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domingo, 1 de noviembre de 2020

PRECURSOR Y BALUARTE DE LAS CIENCIAS POLÍTICAS EN VENEZUELA

Érase Juan Carlos Rey

Guido Sosola

Secretario de la comisión  que proyectó la creación de la Escuela de Estudios Políticos y Administrativos de la UCV, presidida por su maestro Manuel García-Pelayo, desde 1971 en adelante le hizo grandes aportes al país, ocupando la cátedra y esgrimiendo el ensayo. El joven profesor, fumador de boquilla, un poco presumido, ganó su blanca cabellera en las aulas, convirtiéndose en referencia indispensable para una disciplina que ganó independencia y prestigio con los años.

Alguien lo señaló en una oportunidad: como jurista, fue un magnífico politólogo; y, como politólogo, un magnífico jurista. Una extraordinaria combinación de saberes que derivó en una obra con perspectivas y posturas aún vigentes, al lado de otras ya naturalmente superadas.

Hay densidad, concisión y precisión en su obra y, es necesario señalarlo, sentido de oportunidad, pues, colocándole un orniquete a la simple conjetura,  publicaba cuando lo juzgaba necesario. En años más o menos recientes, tuvo la generosidad de escribirnos electrónicamente, a propósito de algunos de nuestros textos, quedando por siempre pendientes de un encuentro alrededor de un par de tazas de café, como de indagar sobre los archivos repletos de notas y borradores.

La politología, como profesión,  le debe mucho al decidido testimonio de un catedrático suspicaz y trabajador, metódico y afinador, pues, buscó también el tono adecuado para sus exposiciones en procura del constante equilibrio, aunque – por ejemplo – a contra-corriente, tuvo el coraje de tipificar los hechos de abril de 2002, como de un golpe de Estado sin mella alguna de sus profundas convicciones democráticas.  Evitó la tentación del publicista; esto es, de hacerse el febril articulista semanal de prensa que, al agotarse el repertorio del cientista, se aventuraba con toda suerte de especulaciones, como le ocurrió  numerosos colegas suyos en los años ochenta.

Érase Juan Carlos Rey, maestro de varias generaciones. Sin embarga interpela a los politólogos de proliferación y toga, como a otros científicos sociales, que no vieron venir al régimen de las dimensiones hoy vistas y padecidas, con las muy escasas y honrosas excepciones.

Fotografía: Avatar del correo Gmail de JCR.

01/11/2020:

https://www.lapatilla.com/2020/11/01/guido-sosola-erase-juan-carlos-rey/

https://venezuelaunida.com/guido-sosola-erase-juan-carlos-rey/

https://apuntoenlinea.net/2020/11/01/guido-sosola-erase-juan-carlos-rey/

https://xn--espaamadrid-4db.com/es/guido-sosola-erase-juan-carlos-rey-141913.html

jueves, 25 de junio de 2020

COMPRENSIÓN DE UNA ETAPA

Érase Asdrúbal Baptista
Guido Sosola

Pocos imaginan el predominio de los economistas marxistas en la gran prensa venezolana, décadas atrás. Doblados en historiadores casi infalibles, algunos con un extraordinario talento literario, versionaron por demasiado tiempo al país que estaba a las puertas de una colosal indigestión petrolera, cruzándolas desprevenidamente; pero,  en el fondo de sus brillantes exposiciones, hay que reconocerlo en varios casos, no sólo se pelaron de cabo en sus pronósticos, sino que, a lo Cabrujas, nos hicieron rehenes de las infinitas humillaciones del imperialismo y de los lacayos de un consumado capitalismo manchesteriano, infundiéndonos también temores, arrecheras y resentimientos.

Desde principios de los ochenta del veinte, irrumpió en la opinión pública una corriente decididamente liberal que anidó en el IESA, convertido después en un santuario, objeto también de todos los denuestos y maldiciones provocados por  Pérez (II). Uno de sus profesores y más esmerados investigadores, Asdrúbal Baptista, ya galopaba la prensa caraqueña e, incluso, dirigió en los noventa el diario Economía Hoy, aunque delegó completamente la rutina para darle un sello orientador al diario salmón de los Di Mase, antes de huir del país.

Fueron tales la claridad y la sensatez de Baptista que Caldera (II)  lo hizo ministro por varios días, luego de comprometerlo en la elaboración de un programa de gobierno que intentó como alternativa al neoliberalismo perecista, según la prédica, culpable de todos nuestros males, apalancando semióticamente la reaparición de aquella izquierda anacrónica que se hizo gobierno con Chávez (elevado a la n). Evidentemente, el economista no estaba equipado para la dura faena burocrática y el fuego cruzado de una prensa pulverizada o que ha intentado pulverizar el chavismo, por lo que volvió muy afortunadamente al fecundo ámbito de las reflexiones.

El capitalismo rentístico, al que nuestro reconocido economista le había dedicado tantas  horas, devino socialismo rentístico y, encima todo, disparatadamente aquinense, transubstanciador, de la mano del inefable Jorge Giordani, quien probó con varios teóricos para intentar darle un soporte al socialismo del siglo XXI, e – inevitable – aterrizó en Baptista para desfigurarlo. El proyecto reencauchado varias veces en el  poder, echó mano de las mentes ajenas, porque todo lo que se había dicho antes y muy  antes resultaron vulgares pistoladas, aún en uso, para enmascarar la naturaleza criminal del mismo régimen en lo que va de  centuria.

Érase Asdrúbal Baptista, cuya obra está abierta para entender realmente la contemporaneidad venezolana.   Visado importante para internarnos en la etapa post-rentista que  añales atrás, inadvertidamente, nos domicilia.

26/06/2020:

miércoles, 22 de abril de 2020

ECLOSIÓN

Hereditatis
Guido Sosola

Casi exactamente un año atrás, escribimos sobre Emeterio Gómez en La Patilla. El polémico liberal y estudioso del liberalismo (ahora, extraña conjunción), había perdido la memoria y, en las redes sociales, hubo un llamado de contribución para cubrir el costoso tratamiento médico del caso. Por cierto, desencajando a los marxistas de manual que jamás comprendieron la animadversión de nuestros empresarios rentistas hacia quien los había denunciado en numerosas ocasiones. 

Más alá de la toga y el birrete, hizo del debate una herramienta esencial así tratasen de impedir a todo trance que empleara la mítica sala “E” de la Universidad Central monopolizada por sus opositores académicos. Tenía por increíble ventaja la de haber leído y desmenuzado “El Capital” de Marx, pues, raras veces sus exégetas lo habían hecho, incluyendo  a los ideólogos consagrados y empedernidos ensayistas que hicieron escuela para que los encapuchados se alzaran con el poder en el presente siglo, con todas sus conocidas orfandades, incluso, éticas.

Lo recordamos muy bien, casi finalizando los ochenta del XX,  nos inquietaban los planteamientos de Emeterio que encontró una magnífica tribuna en El Diario de Caracas, pero fueron tres o cuatro artículos para El Nacional en torno al socialcristianismo y el mercado que nos llevó a emplazar a un amigo cercano, suerte de gurú ideológico, para que retase a un debate a Emeterio: no lo hizo y compartimos nuestra decepción con Oscar Rodríguez, por entonces, en las postrimería de sus estudios de pregrado, e intermediario con Gómez. Y, aunque todavía sostenemos una determinada y distinta cosmovisión de la cual no es fácil desprenderse, como si fuese un perol, haciéndonos inauténticos,  fue inevitable darle la razón a la postre, apelando a un realismo indispensable, incubado desde principios de los noventa.

Esos noventa de absoluta interpelación que, al entrar la nueva centuria, se convirtió en un acto de una no menos absoluta sinceridad al experimentar el socialismo venezolano, no menos real que todos los conocidos en el mundo. Digamos de un proceso que partió también de “Dilemas de una economía petrolera” de Emeterio, en aquella dura interpelación que se hizo insospechada eclosión.

No tuvimos amistad personal alguna con él, aunque sus libros - para la coincidencia y la discrepancia -  abonaron a una relación de respeto con el escritor al que varias veces preguntamos en el marco de uno que otro foro o conferencia. Heredamos un rico itinerario de controversias, el valor de rectificar respecto a errores a los que nos prendamos con fácil ardor, la vocación por comprender que es muy distinta al sectarismo en boga: heredamos a Emeterio.

22/04/2020:
https://www.lapatilla.com/2020/04/22/guido-sosola-heredamos-a-emeterio/

viernes, 17 de abril de 2020

MEDIANDO LA DISTANCIA

Érase el Apolo XIII
Guido Sosola

Escribir sobre las imágenes recientemente publicadas de la frustrada misión Apolo XIII, parecerá algo baladí o cursi que es casi lo mismo. Sin embargo, a vuelo rasante nos lleva al problema del régimen estadounidenses de los documentos clasificados, amén del dato psicoanalítico.

Medio siglo después, emergen unas fotografías que estuvieron en las bóvedas de la NASA y, más allá del descuido o el solapamiento en los archivos de la agencia, intentamos examinar algunos detalles del juego fotográfico de los astronautas y del satélite artificial mismo para saber si algún desliz afectaba la seguridad nacional del país del norte, no olvidemos, enfrascado en la Guerra Fría. Inexperto  en estos asuntos, no los percibimos, pero valoramos también que celosamente fuesen guardadas las gráficas por decisión de la agencia, o por recomendación o instrucción del Pentágono, pues, alguna sensibilidad reportaba.

Por más que persistan los grandes secretos de Estado, al menos, cumplido un determinado período,  total o parcialmente, deben desclasificarse los documentos de interés para los historiadores y los más variaos analistas. Valga el ejemplo, las propias grabaciones de la Casa Blanca, durante el tiempo de  la célebre crisis de los cohetes de principios de los años sesenta del veinte, fueron conocidas y ampliamente difundidas al igual que los comentarios personales de os Kennedy.

En este lado del mundo, no hay equivalente alguno y, todavía, no se conocen siquiera los documentos imprescindibles de los antiguos servicios de inteligencia que arrojarían luces en torno a nuestro particular proceso histórico de mediados de la anterior centuria.  Además, ¿cuánto tiempo no tiene cerrado el Archivo Histórico de Miraflores, cuya documentación ya nada tiene que abonar a  la seguridad del Estado?

La publicación de las fotografías en cuestión, nos lleva un poco a indagar sobre las perspectivas lacanianas de la realidad – real,  simbólica e imaginaria, tratando de explicar el estremecimiento infantil en un mundo que, por entonces, rogaba por el regreso de los astronautas al planeta; valga acotar, mediaba una distancia entre la otrora primera plana de El Nacional y la de Últimas Noticias que recuerde, ambos de Caracas. Adicionalmente, recordemos que así como existe la creencia de una estafa o engaño sobre a pisada del hombre en la Luna, todavía hay quienes  osan cuestionar la propia existencia del Holocausto: entonces, no es tan baladí y cursi referirse al Apolo XIII.

NASA, Andy Saunders, Stephen Slater: Un momento ligero en medio de la crisis: Lovell (izqu.) y Swigert (centro) parecen estar de buen humor.
NASA, Andy Saunders, Stephen Slater:El panorama muestra el módulo de comando operando con poca energía. Haise lo inspeccionó antes de que pasaran a ocuparlo al final del peligroso regreso.

martes, 10 de marzo de 2020

BATIBURRILLO EN EL PARLAMENTO

Jurat  falsum
Guido Sosola

Hubo una remota ocasión en la que Pérez II juramento al gabinete, pero surgió el comentario gráfico de un ministro que no alzó la mano derecha de acuerdo al rito acostumbrado. Pareció necio agarrarse de la fotografía publicada por un medio con el sujeto inmóvil en el grupo, porque no era posible invalidar el acto debido al acta inmediatamente suscrita por los juramentados y, por supuesto  el juramentador, como requisito inexpugnable.

Desde el aula escolar, gracias a lo empedernidos catequistas combatidos en otros países, mientras que en el nuestro sobreviven para garantizar el sacramento de la comunión, sabemos del mandamiento que se refiere a no jurar en vano. Además, intuyendo la importancia mínima de la razón o racionalidad jurídica en una sociedad, estamos familiarizados y solemos invocar la traición del juramento militar, del hipocrático, del sacerdotal y hasta del amor eterno que compromete al que se atreva a invocarlo, obrando como una espada de Damocles que luego tratará de banalizar.

En un viejo texto ya amarillento, el insigne maestro Piero Calamandrei aseguraba que el sólo decir de una persona no bastaba, pues, para darse por jurado había que efectivamente juramentarse. Es decir, que quede constancia inequívoca y hasta irrebatible de un acto formal, con testigos fiables, en contraste con los actos de la vida cotidiana, por lo que cierta solemnidad es indispensable, sobre todo cuando se trata de acceder a un cargo o a una responsabilidad del Estado que ha e justificarse como Estado.

Los enunciados valen para observar que el Comité de Postulaciones dizque para arreglar el rollo del Consejo Nacional Electoral (CNE) debió juramentarse ante la plenaria de la Asamblea Nacional que sencillamente ha de aprobar la terna y sencillamente juramentarlo de acuerdo al artículo 23 del Ley Orgánica del Poder Electoral, porque si no lo hace, sus actos son nulos e írritos. Además, está vigente la Ley de Juramento de 1945 que sustituyó a la de 1917, cuyo primer artículo reza: “Ningún empleado podrá entrar en ejercicio de sus funciones sin prestar antes juramento de sostener y defender la Constitución y Leyes de la República y de cumplir fiel y exactamente los deberes de su empleo”.

No es que nos pongamos leguleyos, pero lo jurídico es el último recurso que sirve para darle alguna racionalidad al innecesario empastelamiento político que, en última instancia, luce como un misil disparado a la propia encargaduría presidencial de Guaidó: por un lado, burlándose de él, dividida la Asamblea Nacional con una sede en el Capitolio y otra en la calle, los diputados de Juan, los de Parra, los del PSUV y los constituyentistas de Diosdado se ponen de acuerdo, juraron haber juramentado el comité en cuestión, pero no hay juramentador alguno, no otro que la plenaria de la AN. Del otro, Giorgio Agamben, un autor de moda en nuestros atrasados círculos académicos, decía en “El sacramento del lenguaje” que jurar es, al mismo tiempo, un compromiso y una maldición que nos coloca siempre  ante el precipicio del de perjurio.  Acotemos, es la guinda que faltaba al pastel político: jurar en falso y propagar la epidemia del descreimiento.

Ilustración: Maurizio Cattelan. Se refiere a una señal nazi, pero - desde muy antes - fue un gesto solemne de juramentación, respeto, formalidad. En la vieja prensa venezolana aparecen juramentados con el gesto que puede confundir a las nuevas generaciones.

10/03/2020:

lunes, 9 de marzo de 2020

FUSIÓN PARTIDOS Y ASAMBLEA NACIONAL

Érase el aniversario partidista
Guido Sosola

Tres eventos aniversarios fueron muy significativos en el país después de 1958, además, de libre concurrencia.  A los cumpleaños de los partidos, de Pro-Venezuela y de El Nacional, casi nadie faltaba aún sin tener interés directo en la política.

Respecto a los partidos,  pasaron del modesto acto de la sede al salón  de los grandes hoteles capitalinos; por cierto, un buen día, el MAS de Petkoff descubrió la importancia de una amplísima celebración  aunque creo que no llegó al Caracas Hilton, pero se movió en una agencia de festejos muy cotizada como Casa Mar. Abiertas de par en par las puertas del ágape, el extraño era realmente figura pública si la prensa dejaba luego constancia de la pasantía por el cocktail.

Cuando veo por Youtube  la sesión de la Asamblea Nacional de ayer miércoles, me llamó poderosamente la atención un “punto de información”: sucesivamente, dos diputados discursearon especial y exclusivamente sobre el aniversario de PJ y de UNT. Esto ocurre en una asamblea en la que, so pretexto del tiempo que debe ahorrarse, no debate materias de crucial interés para el país, como el nombramiento mismo de los altos  funcionarios expeditamente decididos.

Que yo sepa, jamás hubo algo semejante en la historia parlamentaria del país, porque cualquier orador podía hacer e hizo alusiones colaterales al cumpleañero partido de adscripción, pero era impensable que se abriese un punto adicional en el Orden del Día en tributo a la fecha natal de AD URD, COPEI, PCV, CCN, etc., etc.  Lo más lejos que se llegó fue con el PSUV en este siglo, al declarar en receso las actividades asamblearias porque el Innombrable o el PSUV debían apagar las velas de la torta, ya que ni a Medina Angarita se le hubiese ocurrido celebrar al PDV en los hemiciclos, como tampoco a Domingo Alberto Rangel por convencido que estuviese del MIR como el partido más arrecho de toda la historia, por encima de los Liberales Amarillos al que les sobraron los cortesanos en el siglo XIX.

Érase el aniversario de cada partido que no se confundía con las materias  sobriamente tratadas por senadores y diputados y, a lo sumo, dejaban a las municipalidades las sesiones solemnes del caso para satisfacción de sus militantes. Creo que hace muy mal el G-4  al abusar de la tribuna parlamentaria, igualito como lo hizo el PSUV.

Reproducción: Tribuna Popular, Caracas, 16/01/1987. Celebración del aniversario del PCV. Lo curioso es que fue tan tolerante este país que Guillermo Morón, el último historiador positivista que hemos tenido, se acercaba y departía con los comunistas que lo adversaban.

05/03/2020:
https://www.lapatilla.com/2020/03/05/guido-sosola-erase-el-aniversario-partidista/

viernes, 28 de febrero de 2020

CONFUSIÓN PARTIDO Y PARLAMENTO

Érase el aniversario partidista
Guido Sosola

Tres eventos aniversarios fueron muy significativos en el país después de 1958, además, de libre concurrencia.  A los cumpleaños de los partidos, de Pro-Venezuela y de El Nacional, casi nadie faltaba aún sin tener interés directo en la política.

Respecto a los partidos,  pasaron del modesto acto de la sede al salón  de los grandes hoteles capitalinos; por cierto, un buen día, el MAS de Petkoff descubrió la importancia de una amplísima celebración  aunque creo que no llegó al Caracas Hilton, pero se movió en una agencia de festejos muy cotizada como Casa Mar. Abiertas de par en par las puertas del ágape, el extraño era realmente figura pública si la prensa dejaba luego constancia de la pasantía por el cocktail.  

Cuando veo por Youtube  la sesión de la Asamblea Nacional de ayer miércoles, me llamó poderosamente la atención un “punto de información”: sucesivamente, dos diputados discursearon especial y exclusivamente sobre el aniversario de PJ y de UNT. Esto ocurre en una asamblea en la que, so pretexto del tiempo que debe ahorrarse, no debate materias de crucial interés para el país, como el nombramiento mismo de los altos  funcionarios expeditamente decididos. 

Que yo sepa, jamás hubo algo semejante en la historia parlamentaria del país, porque cualquier orador podía hacer e hizo alusiones colaterales al cumpleañero partido de adscripción, pero era impensable que se abriese un punto adicional en el Orden del Día en tributo a la fecha natal de AD URD, COPEI, PCV, CCN, etc., etc.  Lo más lejos que se llegó fue con el PSUV en este siglo, al declarar en receso las actividades asamblearias porque el Innombrable o el PSUV debían apagar las velas de la torta, ya que ni a Medina Angarita se le hubiese ocurrido celebrar al PDV en los hemiciclos, como tampoco a Domingo Alberto Rangel por convencido que estuviese del MIR como el partido más arrecho de toda la historia, por encima de los Liberales Amarillos al que les sobraron los cortesanos en el siglo XIX.

Érase el aniversario de cada partido que no se confundía con las materias  sobriamente tratadas por senadores y diputados y, a lo sumo, dejaban a las municipalidades las sesiones solemnes del caso para satisfacción de sus militantes. Creo que hace muy mal el G-4  al abusar de la tribuna parlamentaria, igualito como lo hizo el PSUV.

Reproducción: Tribuna Popular, Caracas, 16/01/1987. Celebración del aniversario del PCV. Lo curioso es que fue tan tolerante este país que Guillermo Morón, el último historiador positivista que hemos tenido, se acercaba y departía con los comunistas que lo adversaban.

05/03/2020:

jueves, 20 de febrero de 2020

EN LA UNIVERSIDAD NO SE JUEGA CARRITOS, NI MUÑECAS

Locutus est Iesus et Rian
Guido Sosola

Un muchacho de nombre Jesús Mendoza, dijo de otro llamado Ryan Mendoza. Ambos, hacen vida en la Universidad Central: el uno es representante estudiantil en el Consejo Universitario, mientras que, el otro, es secretario de reivindicaciones del Centro de Estudiantes de la Escuela de Derecho.

Archiconocido ya, una planta televisiva – por cierto,  cuestionada -  ofreció sus espacios a un debate dominical sobre la universidad y su destino, pero muy bien Mendoza desenmascaró a Ryan por su costosa vestimenta y camioneta. Éste se negó a responder y aseguró que la cosa no saldría al aire,  en vacilante desafío al moderador Halim Naim, siendo otro – aseguró -  el motivo de la discusión.

Los encapuchados de ayer, so pretexto de la autonomía universitaria que ahora impunemente violentan, adolecen de dirigentes universitarios y puede decirse que nunca los han tenido, cuales herederos de inmejorables condiciones, excepto los que hoy ostentan las gobernaciones de Falcón y de Miranda, y un grupo violento como fue el M28: en propiedad nunca ganaron elección alguna y todos los aspirantes a lucirse en la burocracia oficialista tuvieron y tienen por única característica, el nivel de vida de Ryan. Esto es suficiente para contrastar la nomenklatura, o los deseosos  conformarla, con las grandes mayorías que se mueren de hambre y de mengua en este país.

Si algo ha fallado, además, es el liderazgo estudiantil de la oposición, encandilado y capturado por los partidos del status quo correspondiente y, entre el miedo extendido, en medio de la peor crisis existencial que ha sufrido la universidad en Venezuela, no sentimos el aliento histórico necesario y, a veces, nos antojamos,  pareciera como si Jóvito Villalba y Rómulo Betancourt, después del tronco de discurso que se mandaron en el Panteón Nacional o al celebrar a Beatriz I, en las jornadas de 1928, se hubiesen echado para atrás y negociado la cohabitación con Juan Vicente Gómez y su ministro de Educación, contentos y vanidosos con la repentina celebridad.   Con las muy contadas excepciones del caso (LUZ y USB, por delante), las autoridades y los gremios, todos, están tan chorreados que sólo transmiten confusión, desorientación y, buscando negociar el plazo ordenado por la dictadura que se vence para la Central el 26 de febrero, oportunismo, vulgar oportunismo, tocándoles el deber de llevar adelante el artículo 109 de la Constitución, muy definido, muy expreso, muy preciso: esto es lo que les tocó, así de simple.

Si de los muchachos hablamos, me quito el sombrero por dos que, por cierto, rompen el formato que un día Yon Goicochea consagró: Daniel Ascanio, quien – siendo presidente de la FCU de la USB – recibió y le cantó sus verdades en la jeta al rector usurpador Holder y, suponemos, no querrá recibir el título – está por egresar – de sus manos, injustamente, olvidado y políticamente relegado; y, ya citado, Mendoza, cuyas palabras en la Asamblea Nacional, en los medios y en la propia universidad se hacen sentir, mientras que nadie se ocupa de reclamar ni siquiera la presencia del resto de la dirigencia en cualesquiera consejos de escuela, facultad, universitario o centro de estudiantes,  y, peor, los partidos que la apoyaron hacen mutis. Ambos, actuaron y actúan sin mucha estridencia, con una modestia admirable, respondiendo a sus convicciones y pulsiones, cumpliendo con los más elementales deberes de la representación ejercida, desconocidas las ventajas y mimos de las que gozó la otrora estrella fulgurante del pasaje estudiantil, opositor, como Ricardo Sánchez,  Ojalá, Daniel y Jesús, no se echen a perder.

Cfr.

sábado, 8 de febrero de 2020

VITRINA

Érase el partido ético
Guido Sosola

Los partidos con propósitos de duración, hicieron del nacimiento un contraste. Distintos a los existentes, procuraron la buena conducta de sus integrantes.

Sólo los sinceró la dura prueba del ejercicio del poder o de las cuotas de poder que dispensaban las  municipalidades y legislaturas, sucumbiendo, pues, por benedictinos que se creyeran, el presupuesto nacional por siempre fue  una tentación inevitable.  Hubo individualidades o, mejor, personalidades que lograron sobrevivir intactos, cuales cátaros, a la fiesta de los excesos petroleros.

El proceso cubano subió los decibeles de la llamada Guerra Fría y cobró una mayor importancia la pedagogía  doctrinaria en  las  organizaciones con aspiraciones históricas, procurando impermeabilizar el techo.  Empero, sobreviviendo la democracia representativa, a la postre, los  propios institutos de formación decayeron, mal administrando sus recursos, y toda la casa se cayó por el torrencial aguacero de dislocación de los principios y valores que únicamente sirvieron de vistosa fachada.

El presente año, en apenas mes y medio, está abarrotado de eventos que hablan de las inconsistencias de los partidos opositores  (viejos y emergentes) que, a modo de ilustración, concursan en las empresas públicas del exterior y hasta en una comisión técnica que se presume rigurosa, específica y especializada para manejar nada más y nada menos que $ 20 millones del denominado Fondo de Litigios, por no citar lo que ocurre con las entidades oficialistas que, de un modo u otro,  muerden el erario público, por ornamentales que fuesen.  Huelga hacer la crónica de las transacciones que desembocaron en una directiva diferente a la encabezada por Guaidó en la Asamblea Nacional, pero no fallará el futuro historiador al hurgar las circunstancias de los partidos dominantes de la escena que aportaron nombres para la subasta, añadida una novel fracción parlamentaria que prácticamente quedó vaciada, comenzando por su jefe, un diputado traidor que antes, el 4 de enero, todo lo refieren, despachó un discurso incendiario contra la dictadura en una reunión vespertina o nocturna, no  precisamos, del G-4.

Érase la escuela ética de los partidos que, mal que bien, trató de sostenerse, fuere el  que acunó a Vinicio Carrero, el que soportó la tempestad del Sierra Nevada o el que aún no explica – espectral - el monto de los reales que recibió y manejó la guerrilla de los sesenta. Hay un desplome monumental de estos otros partidos y sus relacionados, aún en curso,  que, irritando  a no pocos, fuera  y dentro del país, siguen flaqueando a Guidó, olvidando que el Partido Liberal  Amarillo trató de sobrevivir en el XX, como sus equivalentes se esfuerzan por hacerlo en el presente siglo.

Fotografía: Tomada de las redes.la ilegítima directiva de la Asamblea Nacional: Luis Parra, Franklin Duarte y Goyo Noriega.

09/02/2020:

domingo, 19 de enero de 2020

LOS CRESPOS HECHOS

Érase el parlamento postrero de Pérez Jiménez
Guido Sosola

Triunfante en las elecciones constituyentes de diciembre próximo pasado, por abril de 1953 ya tenía Marcos Pérez Jiménez conformado todo el Congreso Nacional que requería. La colaboración más destacada fue la de  Laureano Vallenilla Planchart, quien logró incorporar a aquellos elencos con los cuales el militar nunca tuvo tiempo de conocer y, menos, de cultivar una amistad que le negaban al esposo de una Chalbaud. 

Por supuesto, senadores y diputados promediaron un buen nivel de competencia y eficacia, conectados desde la curul con los intereses del largo gobierno provisional.  Se limitaban a tramitar las autorizaciones de ley, sin ejercer control, y de sancionar leyes de alta factura técnica, como lo denotan los diarios de debates de entonces, pero nunca pisaban el terreno de la polémica política que fue la culpable del asalto al Congreso de 1848, como refería siempre el general Giuseppe Monagas al general Juan Vicente Gómez, tendiendo un puente entre  la casa de Las Monjas y la de Miraflores.

Cinco años después, inventándose el plebiscito que ganó, como la constituyente, Pérez Jiménez debía renovar el Congreso para el ejercicio 1958-1963 y, antes de su caída, ya tenía lista cada cámara con sus suplentes, así como todas las concejalías y asambleas legislativas del país. La prensa de la época está llena de nombres que, incluso, fracasaron en sus “candidaturas”  y  que ahora sorprenderían a más de uno.

Ese parlamento del hijo de Michelena no era tal, por su subordinación, miedo y dependencia con Miraflores, amén de los negocios que enjugaron buena parte de sus integrantes, pero el único requisito que les exigía, además de la lealtad convenida, fueron las credenciales: unos, académicos; otros, empresarios. Es obvio el contraste con el presente, pues, encadenados a la avenida Urdaneta,  los oficialistas buscan y pretenden sobrevivir bajo un contrato de adhesión, esperando de los demás algo semejante: con elecciones amañadas, en 2020, pretenden resolver un Poder Legislativo trapichero que no se compadece con el de los ’50.

Muchísimos se quedaron con los crespos hechos hacia 1958, muy después, olvidados, incorporados a la vida del país turbulento de los ’60. A otros les ocurrirá lo mismo hacia 2020, incluso, en la acera opositora.

sábado, 28 de diciembre de 2019

SANTONES

Érase el día de los inocentes
Guido Sosola

Estas dos décadas son para los inocentes que un buen día de diciembre lo votaron, creyendo en pajaritos preñados. El embuste fue descomunal y, por cierto, propio del país petrolero que, además, desde 1981, siempre ha querido olvidar que un falso jeque congregó a unos pendejos de la crema caraqueña en el hotel Tamanaco, los estafó y ni Remberto Uscátegui o Arpad Bango, en la DISIP, pudieron saber siquiera el verdadero nombre del más avispado entre la sarta de avispados.

Por supuesto que hay malicia en el venezolano, como ocurre con todo el mundo, pero también una sorprendente ingenuidad. En lugar de santos, somos algo así como malvados inocentes que caemos postrados ante los más evidentes argumentos falaces, sistematizados en las redes incluso por quienes dicen adversar al régimen, como en la sonrisita de una muchacha o un muchacho que sólo quiere un celular, como el viejísimo cuento de la bolsa de caramelos, diciendo cuatro vainitas por virtudes que sabemos no tener, además de la edad.

No sé si esto lo ventiló alguna vez Jeanette Abouhamad o Maritza Montero, cuando quisieron caracterizar al venezolano, pero sí que muchos de los que están en la diáspora se echan un carro, porque creen no sólo que la víctima caerá en una vulgar estafa, sino que se quedará tranquila, como si nada hubiera pasado. Hay cuentos de nuestros prospectos de malandros de exportación que reúnen dinero para el largo autobusazo de regreso porque, en otros lares, los hay tanto o más decididos cual Alatriste, el malandrín medioeval de Arturo Pérez Reverte. Valga la acotación, malandro es un venezolanismo que mejora el término malandrín acuñado desde la época de Luis VIII de Francia.

Recordaba por estos días una hazaña del día de los inocentes  tanto busqué que, al fin, conseguí la nota e un día distinto de agosto de 1978, cuando una mujer se desnudó en público por Chacaíto para facilitar el asalto a una joyería. Los agarraron, pero el testimonio quedó para la historia, aunque ahora serán otras las ingeniosas maniobras que no aparecen en los medios por la censura ni por el sistema de protección legal que beneficia a los pillos: no aparecen en la prensa como antes, con nombres y apellidos al pie de cada rostro, pues, acusados de cualquier cosa que seguramente las desmentía el correspondiente enjuiciamiento criminal (¿cómo no recordar al viejo tratadista Félix Saturnino Angulo Ariza?).

La coba tiene hoy una denominación hasta de cuño académico (“post-verdad” / “fake-new”), auspiciando sendos foros y especialistas de ocasión, sin que nunca deje de ser coba. Lo peor es que los coberos de República Dominicana, añadido el equipo “técnico” que los acompañó, o de Oslo / Barbados, gozan de buena salu política y esperan que los votemos si logran armas las parlamentarias con la dictadura: votar es un decir, porque el CNE dispondrá: el día de los malvados inocentes gana otro y superior sentido.

28/12/2019:
https://tenemosnoticias.com/noticia/rase-da-sosola-inocentes-1014148/1787495
https://www.lapatilla.com/2019/12/28/guido-sosola-erase-el-dia-de-los-inocentes/
https://newstral.com/es/article/es/1142602852/guido-sosola-%C3%89rase-el-d%C3%ADa-de-los-inocentes

sábado, 21 de diciembre de 2019

UNA Y OTRA NAVIDAD

Haec Christi nativitatis salutatio pacis et laetitiae nuntius sit
Guido Sosola

Veintisiete años atrás, después del fallido golpe de febrero, publicamos nuestros textos iniciales. Además, sin desestabilizar el modesto presupuesto personal, se hizo costumbre una tertulia etílica con amigos, en La Candelaria, luego de consignar el artículo en Economía Hoy o en El Globo.

Conversábamos de todo, en ese otro país en el que era posible tomar un taxi para regresar a casa alrededor de las diez u once de la noche y, mejor todavía, en los días decembrinos, con  las calles repletas de gente en las que fue una curiosidad ver a alguien con un ladrillo, como móvil celular. Al momento de escribir esta nota, volvemos del referido sector caraqueño trastocado también en zona de guerra, aún a plena luz del día.

Apenas comenzamos el asueto que es, por cierto, precario por nuestro oficio y, al intentar los viejos papeles en casa, hallamos un artículo relacionado con la Navidad que ha de germinar, siendo su natural terreno, en la peores circunstancias. Finalizando 1992, la queja generalizada fue en torno a la delincuencia electoral, la inflación y la candidaturitis presidencial, pero nunca sospechamos los niveles actuales de sistematización  criminal, añadidas las aspiraciones artificiales y tarifadas que ayudan a prolongar la pesadilla socialista; por entonces, quedaban ecos del entusiasmo juvenil que suscitó la teología de la liberación o cierto panteísmo teilhardiano, demasiado lejos de constatar, aunque muy cerca de cuestionar, la pesadilla totalitaria, y más distantes todavía de suponer un papado como el de Bergoglio.

Por aquéllos días, cómo olvidarlo, nos impreionó la ejecución del único concierto para violín y orquesta de Beethoven por una jovencita de nombre Yarubí Guerrero y nuestra frecuente asistencia a las programaciones del Sistema de Orquestas, sumada la Sinfónica de Venezuela. Ahora, quedan los sobrevivientes, con igual talento pero menores perspectivas respecto a los que se encuentran en  la diáspora, jóvenes de una larga y profunda formación y vocación artística que compiten en ámbitos – antes – inimaginables. 

Si ayer buscamos y encontramos motivos para el optimismo, hoy más que nunca debemos hacerlo en medio de las tempestades. En una lengua precisa, como el latín, les transmitimos nuestra salutación a los pacientes lectores de La Patilla: Que este saludo de Navidad sea mensajero de paz y alegría.

Ilustración: Beethoven, visto por Sciammarella.


Economía Hoy, Caracas, 30/12/1992.

lunes, 25 de noviembre de 2019

16-J

Valuable repraesentationem, XVI Iulii
Guido Sosola

Cierto, valiosa representación la de la 16 de Julio. Creo que, sin ella, la Asamblea Nacional sería otra cosa.

Le ha dado empuje a un parlamento que tiene por deuda histórica  la inconsecuencia con los resultados de la  consulta popular  del 16 de julio de 2017 que, faltando poco, avaló para luego pretender legitimar no sólo el concurso de los partidos dominantes en los comicios regionales y municipales, sino en el diálogo confeso e inconfeso de República Dominicana y Oslo. A contracorriente, con valentía y profundidad del planteamiento, los integrantes de la Fracción Parlamentaria 16 de Julio se opusieron abierta y frontalmente peleando hasta por el mismísimo derecho de hablar en las plenarias.

Son varios los ejemplos de una actuación decorosa de la FP-16J, pero resaltan especialmente dos que les fueron combatidas al principio y, a la vuelta de la esquina, reconocidas. La una,  solicitada casi un año antes, la aplicación del artículo 233 de la Constitución que final e inexorablemente aceptó Juan Guaidó a pesar de la resistencia de los socios políticos, aunque no lo ha asumido a cabalidad jugando a la candidatura presidencial, sin el cese de la usurpación; y, la otra, cuya paternidad no reclama, el impulso decidido del TIAR que fue, ya inevitable, aprobado aunque queda en pie la propuesta del artículo 187, numeral 11 constitucional que ni siquiera es llevado a debate para que el cuerpo la rechace o la acoja.

Importantes iniciativas políticas de envergadura, ya referidas, se suman posturas que ponen a prueba la resistencia de la FP-16J, ya que, por mayo del presente año, se opuso a la aprobación del pago de los intereses de los bonos 2020, por ilegales, y, ya para octubre, no le quedó más remedio a la cámara que darle la razón – y tarde – cuando volvió el tema a la plenaria.  Pero aquélla supo de una campaña que intentó descalificarla y desprestigiarla, sin éxito, ya que también ha insistido en profundizar las investigaciones en torno a Andrade y Gorrín, como ahora se niega a la conformación de un CNE para unas elecciones prêt-à-porter de cohabitación con la dictadura.

José Luis Rodríguez Zapatero no podía siquiera anunciar su venida a Venezuela, cuando  se extendían las alfombras de la AN para recibirlo, como un héroe o un referente inobjetable, pero – en la mejor práctica parlamentaria – la FP-16J introdujo con tiempo un proyecto de acuerdo que duramente lo cuestionó y, ante las evidencias, no tuvo más remedio el parlamento que objetarlo Desde entonces, para desdicha de los feligreses del patio, el español no volvió a ser el mismo en Venezuela y, así, ésta se ahorró muchos de los perjuicios que le propinó con los diálogos.

Muy lejos de celebrarla,  la FP-16J todavía rechaza la presencia de los ex – diputados de la dictadura que abandonaron sus cargos y aceptaron posiciones relevantes de poder, pidiendo que la cámara discuta y haga la debida calificación.  Esto es, ajustándose fielmente al derecho parlamentario.  Pero habría que ver las cartas que dirige a la junta directiva, los votos salvados y las propuestas de acuerdo que son sistemáticamente evadidas, para saber cómo asumen apropiadamente el desempeño como legisladores, ofreciendo alternativas – además -  en materias supuestamente secundarias que van desde la ayuda humanitaria, pasando por las penurias de los enfermos de Parkinson, hasta la defensa de la autonomía universitaria, dándole prestancia al ejercicio de representación ciudadana.

Días atrás, en un cumpleaños, coincidí con un amigo con el que compartí la inquietud: la FP-16J es un fenómeno sin precedentes por sus actuaciones en un ambiente tan  hostil y quizás el ejemplo que se le acerca un poquito está en las actuaciones de La Causa R en los años ’90, pero ella actuaba en un país de mínimas y convincentes libertades públicas, como en un Congreso Nacional que respetaba los procedimientos, así no lo quisiera el bipartidismo. Intenté hacer memoria de otros antecedentes como la Minoría Opositora que se negó a la Ley de Hidrocarburos de 1943, al MIR que sacudió las curules a principios de los ´60,  el perezjimenismo que impuso otro tablero al finalizar el decenio,  la promesa finalmente incumplida de la Nueva Generación Democrática al principiar los ´90, pero ninguna de ellas le llegan a la significación, empuje y pertinencia de la FP-16J que hace poco cumplió dos años de fundada.


26/11/2019:

domingo, 17 de noviembre de 2019

APOSENTO EXTENDIDO DE UNA CRISIS

Quid ultra faciam?
Guido Sosola

El problema de las universidades sigue agravándose ante la indiferencia generalizada de la llamada clase política, tentada ahora por el juego electoral que antepone al propio cese de la usurpación que tanto perifoneó. Por supuesto, hablamos de un terreno específico  y exigente en el que no se puede piratear, necesitado de  la indispensable orientación opositora para correr juntos hacia la libertad, salvando la autonomía universitaria y la existencia misma de la universidad en Venezuela.

Corre el plazo literalmente ordenado por la dictadura para realizar los comicios a su manera, en febrero de 2020. Está a la vuelta de la esquina, pero la conducción parlamentaria se limita a pocas cosas, entre ellas, a realizar un debate donde desfilan varios oradores con un trillado mensaje e intervienen, como invitados especiales, dirigentes gremiales que lo repiten y, después, cada  quien a su casa, quedando como una suerte de acto cultural de la escuela, donde sólo faltó bailar la burriquita.

Tamaña indiferencia es la que permite que surjan en importantes casas de estudios, maniobras destinadas a congraciarse con el régimen y obtener algunas prebendas inmediatas que por ley debe cumplimentar el tal ministerio de Educación Superior. El caso  está en que se articulan aspiraciones muy definidas para “competir” en el venidero febrero, bajo las reglas inconstitucionales que desean imponerse: les da igual a los distintos aspirantes al solio rectoral haberse retratado  públicamente en el consabido acto del Aula Magna y, por ahora, privadamente hacerlo con los funcionarios ministeriales para afinar una estrategia que convaliden la famosa sentencia del TSJ. ¿Total, no hay panas en  la AN que comprenden bien la movida y, luego, un favor por aquí y, otro, por allá, no arregla todo?

Esta complicidad tácita y expresa, se explica por la cátedra que ha sentado la clase política, pues, compartiendo el CNE con el  propio régimen del que dice abjurar, está presta a celebrar las elecciones presidenciales que Diosdado limita sólo a las parlamentarias. Entonces, ¿si la AN entra en combo con sus verdugos, qué más tenemos que hacer de acuerdo al latinazo que nos sirve de título? Sin embargo, algo muy diferente es el carnestolendo propósito de burlar la confianza ciudadana al asociarse con la dictadura para unos comicios de resultados ya cantados, y muy otra celebrar las elecciones de acuerdo a la Constitución y la Ley de Universidades para derrotarla y rechazar la parodia que cuenta con sendas complicidades en varias universidades.

Las generaciones recientes no supieron nunca de las célebres sillas de extensión de décadas anteriores, en las que se estudiaba pasada la medianoche en las seguras plazas públicas de ciudades y pueblos, y menos aún conocen el nombre de Jesús María Bianco (el infame, como lo llama nuestro amigo Nicomedes Febres), quien se convirtió en todo un símbolo de la autonomía universitaria, aunque ésta sirvió de burladero para la insurrección armada que, después de la derrota, vivió simplemente del presupuesto universitario. Parece mentira que por muchísimo más de lo que pasó antes, violentada y empobrecida cada universidad, la autonomía no sea una bandera nacional,  al liderazgo opositor le importe un bledo su  suerte y se imponga una suerte de cultura de izquierda que le da – al menos -  el beneficio de la duda a los herederos de Bianco, hoy en el poder.

17/11/2019:
https://www.lapatilla.com/2019/11/17/guido-sosola-quid-ultra-faciam/
https://newstral.com/es/article/es/1139843152/guido-sosola-quid-ultra-faciam-

miércoles, 6 de noviembre de 2019

POL

Pol: Quid pro quo
Guido Sosola

A nadie le importó la premiación nacional de Cultura del octubre reciente, porque se sabe a la dictadura como el  confín de todos los caprichos  sectarios. Y, menos en un ámbito en el que, resueltamente, ha quebrado si es que alguna vez tuvo una política y unos resultados, excepto el viaje propagandístico  que hizo  el ministro Ernesto Villegas a México, quien sigue enredado con los viceministros que le impusieron y le pasan – además – por encima.

Dos concesiones llamaron la atención: una, aceptada y celebrada, como la del padre de Winston Vallenilla, otrora éxitoso empleado de toda la vida de Venevisión que ahora tiene también como propio el predio de Tves, sin que sepamos todavía de dónde sacó Chávez o saca aún Maduro que el solo reemplazo de RCTV en un dial, era o es garantía de rating.  La otra, rechazada y condenada por el mismísimo Santiago Pol, diseñador con oficio desde hace medio siglo, con el que estamos familiarizados no sólo por el libro de Historia del Arte de bachillerato que hicimos, harto diferente al actual, sino por un ingenio que competía sagazmente con el cinetismo en auge de décadas anteriores.

Con bombos y platillos, el artista fue premiado en el renglón de diseño 2016-2018, pero tuvo la suficiente dignidad y coraje de un rechazo que desmiente aquel dicho popular de que “a nadie le amarga un dulce”. Por ejemplo, refirió a los cuatro vientos, superando por su contundencia, claridad y también representatividad al flamante parlamentario de turno  que se dice opositor: "Como diseñador, como artista, como docente y como ser humano estoy totalmente en contra de este régimen de terror que se ha dado a la tarea de destruir sistemáticamente a Venezuela.  Por esta razón y muchas otras rechazo el  Premio Nacional de Cultura 2016 -2018 en Diseño" (El Nacional, Caracas, 17/10/19).

Esto, que no llamó la atención de casi nadie, tratándose de un diseñador de un vanguardista  forzado al exilio, permite el latinazo oportuno: una cosa por  la otra. Bienvenido el artista a falta del pronunciamiento de  la Asamblea Nacional o, al menos de su Comisión de Cultura, ahora ensimismada en la ilusión candidatural de Guiadó, en un país donde corre el rumor del último libro del Vargas Llosa que siempre nos fue familiar, ilustrando un terrible aislamiento del acontecer de la inteligencia y de la sensibilidad.

Apartando el propio testimonio de dignidad de Pol, concluimos, por una parte, que la sobresaturación de noticias nos conduce siempre a la polarización artificial entre la cúpula de la dictadura y  la de la oposición que controla a un parlamento que dejó de ser expresión cabal de la pluralidad ahogada del país, como si aquí no hubiese una inmensa mayoría desarmada ante  una ínfima minoría que masca el chimó de la pólvora y nos escupe cuando le viene en gana. Y, por la otra, expropiado de nuestro patrimonio espiritual, relegados a la más vulgar supervivencia, el sector cultural no está definitivamente decidido a confrontar al régimen y ofrecerse como una alternativa válida: incluso, ese mismo sector que sobrevive en el medio académico, además de hablar pendejadas, poco o nada hace en defender pública y abiertamente la autonomía universitaria, aferrado a las cuotas burocráticas que jura garantizadas por prestar la pluma a un Plan País que lo saben únicamente como ocasión de meterse en la cola de una promesa ministerial. Sin embargo, agreguemos una circunstancia.

A los funcionarios culturales y demás asomados del Estado, se les ocurrió el nombre de Santiago, quizá porque recordaron el mismo texto escolar, y lo imaginaron conmovido y agradecido en el acto de premiación, tomando un autobús de Sarría a Carmelitas con toda la familia. Y, por supuesto, aportando el esfuerzo a las fotografías del ministerio de Comunicación o como se llame,  supusieron a Maduro estrechándole feliz la mano, sólo para las cámaras, pues ni la menor idea de quién es el tipo que ha dejado sus huellas  en nuestra historia cultural.

Vale decir, el chantaje no funcionó, porque no necesita de la dictadura para ser Pol y hacerse Santiago con una creatividad que necesita respirar aires de libertad.  Operan hasta mal pues, ni siquiera le encomendaron a una secretaria ubicarlo y llamarlo, palabrearlo y convencerlo, ya que – ella – todavía no entera de quién se trata.

Imágenes: https://santiagopol.wordpress.com/category/cartel-venezolano/page/2/
Declaración de SP: https://www.elnacional.com/entretenimiento/santiago-pol-rechaza-premio-nacional-de-cultura/

06/11/2019:
https://www.lapatilla.com/2019/11/06/pol-quid-pro-quo-por-guido-sosola/
https://newstral.com/es/article/es/1139108794/pol-quid-pro-quo-por-guido-sosola

viernes, 18 de octubre de 2019

HONESTIDAD

Érase Julio Pocaterra
Guido Sosola

La historia habla por sí sola y, sobre todo, cuando hay eso que algunos llaman consenso historiográfico. Estos son tiempos de una insólita ligereza frente a un régimen que nos trastocó en la más íntima profundidad de los valores  y principios. Y perdonen la cita curera, pues, en algún documento, Pablo VI aseguraba que no se combate e mal con el mal.

Por septiembre de 1948, Rómulo Betancourt decidió viajar a Estados Unidos y, no por casualidad, lo hizo con dos de los dirigentes que olfateó como de los mejores prospectos de Acción Democrática. De no llegar el consabido golpe de Estado, seguramente no hubiesen esperado doce años más tarde para zanjar las diferencias netamente ideológicas, en el caso de Domingo Alberto Rangel, o netamente políticas, en el de Raúl Ramos Giménez.  Uno y otro, era promesas ciertas en el horizonte venezolano y bien merecían la atención del líder octubrista, incluyendo un partido de béisbol en el propio Nueva York. Por supuesto, no era pecado hacerlo porque no tenían por hábito el pecado original, como diría Santo Tomás de Aquino en su Suma Teológica, cosa que dejamos a los entendidos. Y es que tampoco lo era, porque el país no estaba pasando hambre como ahora y cualquiera podía escuchar acá la transmisión del juego quizá en la voz de Buck Canel, aquél del “no se vayan que esto se pone bueno”, así fuese en el aparato radial del botiquín de la Elorza ahora ocupada por los irregulares. Pero, además, por dos razones adicionales: por una parte, Betancourt mismo propició la publicación de la gráfica, en un modesto palco del viejo Yankee Stadium, ganado simpatías por el gesto, calmando a propios y extraños, a los adecos que aspiraban a sus diligencias de pacificación interna y, a resto, que reclamaban que dejase gobernar a Rómulo Gallegos. Por la otra, la m´s poderosa, es que Rómulo hablaba claro y generaba confianza.

Lo primero que hizo Betancourt al subir al poder, fue declarar sus bienes. Lo primero que hizo al descender del poder, fue declarar sus bienes.  Todo el mundo sabía lo que tenía en los bolsillos, como todo el mundo estaba enterado que Julio Pocaterra lo financiaba en la medida de sus posibilidades y, por cierto, el consulado en Estados Unidos fue más un reconocimiento a la lealtad y a la habilidad política para alguien que tenía centavos desde años ha, en lugar de tupirlo con miles de contratos, utilizarlo como testaferro para comprar periódicos o de asegurarse la construcción de la Ciudad Universitaria o de la Avenida Bolívar que estaban en la cola. Pérez Jiménez hizo lo indecible para demolerlo moralmente pero no pudo.

Además, efue el mismo Julio Pocaterra el que pagó los boletos y la estadía de Betancourt  y Raúl Leoni en Washington, cuando fueron a hablar con Diógenes Escalante. Todo el mundo lo sabía, a nadie se le escondió y, al regresar, volvieron a sus oficios de supervivencia, algunos con más churupitos que otros, como Leoni el litigante o Luis Beltrán Prieto como el librero, mientras que Betancourt  vivía de la caza y de la pesca para mantener a la familia y, a la vez, sacar adelante a su partido. Por cierto, medio siglo más tarde, un antiguo y fiero adversario, como Manuel Caballero, editado por Los Libros de la Catarata, casa libre de toda sospecha, comentaba que, en su segundo turno en el poder, por más que pudiera utilizar los fondos miraflorinos, el presidente Betancourt viajaba en asuntos de Estado con su esposa y, no obstante, él se aseguraba de pagarle el boleto de su propio bolsillo. Una vueltica por la quinta Pacairigüa, valga la acotación, una casa comprada por ss amigos a quien no la tenía, casi finalizando el ´XX,  nos impone de un lugar absolutamente modesto, sencillo, austero.

Se nos ocurre como un buen ejercicio, el histórico, para apreciar lo que ahora ocurre. Hay algo que huele mal en Dinamarca y de esto no tenemos duda alguna.

18/10/2019:

viernes, 5 de octubre de 2018

Y UN VIEJO PARO UNIVERSITARIO

Érase el liderazgo estudiantil
Guido Sosola


Muy pocos dudan que las banderas de la libertad y de la democracia están históricamente asociadas con la universidad y el estudiantado, e,  incluso, los liceístas, en Venezuela. Sobran los ejemplos históricos de las formidables luchas emprendidas, desde las casas de estudios, añadidas las burlas frente a las más feroces dictaduras en los siglos anteriores, como acurrió con la célebre Delpinada.

No había dirigente estudiantil, presidiese o no el gremio, que no tuviese una razonable proyección nacional y regional. Hasta puede decirse que la Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV), cogobernó al país con la muerte de Gómez y la confrontación que posteriormente tuvo con la Unión Nacional Estudiantil (UNE), avisó muy bien el futuro político que nos esperaba, gracias a los probados elencos que la división parió. Sin embargo, en la presente centuria, no es fácil reconocer al presidente de un centro de estudiantes, o al de una federación de centros,  como antes acontecía.

Por lo pronto, son varias las razones. Entre ellas, la de hoy no es una dictadura más, siéndole indispensable al régimen quebrar la mismísima noción que tenemos de universidad; banalizados y escasamente representativos, los partidos no cuentan ni respetan al movimiento estudiantil como el ámbito inicial de preparación y maceración de sus dirigentes; post-modernidad, al fin y al cabo,  de tenerlos, por muy corajudos que sean, estos dirigentes ascienden y descienden, ideológicamente invertebrados, como un circunstancial fenómeno mediático;  pugnan por la celebridad de un buen selfie, dirimiendo sus combates en las redes sociales, mientras que están preñados de la vieja cultura política; faltándoles humildad, muy luego la reconquistan en el caso de fallar en las precoces y también desmedidas ambiciones políticas, obligados al anonimato y a la frustración.  Estos son tiempos distintos, cierto, pero nada difícil luce nombrar a algún líder estudiantil del pasado y, demasiado, citar a alguno del presente.

En términos generales, ya no contamos con un liderazgo estudiantil y, si lo hay, juega un rol excesivamente secundario, juntándose las aspiraciones de la extrema izquierda y de la extrema derecha para liquidarlo como viva expresión, por lo demás, democrática, de un vasto movimiento. Es necesario reconocerlo, porque si ahora la defensa de la universidad corajudamente la ha asumido un sector, no es otro que de los profesores y sus gremios, vapuleados por una crisis completamente inédita, a la que debemos agregarle un dato tan objetivo como estructural: el de la diáspora, fuertemente alimentada por las deserciones masivas de alumnos y docentes, frecuentemente de alta calificación.

Nada debe sorprendernos, porque hasta 1959 en Cuba hubo un vigoroso movimiento estudiantil y, de hecho, Fidel Castro, surgió y destacó en sus filas, al igual que la medicina tuvo un amplísimo reconocimiento continental, pero el  socialismo le quebró el espinazo a uno y a otro.  Estamos urgidos de la recuperación de un liderazgo venezolano, desde sus propios cimientos, y sobre todo, de una nueva sensibilidad vital, como llamó Ortega y Gasset esa distinta comprensión de las personas, del mundo y de las cosas, que nos  permita contar con un porvenir harto diferente: la vida política, digan lo que digan, necesita de las aulas para oxigenarse, permitiendo que brote un estudiantado comprometido en las universidades, por desoladas que se encuentren.

Reproducción: breve reseña de la suspensión de las actividades universitarias. Últimas Noticias, Caracas, 10/06/1948.

09/10/18:
https://www.lapatilla.com/2018/10/09/erase-el-liderazgo-estudiantil-por-guido-sosola/
https://venezuelaunida.com/erase-el-liderazgo-estudiantil-por-guido-sosola/
https://apuntoenlinea.com/2018/10/09/erase-el-liderazgo-estudiantil-por-guido-sosola/
https://www.tenemosnoticias.com/noticia/rase-liderazgo-guido-sosola-423855/985935

miércoles, 3 de octubre de 2018

DE UNA INSOSPECHADA CONSECUENCIA

Érase una revolución
Guido Sosola


Un 3 de octubre de 1968,  amanecieron de golpe los  peruanos. Se creyó uno más, pero a los pocos días, afectando los intereses petroleros, resultó otra cosa y no es difícil imaginar el cuadro al acercarse la experiencia allendista de Chile, en un continente de acostumbrados manejos del sable y con una Venezuela de excepcional vida democrática, digan lo que digan.

La llamada revolución peruana, no duró mucho y se despidió, con Morales Bermúdez, sumergido el país en una crisis  indecible. Hubo muy buenas intenciones, hay que decirlo sin ambages, de una élite militar que, en su tránsito por Venezuela, estudió en profundidad Manuel Urriza para revelarnos una irrefutable superioridad ideológica, académica y profesional respecto al grupete que un 4 de febrero y 27 de noviembre de 1992, intentaron asaltar el poder en Venezuela.

Mucho fue el  entusiasmo que levantó acá Velasco Alvarado, circulando una abundante bibliografía y auspiciando un debate que la derrotada insurgencia marxista procuraba reflotar. E, incluso, por entonces, estudiantes de periodismo, Marianella Salazar, Aquilino José Mata, Taelman Urgelles o, no faltaba más, Angela Zago, entre otros, suscribieron un documento de apoyo a la expropiación de los diarios peruanos (Deslinde, Caracas,  nr.  17 de abril de 1970).

Vargas Llosa comenzó a marcar una heroica pauta al diferenciarse del nuevo régimen que, por muy buena fe que exhibiera la referida élite, incluso, reclamada una perspectiva del humanismo cristiano, repitió el recetario y se hizo promesa de un curso totalitario, aunque se quedó en los terrenos de un autoritarismo insalvable.  Sin embargo, es lo que queda de sus consecuencias de largo plazo, como cadete que cumplía con un viaje para sendos actos protocolares,  a Chávez Frías le impresionó demasiado y, sobrando los testimonios, alimentó ese mesianismo pretoriano, pisando suelo peruano.

Sólo puede explicarse el impacto emotivo, por la juventud del cadete, mas no el ideológico y duradero, reconocido  alguien que hizo gala de una inmensa simplicidad, batiburrillo de creencias dispares que ocultaba las cartas marcadas de una arraigada convicción castro-comunista, pues, por bolivariano que se diga, encabezó un proceso de burda imitación de la dictadura que se ha dicho inspirada en Martí.  El aniversario del golpe limeño pasaría de largo, si no fuese porque en la Venezuela de la catástrofe humanitaria, represión y hambre por casi veinte años, lo tiene por  antecedente.

03/10/2018:
https://www.lapatilla.com/2018/10/03/erase-una-revolucion-por-guido-sosola/
https://www.tenemosnoticias.com/noticia/revolucin-rase-sosola-guido-416744/975987

domingo, 30 de septiembre de 2018

QUIÉN MUERDE A QUIÉN

Cave canem
Guido Sosola


Siempre hay que tener cuidado con el perro, sobre todo con el ajeno. Para ganar la suya, hay que darle confianza y ésta, por zamarros que nos creamos, inevitable, debe ser sincera.

Ya se están diluyendo todas las expectativas creadas en las filas revolucionarias sobre la visita de Maduro Moros a Nueva York, desinflándose el mito de la autoridad moral que, con la sola presencia de sus portadores,  se impone. Simple, porque no la hay, hizo sin  gloria alguna su pasantía por la tribuna de oradores de la ONU: ni siquiera hubo curiosidad por ver de cerca al orador, pues, demasiado se sabe de las penas que ha ocasionado en su país: es excesiva la distancia con el Fidel que tocó, en sus tiempos iniciales, la ciudad para atraer a propios y extraños, gracias al formidable favor que le hizo  Herbert Matthews para The New York Times y a la demencial locura - porque las hay lúcidas – de los famosos cohetes.

Estados Unidos es un país bien raro, porque el despreciado dictador venezolano se dio la mano con el cubano para visitar la Iglesia Riverside-Harlem y montar un alboroto que quiso hacerse noticioso.  Se supone que ambos debían únicamente acudir a la 73º Asamblea General de la ONU y devolverse, pero se dieron el tupé de visitar un lugar distinto  y de celebrar con la concurrencia, bajo la celosa protección de los servicios orientados desde Washington, imaginándonos el donativo respectivo para una comunidad religiosa (sí, puede decirse, Maduro y Díaz-Canel fueron a misa), e interesadamente negra.

No pasaría algo semejante con Trump en Caracas, obligado a un evento de carácter internacional que le permita, en horas de la tarde, meterse en una cancha de basquetbol del barrio La Bombilla, mitinear a la audiencia señalando con el dedo a Miraflores, cundido el sitio por toda la prensa mundial.  Además de arengados los petareños, aplaudirían el donativo de comida y de medicamentos que tanto les falta, incapaz nuestra policía de resguardar al visitante.

Hay perros que ladran y no muerden, los que muerden y no ladran, pero también los que hacen una y otra cosa, incluso, a la vez.  Me queda por averiguar si a los pastores de la  Riverside-Harlem, sólo les contenta esta suerte de turismo político por un gesto más de ingenuidad que  convicción o, peligrosos,  digieren sin ni siquiera masticar. 

Ilustración: Pedro León Zapata. El Nacional, Caracas, 23/01/1980.
Referencia: https://elcooperante.com/invocando-a-chavez-y-a-fidel-el-show-de-maduro-y-diaz-canel-en-la-iglesia-riverside-harlem/
28/09/2018:
https://www.lapatilla.com/2018/09/28/cave-canem-por-guido-sosola/