sábado, 23 de junio de 2012

DOS AUTORES CONTRAPUESTOS


SOL DE MARGARITA, 23 de Junio de 2012
Grano de mostaza
Paraguay: La derecha arremete
 William Fariñas

Los halcones imperiales del norte, los sectores burgueses y la derecha más rancia de América, aún no han internalizado que estamos viviendo otra época  de la democracia y la participación de los pueblos en los asuntos de Estado, la sociedad y la política en general. En las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado, las dictaduras militares y las democracias representativas  eran la expresión del sometimiento de los sectores poderosos de las oligarquías nacionales en conchupancia con las empresas  trasnacionales norteamericanas.
Con el cuento del anticomunismo y el argumento bipolar de la extinta Unión Soviética, la América mestiza se plagó de gobiernos  represivos que coaccionaron la participación de los movimientos sociales en sus justas luchas por la liberación y reivindicaciones. La crisis global de los 80 y 90 desenmascaró al Consenso de Washington y a todo el entramado interamericano tanto en lo militar, la política y  la economía. El fracaso del TIAR en el tema de Las Malvinas y la imposición de los paquetes neoliberales con el FMI, derrumbaron las franjas de gobernabilidad de muchas regencias títeres de Latinoamérica. Hoy los campesinos sin tierra, los hermanos indígenas originarios, los trabajadores, estudiantes, mujeres y el pueblo de las inmensas barriadas, chávelas y ciudades de la América Grande, tienen un nivel de conciencia de la lucha política distinta a la sumisión del pasado. Los casos de Nicaragua, Cuba, Ecuador, Brasil, Argentina, Bolivia, Chile, Perú y Venezuela entre otros, son muestras que los pueblos heroicos construyen  esta histórica responsabilidad.
Los nuevos formatos de Golpes de Estado, auspiciado por los Gringos y sectores de la derecha internacional contra Honduras y en este momento en Paraguay, son evidencia que la lucha sigue y  el  imperio contra ataca. La subsistencia de imperialismo norteamericano y el poder de estos  grupos, requieren gobiernos dóciles y manejables para seguir chupándose las inmensas riquezas naturales, energéticas, hídricas y de la biodiversidad de nuestro continente. El modo de vida de Los Estados Unidos y sus altas demandas de recursos  están en nuestros territorios, selvas, mares y ríos. La derecha latinoamericana no cree ni en democracia participativa y protagónica, ni en la participación popular para administrar las políticas públicas; menos en la lucha contra el latifundio y la explotación ambiental; ni en  las libertades y derechos de los pueblos por una vida digna. Poco les importa el tema de las viviendas de los pobres, su educación, salud y alimentación.
La derecha es expresión servil  de lacayos que venden a sus patrias a un supuesto libre mercado de bienes y servicios manejados al interés del más fuerte capitalista. Con esas fracciones políticas de la derecha aberrante convivimos, no obstante hay que dejarle claro a estos sectores dominantes que el pueblo estará  dispuesto a luchar por todas las vías y fuerzas para acabar con la  tiranía de los poderosos de siempre. Solidaridad absoluta con el Presidente Fernando Lugo y el pueblo Guaraní. Viviremos y Venceremos.

EL UNIVERSAL, Caracas, 23 de Junio de 2012
Paraguay: golpe de Estado constitucional
Se han utilizado las instituciones exactamente para lo que no están diseñadas
ADOLFO P. SALGUEIRO

El jueves nos sorprendió la noticia de que el Congreso paraguayo había iniciado un procedimiento de juicio político al presidente Fernando Lugo con motivo de un desgraciado episodio en el que una combinación de fuerzas policiales y militares participaron en un confuso evento que dejó como saldo dos decenas de muertos. A la hora de escribir estas líneas aún no se sabe mucho ni de la marcha ni del resultado del procedimiento pero ello no impide hacer algunas consideraciones que pueden ser útiles para el análisis de lo de allá y, principalmente, de lo de acá.
Aclaramos que no conocemos los vericuetos de la Constitución paraguaya ni de los reglamentos que rigen el funcionamiento del Poder Legislativo de aquel país. Sí sabemos que el Senado es adverso al presidente Lugo y que ese ha sido uno de los motivos por los que se ha retrasado la aprobación del Protocolo de Adhesión de Venezuela a Mercosur, ultimo trámite faltante. Sin embargo en eventos de importancia política las primeras herramientas a las que hay que recurrir son la razón y el bien común, por encima de consideraciones que también deben tener su lugar en un Estado de Derecho como lo es -afortunadamente- Paraguay.
Lugo tiene legitimidad de origen por haber sido elegido en elecciones limpias reconocidas por todos. Además tiene legitimidad de ejercicio por cuanto ha demostrado vocación democrática en lo que va de su mandato. Que apoye o no a Chávez no tiene incidencia en la consideración anterior.
Lugo destituyó al ministro del Interior y a los jefes policiales y militares involucrados en el desgraciado episodio de violencia. Lo hizo en forma decidida y contundente aun antes de abrirse investigación alguna.
El caso de marras tuvo lugar el día 15 de los corrientes, hace apenas seis días, por lo que no parece ni lógico ni mesurado ni bien inspirado un procedimiento "express" que pueda culminar en la destitución del Jefe del Estado sin haber acudido a los mecanismos políticos y jurídicos de diálogo y/o investigación que pudieran ayudar a arrojar luces sobre el tema sin necesidad de someter a un país con una joven y aún endeble democracia a tensiones de este calibre. Se han utilizado las instituciones exactamente para lo que no están diseñadas.
Llama la atención también el doble estándar con que los "revolucionarios" y rebeldes del continente , quienes hasta ayer nomás denigraban de la intervención extranjera en asuntos internos de los países, hoy estén invocando esos mismos mecanismos para dar el apoyo institucional y de peso que merece un Jefe de Estado sometido a un verdadero golpe de Estado constitucional. ALBA, Unasur, Alí Rodríguez y demás habladores de paja esta vez encontraron que el protocolo de Ushuaia y la Carta Democrática y los Derechos Humanos a la legítima defensa merecen la protección del sistema interamericano sin que ello sea dictado "del imperio". ¡Bien por ellos porque actuaron a la altura! Pero seguramente tendrán ahora que buscar argumentos más novedosos y originales para ocultar la evidente contradicción.
Y ojo con este caso. ¡No sea que mañana la Asamblea le haga algo similar a Capriles!

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