Estimada Lic. Morales:
Ciertamente, hay un nivel preocupante de
inoperatividad de la Asamblea Nacional que puede agravarse con la
consabida campaña presidencial. La bancada democrática de la oposición
exhibe fallas o errores, como ocurre en toda obra humana, pero ha hecho
un esfuerzo de reivindicación de la función parlamentaria a pesar de los
obstáculos oficialistas y del inmovilismo al que condena a las
comisiones permanentes.
Digamos, por una parte, que mantenemos el empeño de dar el debate,
muy a pesar de esos obstáculos interpuestos y, por mucho que ANTV no
goce de "rating", como también satisface al gobierno nacional, por lo
que - a modo de ilustración - los argumentos contra la segunda
formalización del acuerdo sino-venezolano (Fondo Chino), tuvieron su
impacto testimonial, el que irremediablemente - se dirá - puede darse
para que no se suscriba con absoluta impunidad. Hay leyes aprobadas
abusivamente, pero se ha dejado sentir la protesta; e investigaciones
planteadas que, a pesar de no materializarse, el sólo anuncio compromete
la honestidad gubernamental.
Personalmente, por otro lado, no he dejado de asistir a las
reuniones de la Comisión de Cultura. Ya no es una sorpresa la demora y
negligencia del PSUV para abordar el Proyecto de Ley Orgánica de la
Cultura que está agendado desde 2011, aunque la oposición hizo sus
propuestas básicas, o el desconocer la competencia de la Comisión a
propósito de las denuncias concretas que se han hecho. Muy bien ilustra
esta Comisión, la parálisis o el inmovilismo que desea hacer de las
comisiones permantes, a lo sumo, una sucursal del gobierno para ventilar
- una que otra vez - materias que les son inevitables, porque todo
ministro - por principio - es ininterpelable o inconsultable.
En todas las campañas electorales, el trabajo parlamentario se
resiente. Quizá por precedentes, ahora frecuentemente olvidados, como
las polémicas y fallidas sesiones efectuadas durante el período comicial
de 1968, antecedida por una complicadísima instalación del Congreso al
principiar el citado año, hubo mayor disposición y consecuencia con el
trabajo parlamentario a través de sus sesiones ordinarias y de la
Comisión Delegada al atravesar a posteriori períodos semejantes. Hoy,
hay responsabilidades impostergables de la oposición democrática que no
impiden un nivel satisfactorio del trabajo parlamentario en la campaña
electoral, pues, además de la existencia de los suplentes, muchos de
ellos con una experiencia y calificación importante, resultado de los
acuerdos unitarios del 26-S, las plenarias las celebramos - apenas - una
vez a la semana, el escenario parlamentario sigue cobrando importacia
y, en definitiva, por más que sea habiltado otra vez Chávez Frías,
resulta inaceptable dejar ese escenario para que el gobierno ordene a su
sucursal del PSUV en San Francisco, hacer lo que se le antoje:
sobretodo, en el campo normativo al entender a la AN como una fábrica de
leyes.
Coincido con la preocupación fundamental que ha expuesto,
compartida por todos los venezolanos, con un llamado implícito a la
pronta rectificación y reivindicación de responsabilidades. No obstante,
además de expresarle que hay disposición al trabajo, lo que está y
estará en juego es la institución de la inmunidad parlamentaria. Creemos
que ella, en el transcurso de la campaña electoral que seguramente será
áspera por las perspectivas y realidades que ha de afrontar el
gobierno, toda actuación y opinión de los parlamentarios de la oposición
pueden llevar a un allanamiento, ya que - por motivo del propio trabajo
en la Comisión de Asuntos Parlamentarios - William Ojeda estuvo punto
de perder su investidura, como fue severamente amenazado - por un video
que no deja constancia alguna - Richard Mardo. Por consiguiente,
seguimos acercándonos a la hora de todos los peligros.
Reciba un cordial saludo,
LB
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