domingo, 15 de mayo de 2011

LA FLECHA INDISPARADA


EL NACIONAL - Sábado 14 de Mayo de 2011 Papel Literario/4
Amando a una mujer se deja la vida
VIRGINIA RIQUELME

Narrar desde el interior de los personajes , mostrar todas sus fisuras, lo que los embate y lo que los hace fuertes, no es siempre la estrategia más fácil para un narrador. Sin embargo, cuando alguno de ellos opta por escoger esta vía, sentimos que nos adentramos de una manera diferente en aquellos mundos posibles en lo que estos deciden hacer vida o, más bien, en aquella parte de sus vidas que deciden mostrarnos: el instante preciso en el que abren sus puertas para al menos dejarnos sentar en una esquina a ver pasar sus acciones.

Hablo de instante y pareciera que más bien refiero a ese campo semántico cerrado que nos ofrece el cuento. Una historia acotada en la página pero que dispara un antes, un durante y un después más allá de lo que ahí se muestra.

Por acotado entonces, entendemos que habremos de leer pocas páginas. ¿Pero qué sucede cuando esas pocas páginas no contienen un realto ni un cuento largo ni una nouvelle? Estamos leyendo El arquero dormido de Ednodio Quintero. Un libro que contiene cinco novelas en miniatura, una especie de subgénero que el mismo autor nos explica en su prólogo: en pocas páginas, el lector encontrará "un mundo pleno de conflictos y anécdotas, variopintos personajes, bifurcaciones, tensiones, celajes (...) y algunas de las licencias propias de la novela de largo aliento: la inclusión de relatos autónomos insertados a la manera de cápsulas narrativas, ajenos a la trama principal" (p. 9).

Así se desarrollarán estas cinco historias (tres de ellas publicadas con anterioridad y dos inéditas) "gobernada[s] por la voluntad férrea de narrar a toda velocidad" sobre "cinco mujeres empeñadas en amar y castigar a toda velocidad" (p. 11). Entrar en ellas es participar en el recorrido de una montaña rusa: subidas lentas, oyendo el chirrido de los rieles y sin esperarlo, de golpe, una bajada delirante hacia los sentimientos de los personajes masculinos de las novelas: seres opacos y pesados (p. 97), refractarios, ciegos, sordos, mutilados (p. 124) a los que se le va la vida en la existencia de una mujer que huele a "mastranto, canela, nueces, almizcle y alhelí" pero conlleva a la pena, al destierro del afuera de la página, ese metaescenario, ese borde por el que parecen pasearse siempre los personajes.

En El arquero dormido nadie sale ileso, no hay finales felices ni reencuentros que valgan el esfuerzo de los amantes, hay una carrera hacia el vacío del desamor, hacia la ansiedad. Así que usted, querido lector, entre con cuidado, siéntese a ver, porque aquí puede pasar cualquier cosa, no olvide que toda mininovela contiene, "a la manera de un kamikaze de papel, el gérmen de la destrucción" (p.177) y usted ha sido invitado a presenciar este camino desesperado hacia la palabra narrada.

Lectura de vía libre

EL NACIONAL - Sábado 14 de Mayo de 2011 Papel Literario/4
Flechazos y deseo
Y el deseo es mi única guía, el aguijón que me acicatea y traza mi derrotero.
Ednodio Quintero.
"El cielo de Ixtab"
DIAJANIDA HERNÁNDEZ G.

Velocidad y brevedad son las principales características que Ednodio Quintero asigna a la novela en miniatura, término con el que def ine las cinco narraciones reunidas en El arquero dormido. Según Quintero ese ejercicio consiste en narrar a toda velocidad mientras se const r uyen mundos amueblados, con sus personajes, con sus historias, con sus líneas de fuga, permitiéndose "alguna de las licencias propias de la novela de largo aliento"; pero de forma breve, con u na ex tensión i ncluso inferior a "la de un cuento de mediana longitud".

Los flechazos narrativos que presenta el autor en El arquero dormido están construidos desde la descripción precisa, minuciosa; combinada con potentes imágenes, unas líricas, que se alternan con otras sencillas y contundentes, digamos, de tono coloquial que crean una especie de momentos de catálisis. Estos instantes se combinan con dosis justas de humor. Más allá está el juego con el lenguaje, el uso de frases cortas, sonidos, onomatopeyas que dicen más, que incitan al lector a leer entre líneas.

Dice Quintero que el quinteto de novelas en miniatura está impregnado "por el aroma a mastranto, canela, nueces, almizcle y alhelí de cinco mujeres empeñadas en amar y castigar a toda velocidad".

Ciertamente, las historias del libro giran en torno a la figura de esas mujeres y de lo que provocan con su paso y talante, de sus fuerzas seductoras; pero también hay otro hilo que mueve la trama de los relatos de El arquero dormido: el deseo, en su enorme amplitud, en sus distintas manifestaciones, con su lado feliz y su lado oscuro. Las narraciones del libro nos dicen de la potencia de sus efectos, de cómo puede operar en las personas (y específicamente en el hombre).

Dentro de las miniaturas se encuentran hombres que se mueven por ese afecto, que son acicateados por él; o que lo viven como "veneno en la sangre" que puede conducir al "abismo o al crimen". Luz y oscuridad. Los hombres que van tras estas cinco mujeres se enfrentan a la experiencia del deseo y sus derroteros, precisamente porque ellas son objetos de deseo. Así, a toda velocidad, los personajes de estas historias les toca transitar ese recorrido trazado por un movimiento afectivo que espolea y premia o castiga.

Lectura de vía libre

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