lunes, 23 de mayo de 2011

CONSTRUIR CAMINO, SIGUIÉNDOLO


San Juan, 14: 1-12

En su homilía de ayer, el Padre Heinz Escorche refirió al Jesús que, la semana pasada,era la puerta y, ahora, el camino. Este, debemos crearlo o construirlo, a sabiendas que nos lleva a Dios que nos llena de vida. Es necesario asumir y construir una opción, por ejemplo, la vida matrimonial y familiar, o el sacerdocio, maestro o médico, etc. No depender de los padres, que lo sean y hagan todo. Jesús marca las huellas, los pasos, tal como fuímos ungidos con aceite en el bautismo. Pasos de libertad donde Jesús camina con nosotros.

La verdad y felicidad no está en la tarjeta de crédito, en el consumo. Jesús es la vida que dio por nosotros, resucitando. No nos dejará jamás. Perder todo por seguirlo a Él, es ganar. Optar por Cristo.

Villegas y Lacasta

El Pbro. Francisco Morales Villegas ("La Iglesia Ahora", Caracas, 22/05/11, nr. 293), reseña tres ideas importantes: 1) Jesús le responde a Tomás que la esperanza no radica en el método, sino en una persona: Jesús es el camino; 2) responde a Felipe, señalando su perfecta unión con el Padre; 3) Tomás y Felipe ejemplifican la dificultad que tienen los discípulos para entender las palabras de Jesús antes de Pentescostés, preparándonos. Mientras que el Padre Alvaro Lacasta (20/08/08), indico que Jesús se despidió, dirigiéndose a cada uno de nosotros; todavía débiles los Apóstoles, como también nos ocurre ahora, a la espera de la segunda venida; San Agustín decía que todos buscamos la felicidad, pero algunos por mal camino.

Nota LB:

Nos llamó la atención el re-conocimiento y comentario realizado la semana pasada, en nuestra visita a Puerto Ordaz, por el perfil en Facebook y el grupo Homilías, pues, el comentarista nos asumió como "pastor evangélico o algo así",nada de "sacerdote católico". E, insistimos, nos decimos creyentes, aunque ni siquiera reflexionamos al respecto. Según la cultura dominante, hacerlo significa presentarnos como practicantes consumados o realizados, a pesar de las imperfecciones que galopan unas sobre otras. Brevemente, acotamos: por un lado, que el púlpito dominical es la única referencia masiva que queda, en un país de escasas escuelas ética,siendo de interés para los no-creyentes y practicantes irregulares; y, por el otro, aún consecuentes feligreses, ¿resulta imposible suscribir siquiera un telegrama sobre la homilía escuchada?.

Ilustración: Tina Bluefield

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