio de José de Oviedo y Baños nos ilustra sobre las delicias de la lengua, ya un español criollizado: "Hablan la lengua castellana con perfección, sin aquellos resabios con que la vician en los más puertos de las Indias".

La perfección de una lengua mestiza se siente desde los primeros repertorios léxicos que conocemos como descripción de un lenguaje de libertades expresivas, condición que se manifiesta desde muy temprano. La riqueza léxica en el uso del español en la Caracas colonial debe entenderse factor característico en el desarrollo de la actividad léxica nacional desde el tiempo fundador. Caracas impondrá al resto del país sus intereses materiales y espirituales y su hablar impondrá a todos pautas léxicas que canalicen y fecunden la comunicación y la expresión de sus impulsos de contenido y sustancia. Vida y lengua de Caracas marcarán pauta de creación y uso de un léxico distintivo venezolano de dilatado promedio en los múltiples ámbitos del territorio. Los sustratos indígenas serán los únicos en plantear diferencias agudas entre las regiones del país y en propiciar marcas dialectales contrastantes.

Crónicas y libros de historia, memorias y relaciones de viajes, permitirán apreciar los procesos de difusión de un léxico venezolano estandarizado que tiene su punto de partida en procesos que se gestaban en la lengua social de Caracas. El inventario de ese léxico caraqueño difundido panterritorialmente, voces más o voces menos, es siempre el mismo, aquél que nos está haciendo notar la persistencia de un mundo múltiple, ligado a la tierra y a su sencillez. Vida de un pueblo que se expresa con las voces populares más características: ají, are- pa, barbacoa, batata, batea, bihao, budare, butaca, caci- que, caraota, catuche, caza- be, ceiba, hallaca, sebucán, cocuyo, comején, conuco, guanábano, guayaba, gua- yacán, hamaca, hicotea, jobo, huracán, iguana, je- jén, macana, maíz, mamey, maní, nigua, onoto, tabaco, tuna, ture, yuca. Frutos léxicos que la vida caraqueña ha convocado para congeniar en ellos la presencia poblacional indígena hispanizada, de moderados y orgullosos contrastes asidos en su sobriedad. Ellos activarán, al traspasar la barrera del siglo XVIII y anunciar la república, un léxico neológico reflejo de las rutas abiertas por la vida política, social, material y mental de los caraqueños y que, muy pronto, será ya pletórico español venezolano.

Fuente, Caracas en Retrospectiva II (María F. Sigillo) / Facebook (textos e imagen): aporte de Juan Manuel Fuentes Ramajo.

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