viernes, 29 de junio de 2012

TERAPIA

EL NACIONAL - Viernes 29 de Junio de 2012     Escenas/1
Lecturas que desafían
CARMEN VICTORIA MÉNDEZ

Una feria de arte siempre tiene más de una lectura. Es el caso de la vigésima primera edición de la FIA, inaugurada el pasado miércoles, en la que coexisten 3 tiempos: la revisión del pasado del arte venezolano, la reinterpretación de obras modernas que hicieron historia y el examen de proyectos contemporáneos creados en los últimos 12 meses.
En el primer tramo de los 3.000 metros de arte el espectador podrá observar el óleo Las queseras del medio, creado en 1882 por Arturo Michelena, así como una serie de dibujos del pintor valenciano. Todas las piezas pertenecen a la Colección Banesco. Un poco más adelante, otro stand institucional, el de la Colección Mercantil, exhibe una obra de Asdrúbal Colmenárez en 2 tiempos. En las paredes cuelgan las piezas de su conocido Alfabeto polisensorial, que data de 1978. Se trata de una obra participativa, pero por razones de conservación el público no puede tocarla. Sin embargo, sobre una superficie se exhiben 7 facsímiles, algunos creados por el artista, que pueden ser manipulados.
Figuras como Colmenárez, Pedro Morales, Sigfredo Chacón y Julio Pacheco Rivas son una constante tanto en el hall (en el que se expone un homenaje a la generación de artistas de los años ochenta) como en los espacios institucionales y los stands de las galerías.
Los creadores nacidos entre los setenta y los ochenta también acaparan la atención.
Es el caso del dúo Bonadies y Olavarría, que presenta un Solo Show de su trabajo La Torre de David (que ha recorrido varias ferias internacionales) en el stand de El Anexo. El mismo tema está presente en el stand de D’Museo, en una fotografía de Juan Toro que muestra los diversos pisos de la torre, uno a uno. Fue tomada por partes y rearmada por el artista.
Oscar Abraham Pabón y Javier Rodríguez también pertenecen a la generación de jóvenes artistas. Desarrollaron sus proyectos para la Fundación Cisneros.
La visión contemporánea de la cerámica presente en la obra de Cristóbal Ochoa destaca en el stand de la galería Gsiete. En el espacio de GBG Art la obra de Carlos Enríquez-González, una escultura monumental en forma de vagina, atrae los flashes de las cámaras.
Los maestros como Oswaldo Vigas y Luisa Richter tienen su sitial, así como el arte geométrico, presente en nombres como Rafael Barrios, Jesús Soto, Carlos Cruz-Diez, Nanín García y Carlos Zerpabzueta, entre otros.
Homenaje póstumo.
Durante la gala, Miguel Henrique Otero, presidente editor de El Nacional , recibió en nombre de su madre, la fallecida promotora cultural y periodista María Teresa Castillo, la orden El Precursor, otorgada por la Gobernación de Miranda.
También fue entregada la orden María Teresa Castillo a los creadores Asdrúbal Colmenárez, Julio Pacheco Rivas y Pedro Morales, por su participación en el proyecto Pedagogías Sensibles

EXPOSICIÓN La memoria es el tema de la obra
Nayarí Castillo atrapa el sonido
La artista rearma cinco historias reales a partir de fotografías, textos, videos y objetos
C.V.M.

Las situaciones límites, los traumas, los desastres naturales e incluso la locura habitan en el mundo acústico. Así lo refleja la artista Nayarí Castillo en las cinco instalaciones que integran la muestra Epigramas sonoros. La creadora residenciada en Inglaterra define su proyecto como una selección de historias cortas sobre traumas o situaciones que cambiaron la vida de personas, y su relación con el sonido.
Castillo recrea el estruendo que quedó grabado en la mente de una niña alemana que lanzó una pequeña piedra a un lago en invierno, con la intención de ver si el hielo era lo suficientemente sólido como para patinar. Sin embargo, entre el espejo de agua y el lago había tanto aire que hubo un temblor y éste se partió en dos.
La artista reconstruye la historia a partir de videos, animales encapsulados al estilo de un museo de ciencias naturales, textos y fotos Polaroid.
En otra sala Castillo presenta la historia de un piromaniaco que asocia su compulsión a un grito desesperado. Tuvo la oportunidad de trabajar con él y obtuvo sus memorias e incluso vestigios de los incendios que causó. Hábilmente, dispone estos elementos en torno al extintor de la sala para crear la sensación de obra in situ.
La artista también refleja sus experiencias con la paciente de un psiquiátrico, con la que realizó un trabajo de arte-terapia. La mujer oye voces desde pequeña e intenta exorcizarlas al atraparlas en frascos, con la ayuda de Castillo. La instalación se titula 25 trampas y muestra los recipientes llenos de objetos asociados a las características de esas voces.
Los frascos contienen desde bufandas hasta miel. Su estética remite a las boticas. "En realidad me recuerdan al Museo de Brujería de Boscastle, muy cerca de donde vivo. Allí tienen unas botellas que hacían las brujas en el medioevo para atrapar a lo supuestos espíritus malignos. Tomé la idea para el arte-terapia. Lo que yo aporto es la reestructuración de estas historias en un lenguaje más estético. Tengo una manera muy fragmentaria de reconstruir esta memoria.
Una pieza que contiene trozos muy pequeños de paredes que se desmoronaron durante el tsunami de Japón pretende atrapar el silencio que sobreviene inmediatamente después de una catástrofe. También destaca la obra hecha con pequeñas botellas llenas de agua de mar y objetos recogidos en la playa. Estas últimas pertenecen a una mujer cuyo hermano marinero murió ahogado. Ella va a diario a la playa para intentar oír su voz (un hecho asociado a la leyenda de que quienes nacen enmantillados pueden comunicarse con el más allá), pero sólo capta los sonidos del horizonte. Es por eso que las pequeñas cajas de cristal trazan una línea en medio de la pared.


Cfr. http://www.eluniversal.com/arte-y-entretenimiento/120628/recorra-la-xxi-feria-iberoamericana-de-arte

No hay comentarios:

Publicar un comentario