sábado, 14 de mayo de 2011

BITÁCORA (1)


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Jueves, 12 de los corrientes. A primera hora de la mañana, ir a Los Teques, regresar a la sede administrativa de la Asamblea Nacional, asistir a una sesión de la dirección nacional socialcristiana ya en horas de la tarde.

La Comisión Permanente de Cultura y Recreación, decidió realizar una inspección en la Casa de Gobierno del estado Miranda, debido a la denuncia formulada por la bancada oficialista sobre los trabajos de remodelación del inmueble. Por cierto, aprobada por unanimidad una o dos semanas antes de que el suscrito plantease el problema del patrimonio cultural, histórico y arquitectónico de las ciudades venezolanas, la política pública que se supone adelanta el Ejecutivo Nacional, y la propia comparecencia del ministro de la Cultura, Farruco Sesto, para que - por lo menos - la explicase. Todo esto lo negaron los diputados adscritos a la comisión, gubernamentalísimos. Sin embargo, al formular la denuncia sobre la presunta afectación de la sede mirandina de gobierno, nos aprestamos todos los diputados.

Fue difícil la inspección, pues concurrimos Miguel Angel Rodríguez, presidente de la comisión, y yo, que la integro, más José Antonio España, como parlamentario invitado, con Gladys Requena, vicepresidente de la citada comisión. Hubo una movilización del alterado chavismo del lugar, concentrado en una plaza cercana donde también ejecutaban el consabido registro de la Misión Vivienda y, a pesar de no alcanzar los cascos, forcejearon para visitar la obra, encabezados por el alcalde de Guacaipuro. La diputada Requena se hizo acompañar por una parlamentaria oficialista regional y otras personas que presumimos con responsabilidades de partido. La secretaria general del gobierno mirandino y el director del despacho correspondiente, como pudieron, nos informaron y entregaron la debida documentación, incluyendo el aval del Instituto de Patrimonio. Salir fue también dificultoso, pues la idea era la de ir a la plaza, como en efecto fuímos, con las juntas comunales, persistiendo las agresiones verbales y algo de "jamaqueo", donde los opositores - claro está - fuímos tildados de "golpistas", "antichavistas", etc., etc. Realmente eran pocas personas, pero agresivas. Nos apersonamos, y en la plaza escuchamos los planteamientos de dos ciudadanos, muy atildados y respetuosos, aunque evidentemente predispuestos en sus alegatos. La diputada Requena habló luego de Miguel Angel, y expresamente señaló el carácter de una reunión del PSUV, cuyos integrantes saludó. Por supuesto, de nuevo faltó a la naturaleza institucional de la visita parlamentaria.

Volvimos a la sede administrativa de la Asamblea Nacional, en Pajaritos, dejando a las pocas personas alteradas en el esfuerzo de penetrar por la fuerza la obra (en la fotografía). Al llegar, vimos un movimiento inusual de la apertrechadísima Guardia Nacional (Bolivariana), pues, un día antes, había fallecido un huelguista de hambre, al que aparentemente no le prestaron auxilio, según un títular de prensa, destacado en el lugar donde los trabajadores oficialistas protestan por su despido en PDVSA. Y, como quedamos, fuí a encontrarme con Clemente Bolívar para ir a la sede nacional de COPEI en Cujicito, aunque - antes - debía yo parar en la Librería Paredes de la esquina de Ibarra, a objeto de buscar un texto de Hermann Heller, obviamente sobre el Estado; y Clemente, después, intentaría ponerle más memoria a la laptop. Empero, nos sorprendió un espeso tráfico, porque hacia el centro acudirían los trabajadores de la UCV a protestar (presupuesto), algo que no alcanzaron por el despliegue de la Guardia Nacional (Bolivariana) y la policía.

No conseguí el libro en una de los ya escasísimos locales especializados en materia jurídica que quedan en Caracas, pero aproveché de tomar una fotografía del espaldar del edificio Karam, histórica y abandonada pieza arquitectónica del art-decó urbano, desde el último pìso del estacionamiento. Tomamos el carro, yendo hacia el este aprovech´´e de fotografiar un ángulo de la conocida Torre Confinanzas. Estacionamos,y al regresar del otro centro comercial donde Clemente compró la memoria adicional, nos tropezamos de nuevo con los rojo-rojitos, los condenados a uniformarse para trabajar en la remodelación de una de las calles de Sabana Grande.

La amenaza de lluvia, hizo más difícil el tránsito. LLegamos tarde a la aludida sesión política, escuchamos desde el fondo la exposición de César, las respuestas a las preguntas formuladas sobre sus aspiraciones presidenciales. Y, ya a las siete de la noche, fuímos a otra reunión de partido, alrededor de un "café", para arribar a la almohada a golpe de once de la noche.

Fotografías: LB (Caracas, 13/05/11)
Jueves, 12 de los corrientes. A primera hora de la mañana, ir a Los Teques, regresar a la sede administrativa de la Asamblea Nacional, asistir a una sesión de la dirección nacional socialcristiana ya en horas de la tarde.

La Comisión Permanente de Cultura y Recreación, decidió realizar una inspección en la Casa de Gobierno del estado Miranda, debido a la denuncia formulada por la bancada oficialista sobre los trabajos de remodelación del inmueble. Por cierto, aprobada por unanimidad una o dos semanas antes de que el suscrito plantease el problema del patrimonio cultural, histórico y arquitectónico de las ciudades venezolanas, la política pública que se supone adelanta el Ejecutivo Nacional, y la propia comparecencia del ministro de la Cultura, Farruco Sesto, para que - por lo menos - la explicase. Todo esto lo negaron los diputados adscritos a la comisión, gubernamentalísimos. Sin embargo, al formular la denuncia sobre la presunta afectación de la sede mirandina de gobierno, nos aprestamos todos los diputados.

Fue difícil la inspección, pues concurrimos Miguel Angel Rodríguez, presidente de la comisión, y yo, que la integro, más José Antonio España, como parlamentario invitado, con Gladys Requena, vicepresidente de la citada comisión. Hubo una movilización del alterado chavismo del lugar, concentrado en una plaza cercana donde también ejecutaban el consabido registro de la Misión Vivienda y, a pesar de no alcanzar los cascos, forcejearon para visitar la obra, encabezados por el alcalde de Guacaipuro. La diputada Requena se hizo acompañar por una parlamentaria oficialista regional y otras personas que presumimos con responsabilidades de partido. La secretaria general del gobierno mirandino y el director del despacho correspondiente, como pudieron, nos informaron y entregaron la debida documentación, incluyendo el aval del Instituto de Patrimonio. Salir fue también dificultoso, pues la idea era la de ir a la plaza, como en efecto fuímos, con las juntas comunales, persistiendo las agresiones verbales y algo de "jamaqueo", donde los opositores - claro está - fuímos tildados de "golpistas", "antichavistas", etc., etc. Realmente eran pocas personas, pero agresivas. Nos apersonamos, y en la plaza escuchamos los planteamientos de dos ciudadanos, muy atildados y respetuosos, aunque evidentemente predispuestos en sus alegatos. La diputada Requena habló luego de Miguel Angel, y expresamente señaló el carácter de una reunión del PSUV, cuyos integrantes saludó. Por supuesto, de nuevo faltó a la naturaleza institucional de la visita parlamentaria.

Volvimos a la sede administrativa de la Asamblea Nacional, en Pajaritos, dejando a las pocas personas alteradas en el esfuerzo de penetrar por la fuerza la obra (en la fotografía). Al llegar, vimos un movimiento inusual de la apertrechadísima Guardia Nacional (Bolivariana), pues, un día antes, había fallecido un huelguista de hambre, al que aparentemente no le prestaron auxilio, según un títular de prensa, destacado en el lugar donde los trabajadores oficialistas protestan por su despido en PDVSA. Y, como quedamos, fuí a encontrarme con Clemente Bolívar para ir a la sede nacional de COPEI en Cujicito, aunque - antes - debía yo parar en la Librería Paredes de la esquina de Ibarra, a objeto de buscar un texto de Hermann Heller, obviamente sobre el Estado; y Clemente, después, intentaría ponerle más memoria a la laptop. Empero, nos sorprendió un espeso tráfico, porque hacia el centro acudirían los trabajadores de la UCV a protestar (presupuesto), algo que no alcanzaron por el despliegue de la Guardia Nacional (Bolivariana) y la policía.

No conseguí el libro en una de los ya escasísimos locales especializados en materia jurídica que quedan en Caracas, pero aproveché de tomar una fotografía del espaldar del edificio Karam, histórica y abandonada pieza arquitectónica del art-decó urbano, desde el último pìso del estacionamiento. Tomamos el carro, yendo hacia el este aprovech´´e de fotografiar un ángulo de la conocida Torre Confinanzas. Estacionamos,y al regresar del otro centro comercial donde Clemente compró la memoria adicional, nos tropezamos de nuevo con los rojo-rojitos, los condenados a uniformarse para trabajar en la remodelación de una de las calles de Sabana Grande.

La amenaza de lluvia, hizo más difícil el tránsito. LLegamos tarde a la aludida sesión política, escuchamos desde el fondo la exposición de César, las respuestas a las preguntas formuladas sobre sus aspiraciones presidenciales. Y, ya a las siete de la noche, fuímos a otra reunión de partido, alrededor de un "café", para arribar a la almohada a golpe de once de la noche.

Fotografías: LB (Caracas, 13/05/11)

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