lunes, 29 de junio de 2015

PASAJE HISTÓRICO

Érase la plena independencia
Guido Sosola


Marcando una pauta continental, la independencia venezolana arrancó de la plenitud de la deliberación inicialmente municipal. Luego de los consabidos acontecimientos de 1810, creado el principal partido de propulsión, no otro que la Sociedad Patriótica, tuvimos un congreso constituyente.

Congreso que el 5 de julio de 1811 no sólo declaró la independencia plena, sino que parió una Constitución que, para su tiempo, fue expresión de una modernidad que llegaba con retraso. Carta ésta que, con el indebido anacronismo de siempre, fue tan mal juzgada por todos los que legítimamente, por ejemplo, aspiraban a la definitiva liquidación de la esclavitud, aunque señalaba el camino para hacerlo – por cierto – adelantándose quizás a los modos de producción.

El caso está en que ese Congreso reivindicó la deliberación de todos los sectores alfabetizados y semialfabetizados de la injusta sociedad de entonces, siguiendo el ritmo que la política – fundamento de la experiencia -  reportaba con pasión.  Prontamente, asomada la guerra que nos tragaría por completo, quedó pulverizada – por lo menos – en la dimensión que había alcanzado.

Un par de  obras de Giovanni Meza Dorta, “Miranda y Bolívar. Dos visiones” (Bid&Co., Caracas, 2007) y “El olvido de los próceres. La filosofía constitucional de la Independencia y su distorsión producto del militarismo” (Jurídica Venezuela, Caracas, 2012), rompe el esquema. Lo que se vivió como extraordinaria y viva deliberación, concluirá como el apogeo de las irremediables dictaduras que, so pretexto de la guerra, molieron muchísimas e innovadoras posibilidades.

La pérdida de la Primera República supuso el sacrificio de toda la civilidad que aportó a su construcción, luego del golpe de Estado contra Francisco de Miranda. Los posteriores congresos constituyentes, algunos de ellos de dudosa representación y hasta de asistencia (o quórum), nunca supieron de la vivacidad de la polémica del parlamento de 1811 que también – motivo de celebración por el coraje de manifestarlo, aunque discrepemos – añadió la negativa de un diputado, procedente de La Grita  para tamaña declaración, salvando Maya el voto.

Reproducción: Realizaciones del Ministerio de Obras Púlicas, sede de la Cancillería. Billiken, Caracas, nr. 76 del 21/05/1921.
Fuente: http://www.opinionynoticias.com/opinionnacional/23020-erase-la-plena-independencia

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