martes, 17 de mayo de 2011
LAS RUTAS IMPENSADAS
Petróleo, cultura y poder en Venezuela
Luis Barragán
Tarea inconclusa, quizá tardamos mucho en abordar y profundizar en nuestra cultura petrolera. Más allá de una actividad concreta que ocupa a muy pocos, la renta ha generado un vasto universo de predisposiciones que permite muy bien subsumir y explicar lo que ocurre hoy en el país.
Afortunadamente reeditado, esta vez con prólogo de Axel Capriles, “Petróleo, cultura y poder en Venezuela” de María Sol Pérez Schael (Los Libros de El Nacional, Caracas, 2011), constituye un esfuerzo todavía vigente de explicación sobre el destino inevitablemente compartido, fundado en la racionalidad e irracionalidad de un discurso sostenido por largas décadas. Somos lo que creemos ser, por “ilógico” e “irreal” que parezca, halados por esa pesada carga simbólica del petróleo que nos ilusiona constantemente.
Valga acotar, la desilusión – natural, masiva y periódica - nos releva de toda responsabilidad, porque son otros, genéricamente entendidos como los “corruptos”, los que nos impiden acceder a la prosperidad prometida y, por si faltara poco, absolutamente gratuita que garantiza. De modo que no hay propósito político alguno que nos interpele, por más honda y suicida que se haga la crisis, frente a la cobarde recreación del mito.
Hacia 1993 leímos por vez primera el texto de Pérez Schael, provocando un impacto personal considerable en nuestras perspectivas. De un vigor intacto en buena parte de sus planteamientos, se ofrece como una decisiva contribución para dibujar la transición post-autoritaria que nos espera, ya a casi dos décadas de escrito.
Es ahora, por una parte, cuando la consideración del imaginario colectivo adquiere cierto auge en la opinión pública, ya que – definitivamente - de nada ha servido el esquema convencional de interpretación del régimen actual que se ha servido de una básica sociedad y cultura democrática de la que se aprovechó, destruyéndola con eficaz lentitud. La obra de marras, es trigo frente a la cizaña abundante que circula en la materia.
El chavezato que entendemos como la materialización estatal de un movimiento social y político, el chavismo, a falta de expresiones más adecuadas para un fenómeno propio del rentismo sociológico, ha agudizado el imaginario que se creyó vencido, como si supiera de un escala de caducidad o prescripción. Y es que, por otra parte, la burocracia privilegiada ha perfeccionado la explotación de los inmensos recursos simbólicos del Estado que, aún fuera del poder, quedará como la más cabal representación de la pobrecía, acuñada desde los mismos tiempos de la gesta independentista, a la que se le negó el disfrute de una riqueza providencial.
Para finalizar, Pérez Schael ha de inspirar el debate político que las urgencias electorales enfermizamente postergan. Frecuentemente, predispuestos, la vanidad y el temor no permiten acceder a una literatura que obliga a repensar a Venezuela, porque “nos las sabemos todas”, aunque haya que esconder el miedo a los planteamientos más complejos que la simple y burda circunstancia que dice explicarnos.
Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2011/05/petroleo-cultura-y-poder-en-venezuela/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=766651
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