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jueves, 2 de julio de 2020

TERRORISMO

El gansterato
José Rafael Herrera 

“En la historia no se producen milagros. Los milagros los hacen los dioses.
Los hombres son los que, actuando de acuerdo con las circunstancias y
fijándose metas claras, conducen la historia”.
Rómulo Betancourt

Los virus están “muertos” hasta que encuentran un agente vivo del cual se nutren, corrompen y destruyen. Un gánster es un hampón profesional, un maleante “de carrera” —un “muerto viviente”— que forma parte de una organización criminal que se va introduciendo en las células del tejido de un determinado organismo social hasta infectarlo, corromperlo y extinguirlo. Es lo más similar a una virosis letal, y puede llegar a convertirse en la pandemia del Ethos de toda una formación social, e incluso de una totalidad histórica. De hecho, se va apoderando de ella y, poco a poco, la va enfermando y consumiendo. Va menguando sus fuerzas hasta que la destruye por completo. Y, al igual que las células malignas, potentes y mortales, logra, astutamente, engañar al organismo entero, introducirse en los tejidos que conforman la anatomía de su ser y de su conciencia, aparentando ser lo que no es. Un gánster puede llegar a hacerse pasar por un empresario, un gremialista, un juez, un ideólogo, un religioso, un político o un militar. Se encapucha, se mimetiza y se “arrancha”, para terminar dando rienda suelta a su función destructora. El gansterato que saquea y mantiene secuestrada a Venezuela —y tal vez a buena parte de Occidente— es justo eso: una pandemia mortalmente infecciosa y agresiva que, en estricto sentido, la está conduciendo a los brazos de la muerte.

En 1978, Sofía Ímber y Carlos Rangel entrevistaron al expresidente Rómulo Betancourt para el programa Buenos días, de grata recordación tanto por su calidad intelectual como por la profundización en temas y problemas que, cada mañana, contribuían con el enriquecimiento del debate político y cultural de un país sano, próspero y auténticamente democrático. En aquella entrevista, Betancourt afirmó estas reveladoras palabras, que bien vale la pena transcribir, a los efectos de comprender en detalle contra quiénes se enfrentan las fuerzas democrática de lo que va quedando de país:

“Vivimos en un mundo en el que se ha establecido una internacional del terrorismo. Aquí mismo en Venezuela, tenemos el triste privilegio de haber establecido la célula matriz de ese terrorismo que está conmoviendo al mundo, porque en los años sesenta, cuando se estaban secuestrando aviones, cuando se secuestró a Di Stéfano, cuando se secuestró al coronel Smoller, cuando se asesinó de forma tan cruel como asesinaron a Moro, al señor Iribarren Borges, cuando se asesinó al abogado Seijas, cuando se trató de asesinar al general Moreán Soto. Esos son los antecedentes del terrorismo este que ahora está conmoviendo al mundo. Fue en la época de mi gobierno y en la época del gobierno de Leoni. Y todo eso en Europa lo registraba la prensa como una manifestación del pintoretismo latinoamericano. El terrorismo había comenzado en América Latina, porque era un trasplante del terrorismo cubano. La llamada Revolución cubana fue dirigida por un grupo de pistoleros que se iniciaron no leyendo libros de teoría marxista, no haciendo proselitismo político, no organizando partidos políticos, sino como jefes de bandas universitarias de secuestradores. El señor Fidel Castro es el personaje a quien describe Rómulo Gallegos como Justo Rigores en su novela cubana Una brizna de paja en el viento. Justo Rigores —Fidel Castro—, tal como se lo describió a Gallegos su entonces adversador Raúl Roa —profesor universitario—, era jefe de un bonche universitario, de gente que estaba en un filo de cuchillo entre el Robin Hood de la leyenda inglesa, perseguidor de los ricos en favor de los pobres, y el atracador puro y simple. Esos métodos fueron trasladados a Venezuela por los agentes del quintacolumnismo castrista en nuestro país”.

Betancourt describe, con extraordinaria precisión, los orígenes de la terrible pandemia que, ya desde los inicios mismos del régimen democrático en Venezuela, amenazaba de continuo, una y otra vez, con expandirse y enfermar gravemente la otrora nación, que ya hoy no existe. Y así, en un momento de defensas bajas, con buena parte del virus ya expandido entre una población que fue premeditadamente conducida a su contaminación, a consecuencia del cobijo que encontrara entre poderosos —e inescrupulosos— sectores resentidos, parasitarios, habituados a vivir de los “recursos preferenciales” del Estado, y que vieron en serio peligro los intereses de sus jugosas ganancias, el país terminó en manos de una organización criminal oculta bajo los ropajes constitucionales. En nombre de una “nueva república” se fue acabando sistemáticamente no con la “vieja república”, como se anunciaba, sino con la idea republicana misma y, consecuentemente, con su valiosa objetivación institucional. En su lugar, el hampa gansteril se fue apoderando de todo, destruyendo las fibras vitales del país entero, hasta llevarlo a su completo desfallecimiento y poniéndolo al servicio de los negocios del narcoterrorismo internacional. Ahora la pandemia, planificada y propagada desde el comienzo por Justo Rigores, amenaza con expandirse a todo el Occidente, hasta hacerlo “morder el polvo”, ponerlo de rodillas, intoxicándolo, mientras “el bonche”, del que hablaba Betancourt, se enriquece grosera y grotescamente, en nombre del “pueblo” y de la “revolución”.

Una vez más, Betancourt —quien, por cierto, sí que sabía de teoría y praxis política— tenía razón: no son políticos, en el sentido clásico del término. No se “iniciaron leyendo libros de teoría marxista” ni “organizando partidos políticos”. Son criminales —“pistoleros”, dice Betancourt—, como lo demostraran con fehaciente saña en aquel aciago Puente Llaguno o, más recientemente, con los asesinatos de Oscar Pérez y de Fernando Albán, entre tantos otros. No conforman uno de los extremos de una supuesta relación de polarización, ni son “la izquierda” respecto de “la derecha”. No son el término opuesto, el otro polo. Más bien, son lo distinto que percibe al otro no como su opositor sino, precisamente, como el “no-polo”, el no-existente, la nada. No hay negociación posible con quien se representa al otro no como su adversario político sino como su “enemigo de clase”, “a muerte”. Ni puede haber un “manejo político” de una relación impolítica. Que Luciano o Capone, Escobar o el “Chapo” incursionaran en el escenario político no significa que lo fueran efectivamente. Hace tiempo que las FARC o el ELN abandonaron los llamados “principios” para deslizarse cada vez más hacia el malandraje narcoterrorista. Las pandemias no se curan con hand sanitizer. Y hace mucho tiempo quedó atrás la etapa de las medidas preventivas. El mal está aquí y todo lo contagia sin contemplación. Todo lo va destruyendo a su paso. No conviene esperar milagros. Solo queda la decisión de combatirlo prescribiendo unidad y exigencia de justicia. Lo que solo con virtus se podrá concretar.

02/07/2020:

martes, 23 de junio de 2020

NOTICIERO RETROSPECTIVO

- J. L. Salcedo-Bastardo. "Ensayos críticos de sociología y filosofía social: Por el mundo sociológico de Cecilio Acosta". El Universal, Caracas, 04/03/1945.
- José Emilio Castellanos. "Crear un partido ecológico proponen en la Sociedad de Ciencias Naturales" (Francisco Quero, Arturo Eichler). El Nacional, Caracas, 03/05/78.
- J. E. C. "Puede echar raíces: El partido ecológico frenaría los intereses creados que esán acabando con la naturaleza" (Ramón Aveledo Hostos, Francisco Tamayo). El Nacional, 04/05/78.
- Anselmo Amado. "Cuatricentenario de San Cristóbal: La antigua Casa de Gobierno" (Casa de Los Leones, F. Guerrero Pulido). El Nacional, 21/12/60.
- Manuel Rojas Poleo. "El archivo de Betancourt". El Nacional, 30/07/87.
- José Domingo Mora. "Monitor de medios: Internet ataca el negocio editorial (I)".  Economía Hoy, Caracas, 22/09/2000. 

Ilustración: Pardo. El Universal, Caracas, 11/01/1978.

Breve nota LB: Preferimos la expresión "ilustración" a la de caricaturas, por cierto. Ahora bien, los aportes de Pardo a El Universal, también fueron ingeniosos. curre que de una mayor promoción gozaron otros, como Pedro León Zapata o Régulo Pérez, quizá porque fueron artistas plásticos, quzá porque provenían de aquella muy movida y sacrosanta izquierda cultural que calló con lo ocurrido en este siglo XXI con las excepciones del caso.

domingo, 23 de febrero de 2020

NOTICIERO RETROSPECTIVO

- S/f. "Estudios sobre las obras de carretera de Valencia a Puerto Cabello y su importancia comercial". El Nuevo Diario, Caracas, 15/06/1925.
- S/f. "Betancourt en su discurso anticipa la agresión: Cuba dispuesta a rechazar la agresión". Izquierda, Caracas, nr. 26 del 04/11/60.
- Bautizado "Allá en Caracas" de Laureano Vallenilla Lanz, en los talleres de la Tipografía arrido. Biliken, Caracas, nr. 2013, 10/54.
- Mario Szichman. "¡Bravo Soledad!". Momento, Caracas, nr. 619 del  26/05/68.

Reprodución: Primer Juez femenino del Distrito Federal: Dra. Celia Delgado. El Nacional, Caracas, 08/08/1953.

jueves, 14 de noviembre de 2019

SOBREVUELO: LOS AGUILUCHOS

Cincuenta y cinco años de la hazaña de Los Aguiluchos|De un avión llovieron hojas que denunciaban el asesinato de Livia Gouverneur
T/Mercedes Aguilar
27/11/2016

El 27 de noviembre de 1961, hace 55 años, cinco estudiantes de bachillerato desviaron la ruta de un avión, lleno de pasajeros y sobrevolaron Caracas para lanzar volantes por toda la ciudad.
En el volante denunciaban el asesinato de la joven estudiante universitaria Livia Gouverneur y la violenta represión desatada contra las fuerzas populares por el gobierno adeco de Rómulo Betancourt. La noticia se conoció en todos los países del mundo.
Rafael Bosque, Comandante del grupo que desvió la nave, describe la acción como una tarea, organizada por el Partido Comunista de Venezuela, (PCV), ejecutada por la Juventud Comunista, para dar a conocer la situación que imperaba en Venezuela y para que el gobierno sintiera una respuesta a la forma como estaba conduciendo la política en el país.
Esta acción, denominada Operación Livia Gouverneur, fue considerada como un acontecimiento de impacto mundial que se había cumplido en forma perfecta. Hoy, forma parte de los hechos que contribuyeron al arribo de la Revolución Bolivariana, resalta Bosque.
“Cien por ciento positiva, resultó tal como se planificó, pues se realizó sin tropiezos. No hubo problemas para los pasajeros, los tripulantes, ni para nosotros. Fue una pequeña contribución, un granito de arena, dentro del mar de hechos que este pueblo hizo en esa etapa histórica por liberase y construir un mundo de justicia y paz”, aseguró.
Comprmiso con el pueblo
Bosque destacó el desprendimiento que hubo, por parte de los jóvenes, que sin esperar prebendas personales, arriesgaron su vida, pues pese a lo bien calculado, cualquier detalle fortuito e insignificante podía causar una tragedia.
“Estábamos conscientes de eso, pero actuamos guiados por nuestro sentido de la responsabilidad y el compromiso por la Patria. Confiamos en el partido y honramos la confianza que nos dio”, explicó Bosque.
Desvío del avión
“No nos conocíamos. Éramos cinco estudiantes: Efraín León Ascanio, 22 años, militante de la JC, sector de El Manicomio; Gilman Bracamonte, 20 años de El Cementerio, parroquia Santa Rosalía; Rubén Basilio Palma, 22 años, de ese mismo sector, ambos militantes de la JC; Antonio Paiva, estudiante de Ingeniería en la Universidad Central de Venezuela (UCV) y Rafael Bosque, estudiante de bachillerato y militante de la Juventud en la parroquia San Juan, Comandante del grupo”, recordó.
“Cada quien estaba en su sector, ellos en sus barrios, Paiva en la universidad y yo me encontraba en lo que llamaban el Aparato Especial. Nos vimos la primera vez cuando nos reunimos para recibir las instrucciones”, apuntó.
“Actuamos con serenidad. Tanto que cuando llegamos donde chequean el embarque la muchacha que estaba allí me pegunta: Vas a llevar eso como equipaje de mano?” y le contestamos :“Sí”. Ella me preguntó de nuevo: “Van a llevar en mano ese equipaje? y que llevas allí?”.
Le dije: “Un estuche con una ametralladora y un maletín lleno de propaganda” y todos nos reímos. Ella también rió: Eso marcó el ritmo de la acción desde el comienzo al fin”.
“Estábamos muy claros de que debíamos llevar todo como equipaje de mano. Eso no podía pasar al compartimiento de equipaje porque de ocurrir, cómo sacábamos eso de ahí”, reflexionó.
“Pero en esa época no había detectores de metales, ni chequeo visual. Pasamos sin problemas”, explicó.
Marco histórico
Desde principios del año 60, a mediados del 61 la situación política comenzó a agudizarse debido a la dictadura disfrazada de democracia que encabezaban los partidos Acción Democrática y Copei y que hacía honor al acuerdo político suscrito por sus cúpulas en el norte y ratificado aquí en el Pacto de Punto Fijo.
Señaló que el pueblo esperaba, después de la caída de la dictadura de Pérez Jiménez, una mejoría económica y la solución de sus graves problemas sociales, pero encontró que se manejaba un criterio de limitación, dificultad, presión, y represión.
“Había mucha gente encarcelada, hasta se llevaban para las Colonias Móviles de El Dorado, en Santa Elena de Uairén, a los estudiantes capturados en las manifestaciones populares de protesta por la situación del país, aplicándoles un decreto que llamaban la Ley de Vagos y Maleantes”, indicó.
“Surgieron las manifestaciones de descontento. La represión contra el pueblo y las fuerzas de izquierda agudizó la contradicción entre gobierno, pueblo y fuerzas de izquierda. El gobierno respondió con más represión “, subrayó.
El Comandante de Los Aguiluchos recordó que Betancourt se rodeó de una camarilla de origen cubana proveniente de los aparatos represivos del dictador Batista, que se enquistó en el aparato policial político, en ese momento la Digepol, entre los que figuraban Salvador Romaní y Posada Carriles, quien después participó en la voladura del avión de Cubana de Aviación en 1976.
-Ante toda esa situación debía haber una respuesta del pueblo y de la izquierda. La gente del Partido Comunista y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) un desprendimiento de AD producido en el 60, consideró que no era suficiente la lucha callejera, el debate en el congreso, los discursos, las denuncias.
“Juzgaron que estaban dadas las condiciones para pasar a otro tipo de lucha y en marzo del año 61 el PCV realiza su tercer Congreso y allí toma la decisión de ir a la lucha armada”.
“Se organiza la operación para la cual fuimos escogidos. Nos reunimos varias veces con un piloto que conocía las características de los aviones. Explicó los detalles de la nave que era necesario conocer, como moverse dentro de ella.
Subrayó que todo se planificó: “Qué día, a qué hora, la logística, que consistía en la propaganda, las armas, los pasajes del avión, es decir, todo lo necesario, lo más rápidamente posible, tomando en consideración que por primera vez se realizaba una acción de ese tipo. Se hizo 26 días después de la muerte de Livia”.
Las consecuencias
Aparte del objetivo propagandístico, nuestra misión hizo que muchos adquirieran conciencia de la situación política que se estaba viviendo y después motivó a muchas personas a incorporarse al proceso-precisó Bosque.
“Fue tal el incremento que al año siguiente se abrieron los frentes guerrilleros rurales que ya en los años 60 y principios del 61 estaban organizándose y entrenándose. Mucha gente tomó la decisión de incorporarse a la lucha armada. En forma inmediata”.
Dijo que en lo personal, como partícipes del hecho tenían que sufrir las consecuencias: “Estuvimos presos durante 4 años y medio. Caímos el 27 de noviembre de 1961 y salimos en marzo del 66”.
La cárcel se convirtió para nosotros en una escuela. Compañeros profesores universitarios, personas con más experiencia, como por ejemplo José Rafael Núñez Tenorio, Héctor Rodríguez Bauza, Antonio García Ponce, Luis Emiro Arrieta, contribuyeron a esa formación política, ideológica, estudios formales y formación cultural para los que estábamos allí, agregó.

Fuente:
http://www.correodelorinoco.gob.ve/un-avion-llovieron-hojas-que-denunciaban-asesinato-livia-gouverneur

Los Aguiluchos” y la Operación “Livia Gouverneur” A 47 años del secuestro del avión de Avensa
Andrés Eloy Milano
27/11/2008

Un grupo de jóvenes de la Juventud Comunista, denominado “Los Aguiluchos”, como así fueron conocidos: José R. Bosque Figueroa, Antonio Paiva Reinoso, Rubén B. Palma Delgado, Efraín E. León Marcano y Girman Bracamonte, secuestran, el 27 de noviembre de 1961, un avión de la Compañía “AVENSA” y lanzan desde el aire propaganda denunciando la represión. “El secuestro del avión fue un éxito, no hubo sangre, eso fue limpio, perfecto. Se logró el objetivo que era tirar propaganda sobre Caracas y hacer una acción espectacular, que era lo que quería la dirección.
La muerte de Livia Gouverneur desató la más grande repulsa que se conozca en la historia del movimiento estudiantil en Venezuela. El 28 de noviembre de 1961, cinco jóvenes militantes de la Juventud Comunista del PCV secuestran el avión DC-6B (YV-C-EUG de Avensa), con 43 personas a bordo, en una operación que llevó el nombre de la heroína y que denunciaba al mundo también la suspensión indefinida de los derechos constitucionales.
La Operación “Livia Gouverneur”
En un día lluvioso de noviembre, a una semana de la muerte de la estudiante universitaria y combatiente revolucionaria Livia Gouverneur, el diputado comunista Teodoro Petkoff convoca a una reunión clandestina a una célula de la Juventud Comunista del PCV.
-¿Qué carajo tendrá entre manos el diputado?-, comenta Grimán en voz baja.
-Con ese papelero que carga en encima nos va a meter en una vaina seria-, comenta uno de los muchachos bajando la cabeza como para nadie lo escuche.
-Muchachos, la muerte de Livia debe ser el acicate que necesitamos para denunciar este gobiernito asesino. He estado pensando –continúa Teodoro- que podemos hacer como hicieron los portugueses el año pasado cuando se llevaron un avión y lo pasearon por Lisboa.
Se dirige Teodoro a una de las paredes de la casa y pega un plano de un avión DC-3 de esos que adornan las oficinas de las agencias de viaje. Se quita el paltó y con un bolígrafo señala.
Vean esta vaina. Esto es papita. De lo que se trata es apoderarse del avión sin hacerle daño a nadie y soltar panfletos en Caracas. Simplemente deben manejarse en esta zona –señala el diputado la zona delantera, “de primera” con dos aquí -ustedes se ponen de acuerdo, y Rubén con la ametralladora y Girman toman la cabina.
-Verga Teodoro, tú y tus vainas-, dice Rafael. ¿No has pensado que un avión de esa naturaleza a tan baja altura –porque tenemos que volar bajo- se pueda escoñetar y matar a los que vamos en el avión y los que están abajo como unos pendejos?..
-Les voy a decir una vaina-, dice Teodoro, “el que se mete a comunista tiene que ser arrecho y no pensar que siempre las vainas van a salir mal. Esto nunca se ha hecho en Venezuela y debemos confiar en el elemento sorpresa”. Coño, ¿No te parece?..
-OK, salgamos de esto… sabrás lo que haces. Confío en la Dirección del partido-, contesta Rafael más calmado. -Teodoro y después que volemos esa vaina, ¿para dónde nos vamos?-, dice Antonio Paiva.
-Les sugiero Curazao- contesta Petkoff rascándose la cabeza. “Esa isla está bajo leyes holandesas y esos carajos no se meten en vainas… no creo que le hagan presos. A Castro León, Moncada Vidal y los otros presos que tomaron el avión cuando iban presos aterrizaron allá y no les pasó un coño. Así que tranquilos.”
-Coño, se me olvidaba lo más importante…-se devuelve Teodoro súbitamente, girando sobre sus talones- la propaganda que van a lanzar. Antes de irse yo les mando una maleta llena de los planfetos. El texto lo redacto ahora. Esta operación la vamos a llamar Livia Gouverneur a sugerencia de Pancho Toro. Así que a moverse…
Llegado el día, los cinco jóvenes hacen su cola para montarse en el avión y embarcan sin problemas. El avión de Avensa despega a las 10 am llevando una carga de coraje dentro de su vientre.
El avión de Avensa estaba programado para cubrir la ruta matinal Caracas-Maracaibo. Vuelo No 519. A las 9,30 am los cuarenta y tres pasajeros chequean sus boletos en el terminal aéreo de Maiquetía. Las tramitaciones son de rutina
Ya en la pista, rumbo al avión, Girman y Rafael se dan cuenta que no es un DC-3 sino un DC-6.
-Coño vale, las vainas del diputado-, comentan entre sí.
-Bueno, camaradas, a improvisar se ha dicho. Debemos hacer todo rápido. Apenas termine la aeromoza (Flor Suárez) de hablar y se estabilice el avión actuamos-, dice Girman.
Por supuesto que cuando se montan en el DC-6 la diferencia con el DC-3 es abismal. El primero es más largo, el segundo es inclinado. Montan una maleta llena de planfetos y cada uno lleva su arma. Rubén lleva una Sub-ametralladora Madsen.
Los panfletos dicen:
“¡La suspensión indefinida de las garantías constitucionales es la dictadura personalista de Rómulo Betancourt!
¡Un año de violación de los derechos humanos y de las libertades públicas, abolida la constitución y asesinando a los estudiantes es el balance de la nueva dictadura!
¡Todos los venezolanos en la protesta del 28 de noviembre!
¡Honor a los caídos en la lucha por la libertad!
Operación Livia Gouverneur”
Bueno, qué coño. Actuemos rápido.
Cuando han transcurrido apenas siete minutos de vuelo, Antonio Paiva, uno de los pasajeros más jóvenes, se levanta de su asiento. Al mismo tiempo lo hace otro, casi tan joven como él, Wilmer Bracamonte. Paiva se dirige hacia la cabina. A corta distancia lo sigue Bracamonte. Mientras tanto un tercero, José Borges, se ha colocado al final del pasillo
Cuando Paiva entra en la cabina, ni el piloto ni el copiloto se mueven. Tiene que alzar la voz. No puede ocultar la emoción. -Por favor, ¡quietos en su sitio!
Todavía pasan unos segundos para que la tripulación reaccione.-¿Quién es usted?, pregunta el capitán Juan Nolck. Paiva tiene una pistola en la mano. -Somos revolucionarios. ¡Obedezcan y no pasará nada!
-A sus espaldas se encuentra Bracamonte. Está pálido lo que le hace aparecer mucho más joven. No llega a los 18 años. Un leve vello comienza a despuntar encima de los labios y en la barbilla. Está armado con un revólver 38, cañón corto.
-Eso no se puede hacer, muchachos, dice el capitán Nolck; si se abren las ventanillas, el avión puede hasta estallar. Paiva está prevenido.
-Vuele a baja altura. Despresurice el avión para abrir las ventanillas. Sabe que el avión debe ser despresurizado para poder arrojar las hojas volantes. En la cabina la tensión baja. El capitán Nolck entiende que los muchachos “saben lo que hacen”. Que no puede engañarlos. -Bueno, Uds., son los que mandan.
El avión comienza a cambiar de rumbo. Inclina un ala. Vira a la izquierda. Se empina de proa.
-Señores, pasajeros –dice en voz alta Rafael a los pasajeros- estamos en estos momentos llevándonos este avión para sobrevolar Caracas. Bajo el nombre de Operación “Livia Gouverneur” queremos denunciar el régimen adeco represivo del señor Betancourt. En estos tres últimos años, la matanza de estudiantes ha sido intolerable. Desde hace un año Venezuela vive bajo un régimen de excepción. Las libertades democráticas, ganadas por el pueblo con la insurrección de enero de 1958, han sido liquidadas. Las agresiones contra la izquierda están a la orden del día. Persiguen y encarcelan, allanan los locales de los partidos de oposición. Se aplica una política de rabioso anticomunismo. "Aislar y segregar" es la consigna oficial. Las calles para la policía, disparar primero y averiguar después: son los lemas que se difunden desde Miraflores.
Les aconsejo que se queden quietos en sus puestos, no se desabrochen los cinturones-. Luego del discurso, todos deciden entrar en la cabina del piloto que después de encañonado y alertado resuelve no oponer resistencia junto a la demás tripulación.

Un vuelo no previsto surca el cielo de Caracas. El poderoso zumbido de un cuatrimotor Douglas de la línea aérea Avensa resuena por encima de las torres del Centro Simón Bolívar. A muy baja altura. Los caraqueños están acostumbrados a las pequeñas avionetas que se desplazan hacia La Carlota. Pero, éste es un gigantesco avión comercial que aturde con sus motores.
Cuando el avión de Avensa está casi rozando los edificios del centro de Caracas una nube de pequeñas hojas se esparce por su alrededor. Los papeles levantan vuelo. Se dejan mecer por la brisa. Luego descienden suavemente por los edificios y las calles.
Pasado la hora de vuelo, entran a Caracas por el corredor del oeste. Tres veces dan la vuelta a la ciudad capital a unos 500 metros de altura. No se cansan de lanzare panfletos. El piloto el copiloto y pasajeros ayudan divertidos en la tarea. Los pasajeros disfrutan del “Tour” a baja altura sobre la capital.
-Coño, pasemos por Miraflores y lancemos que jode-, dice uno de los muchachos en la febril jornada de manos que se entrecruzan sacando papeles de la maleta y metiéndolas en las ventanillas.
Ya sobre Miraflores, luego de lanzar una tanda de papeles se dan cuenta que desde abajo hay movimientos de tropas que preparan fuego antiaéreo.
-Ni de vaina paso sobre Miraflores otra vez –dice el piloto- son capaces esos coños de madre de tumbarnos.

-Si tienes razón, vámonos pa’l coño. Señor piloto ponga rumbo a Curazao que si llega, ordena Rafael.
Una vez llegado a Curazao y ya alertadas las autoridades de la isla, los cinco jóvenes deciden entregarse según lo acordado.
Lo que no sabía era que el gobierno venezolano ya acordado con el curazoleño que si se repetía lo de Castro León serían devueltos al país, como así aconteció.
Una comisión de la Digepol comandada por Atahualpa Montes se dirigió a la isla a arrestar a los jóvenes que después de esta acción fueron a parar a prisión por cuatro largos años, durante su prisión en el año 1965 el Aguilucho Antonio Paiva contrajo matrimonio con la militante combatiente Sol Aranda.
la tarjeta de felicitación (en dos partes) y firmas originales de los camaradas Luis Emiro Arrieta, Héctor Rodríguez Bauza y Antonio Garcìa Ponce.
La pintura de la tarjeta fue realizada por Gil Bustillos
Una operación que con nombre de mujer dignificaba la resistencia de un pueblo que aún combate.
A 47 años de esos hechos la juventud venezolana es y será siempre el protagonista.

Fuente:
http://circulobolivarianofabriciojeda.blogspot.com/2008/11/los-aguiluchos-y-la-operacin-livia.html

Antonio Paiva Reinoso - El Aguilucho
Por: Gil Ricardo Salame Ruiz | Sábado, 16/10/2010 05:07 PM | Versión para imprimir
Quien hace unos días se presentó en VENEVISION como flamante economista, adeco, y Nuevo Liberar, despotricando de nuestro presidente Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, perteneció a la Juventud Revolucionaria del Partido Comunista de Venezuela y fue encarcelado por órdenes del propio Rómulo Betancourt tras haber secuestrado un avión para lanzar volantes sobre Caracas. Veamos lo escrito el 30 de octubre de 2009.

Por: J. Enrique Montero P. Especial para Tribuna Popular

“La suspensión indefinida de las garantías constitucionales es la dictadura personalista de Rómulo Betancourt. Un año de violación de los derechos humanos y de las libertades públicas, abolida la Constitución y asesinando a los estudiantes es el balance de la nueva dictadura!!! Todos los venezolanos unidos en la protesta del 28 de noviembre!!! Honor a los caídos en la lucha por la libertad!!! ¡¡¡Operación LIVIA GOUVERNEUR!!! “

En una acción de audacia y valor, para aquella época, sin precedentes similares en Venezuela, cinco jóvenes militantes de la JUVENTUD COMUNISTA DE VENEZUELA, cuyos héroes fueron: JOSE RAFAEL BOSQUE, EFRAIN ENRIQUE LEON, RUBEN PALMA, ANTONIO PAIVA REINOSO y GIRMAN BRACAMONTE, secuestran la nave aérea en vuelo de Maiquetía a Maracaibo y obligan al piloto y copiloto sobrevolar Caracas para lanzar los volantes. El “Aguilucho” que habló, portando una sub-ametralladora, les comunicó a los pasajeros con mucha serenidad: “Señores pasajeros, no se preocupen. Este avión ha sido tomado por nosotros en cumplimiento de una misión política que nos ha encomendado nuestro Partido, el PARTIDO COMUNISTA. Es el inicio de la operación LIVIA GOUVERNEUR”.

Luego de llevarse a cabo la operación con todo éxito, el avión es llevado a Curazao, en vista de que no pudieron ir a Cuba, donde solicitan asilo político, el cual les fue negado por las autoridades de la isla, quedando detenidos los camaradas, quienes serían extraditados a Venezuela días más tarde. Así finalizaba el episodio de la audaz operación llevada a cabo por unos jóvenes COMUNISTAS que fueron bautizados con el calificativo de “LOS AGUILUCHOS” .

¡¡¡ HONOR Y GLORIA A NUESTROS MARTIRES Y HÉROES!!!

Fuente:
https://www.aporrea.org/actualidad/a110364.html

viernes, 18 de octubre de 2019

HONESTIDAD

Érase Julio Pocaterra
Guido Sosola

La historia habla por sí sola y, sobre todo, cuando hay eso que algunos llaman consenso historiográfico. Estos son tiempos de una insólita ligereza frente a un régimen que nos trastocó en la más íntima profundidad de los valores  y principios. Y perdonen la cita curera, pues, en algún documento, Pablo VI aseguraba que no se combate e mal con el mal.

Por septiembre de 1948, Rómulo Betancourt decidió viajar a Estados Unidos y, no por casualidad, lo hizo con dos de los dirigentes que olfateó como de los mejores prospectos de Acción Democrática. De no llegar el consabido golpe de Estado, seguramente no hubiesen esperado doce años más tarde para zanjar las diferencias netamente ideológicas, en el caso de Domingo Alberto Rangel, o netamente políticas, en el de Raúl Ramos Giménez.  Uno y otro, era promesas ciertas en el horizonte venezolano y bien merecían la atención del líder octubrista, incluyendo un partido de béisbol en el propio Nueva York. Por supuesto, no era pecado hacerlo porque no tenían por hábito el pecado original, como diría Santo Tomás de Aquino en su Suma Teológica, cosa que dejamos a los entendidos. Y es que tampoco lo era, porque el país no estaba pasando hambre como ahora y cualquiera podía escuchar acá la transmisión del juego quizá en la voz de Buck Canel, aquél del “no se vayan que esto se pone bueno”, así fuese en el aparato radial del botiquín de la Elorza ahora ocupada por los irregulares. Pero, además, por dos razones adicionales: por una parte, Betancourt mismo propició la publicación de la gráfica, en un modesto palco del viejo Yankee Stadium, ganado simpatías por el gesto, calmando a propios y extraños, a los adecos que aspiraban a sus diligencias de pacificación interna y, a resto, que reclamaban que dejase gobernar a Rómulo Gallegos. Por la otra, la m´s poderosa, es que Rómulo hablaba claro y generaba confianza.

Lo primero que hizo Betancourt al subir al poder, fue declarar sus bienes. Lo primero que hizo al descender del poder, fue declarar sus bienes.  Todo el mundo sabía lo que tenía en los bolsillos, como todo el mundo estaba enterado que Julio Pocaterra lo financiaba en la medida de sus posibilidades y, por cierto, el consulado en Estados Unidos fue más un reconocimiento a la lealtad y a la habilidad política para alguien que tenía centavos desde años ha, en lugar de tupirlo con miles de contratos, utilizarlo como testaferro para comprar periódicos o de asegurarse la construcción de la Ciudad Universitaria o de la Avenida Bolívar que estaban en la cola. Pérez Jiménez hizo lo indecible para demolerlo moralmente pero no pudo.

Además, efue el mismo Julio Pocaterra el que pagó los boletos y la estadía de Betancourt  y Raúl Leoni en Washington, cuando fueron a hablar con Diógenes Escalante. Todo el mundo lo sabía, a nadie se le escondió y, al regresar, volvieron a sus oficios de supervivencia, algunos con más churupitos que otros, como Leoni el litigante o Luis Beltrán Prieto como el librero, mientras que Betancourt  vivía de la caza y de la pesca para mantener a la familia y, a la vez, sacar adelante a su partido. Por cierto, medio siglo más tarde, un antiguo y fiero adversario, como Manuel Caballero, editado por Los Libros de la Catarata, casa libre de toda sospecha, comentaba que, en su segundo turno en el poder, por más que pudiera utilizar los fondos miraflorinos, el presidente Betancourt viajaba en asuntos de Estado con su esposa y, no obstante, él se aseguraba de pagarle el boleto de su propio bolsillo. Una vueltica por la quinta Pacairigüa, valga la acotación, una casa comprada por ss amigos a quien no la tenía, casi finalizando el ´XX,  nos impone de un lugar absolutamente modesto, sencillo, austero.

Se nos ocurre como un buen ejercicio, el histórico, para apreciar lo que ahora ocurre. Hay algo que huele mal en Dinamarca y de esto no tenemos duda alguna.

18/10/2019:

viernes, 31 de agosto de 2018

jueves, 31 de mayo de 2018

domingo, 15 de octubre de 2017

NOTICIERO RETROSPECTIVO

- Arturo Uslar Braum. "Betancourt y Uslar Pietri". El Nacioal, Caracas, 20/10/1965.
- Alberto Krygier. "Las ciencias de la complejidad". El Nacional, 19/06/92.
- Ramón González Paredes. "Andrés Maurois, novelista". El Universal, Caracas, 03/11/64.
- Marco Aurelio Vila. "Cataluña y la Venezuela de 1713". El Nacional, 11/09/52.
- Mariano Picón-Salas. "Existencialismo". El Nacional, 10/12/50.

Reproducción: Rómulo Betancourt encabeza el acto de finalización de cursos en la Escuela Militar de Venezuela. Revista de las Fuerzas Armadas, Caracas, vol. 3, nr. 4 de 1947.

jueves, 27 de julio de 2017

VICISITUDES

Lo cierto es que no quisieron muchos creer. Y, ahora, saben de la saña con la que actúan.
Y lo cierto es que, con todas sus fallas, la democracia representativa nació y se desarrollo en medio de unas dificultades que nunca el gobierno vivió en este siglo XXI.

sábado, 28 de enero de 2017

NOTICIERO RETROSPECTIVO

- Marianela Hernández entrevista a Ovidio Pérez Morales: "El país todo se está partidizando". El Nacional, Caracas, 09/01/1988.
- Entrevista a Manuel Alfredo Rodríguez. El Diario de Caracas, 11/09/81.
- Carlos Díaz Sosa: foro con los integrantes del Quinteto Contrapunto. El Nacional 27/12/65.
- Edith Guzmán entrevista a Pedro Ortega Díaz. El Nacional, 17/07/83.

Reproducción: Sancho. Élite, Caracas, nr. 1979 del 31/08/1963.

domingo, 13 de noviembre de 2016

BREVÍSIMO CURSO COMPARATIVO

Perdedero
Luis Barragán


Quienes tenemos por afición la historia, solemos sorprendernos del cinismo gubernamental, pues, con demasiada frecuencia los elencos del poder se exhiben con credenciales morales que no tienen aval alguno, comenzando por la placidez reportada por un larguísimo continuismo en contraste con muchas de las luchas desarrolladas por sus pretendidos antecesores en la escuela ideológica de adscripción.  Se creen hereditarios de toda suerte de heroísmos completamente ajenos, pero no reparan en circunstancias específicas que, sencillamente, los desmienten.

Por ejemplo, la década de los sesenta del XX fue escenario de una violencia de muy distintos orígenes que comulgaba en el propósito de derribar la naciente experiencia democrática. Fueron incontables las situaciones vividas por Betancourt y sus inmediatos sucesores que jamás hubiese soportado Chávez Frías ni Maduro Moros, procurando salvaguardar las libertades públicas indispensables.

Para noviembre de 1963, recrudeció la agresión subversiva de un guerrillerismo que, después, probó el gigantesco yerro de una aventura política. La alteración del orden público fue noticia recurrente en el confeso esfuerzo de sabotear los comicios generales y caseríos, pueblos y ciudades supieron de un despliegue insólito que, en la ciudad capital y sus áreas aledañas, supo del súbito intercambio de disparos de cada día en sus principales arterias, el extenso  riego de tachuelas en las vías públicas o el trágico asalto al tren de El Encanto. Sin embargo, las elecciones se realizaron, reconocida una minoría en las instancias parlamentarias que indirectamente representó a las fuerzas en armas.

Maduro Moros se queja de una conspiración de la violencia que no llega a un modesto porcentaje de los hechos que, cierta y objetivamente, experimentaron los gobernantes de la citada década. Nunca hubiese respondido con una decidida política de pacificación, como la que impulsó Caldera en su primer gobierno, además, desde el inicio, sometido a una constante agitación que claramente evidenciaba al desesperado remanente de esas obstinadas corrientes guerrilleras.

Luego, por muchísimas menos razones, Nicolás no acepta una consulta electoral puntual y convincente, monopolizado todo el rectorado del CNE. Y, lo que es peor, causante de una inédita crisis humanitaria,  presume de gran árbitro del futuro nacional al que tanto contribuye para perderlo.

domingo, 16 de octubre de 2016

ULTRAJE Y VILIPENDIO

De la genuina susceptibilidad (y una nota octubrista)
Luis Barragán


Días atrás, nos encontramos casualmente con un viejo condiscípulo que, por cierto, por vocación, quiso alguna vez hacer carrera judicial. Empero, desde que se inició el actual régimen, renunció a su modesto juzgado con la clara intuición de lo que vendría después.

Traspapelada entre otras noticias, la denuncia interpuesta por la canciller Delcy Rodríguez contra el diputado Henry Ramos Allup, responde a una genuina susceptibilidad de los ocupantes de un poder arbitrario que no logran distinguir entre el ámbito personal y el político. Éste, está llamado siempre al duro y lógico cuestionamiento democrático, porque se trata del decisor de un destino inevitablemente compartido, exponiéndose como un exabrupto cualesquiera acciones de orden penal o civil y tratándose, para más señas, de un parlamentario que tiene responsabilidades y prerrogativas muy bien definidas por la Constitución y la tradición republicana.

Ejercitando algunas nociones con nuestro amigo, es necesario distinguir entre el ultraje contra las personas investidas de autoridad pública (básico, con violencia o amenaza) y el vilipendio: el ofendido no es tal,  cuando versamos sobre sus funciones; el vilipendiado no es tal, cuando no peligra ni se menosprecia las bases misma del Poder Público, según la pacífica doctrina de varias décadas. De modo tal, que constituye la denuncia una maniobra más, un momento adicional a la confabulación de un órgano del Poder Público – el Ejecutivo – contra otro – el Legislativo – encaminado a derrumbar, esta vez, las bases mismas de una adecuada y deseada coexistencia de los poderes en Venezuela, por decir lo menos.

UNA NOTA OCTUBRISTA: TENSIONES

Cercano el 71° aniversario de la llamada Revolución de Octubre, añadimos a los apuntes alguna vez consignados (http://www.opinionynoticias.com/opinionnacional/17055-tres-notas-importantes-sobre-el-18-o),  dos instantes de  la acción política y militar. En un caso, fraguada la conspiración, Rómulo Betancourt  no comprometió a toda la dirección de Acción Democrática y un día antes del evento, escenificó un extraordinario mitín en el Nuevo Circo de Caracas, sin que levantase la menor sospecha; y, en el otro, asumió su responsabilidad en el curso de un golpe de Estado que, de no haber resultado, lo hubiese confinado, irrecuperable, al degredo político.

Dos momentos personalmente de una inmensa tensión que, por el solo registro fotográfico, revelan una fuerte y decidida personalidad capaz de afrontar con serenidad las circunstancias. En el coso taurino, sabiéndose cercano a la hora de todos los peligros, hace sus planteamientos con una habilidad poco común que, al considerar el acto, Manuel Caballero estima que le hubiese servido de alegato ante un tribunal de haber fracasado (“Rómulo Betancourt, político de nación”, Alfadil – FCE, Caracas, 2004: 232); y, a las puertas de Miraflores, rodeado de sus más cercanos colaboradores, según una imagen de la época, hora poco conocida, enciende literalmente un cigarrillo, completamente resteado en tan dramática coyuntura. Queda esto para la reflexión, a favor y en contra, claro está.


Reproducciones: Élite, Caracas, Nr. 1047 del 27/ 10/1945; y Resumen, Caracas, Nr. 103 del 26/10/1975 ("Rómulo Betancourt dirigiéndose a un multitudinario auditorio en la noche del 17 de octubre").
17/10/2016:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/27862-luis-barragan

domingo, 25 de septiembre de 2016

NOTICIERO RETROSPECTIVO

- S/a. "Confidencial: La tragedia de los niños venezolanos". Élite, Caracas, Nr. 2324 del 10/04/1970.
- Haydée Reyes Fagúndez entrevista a Ricardo Haussman. SIC, Caracas, Nr. 496 de 06/87.
- Che Guevara, el último artículo (para International Affairs). The Economist (en español), Nr. 12, vol. I, del 20/10/67.
- Aníbal Romero. "Las voces del silencio: El destino trágico de los partidos". El Diario de Caracas, 22/03/86.

Reproducción: "El viaje del Presidente Betancourt a Cuba, también en 1946. A su llegada a La Habana acompañado de Doña Carmen de Betancourt y de su hija Virginia, reciben el saludo del Presidente Grau San Martín". Momento, Caracas, nr. 340 del 20/01/1963.

lunes, 12 de septiembre de 2016

CAZA DE CITAS

"... Sobre la empresa partidista pre-18 de octubre (...) fue  una empresa que hacía exigencias personales extremas de disciplina, dedicación y honestidad y, al mismo tiempo, solicitaba algún cultivo intelectual de parte de sus seguidores"

Humberto Njaim

(En. "La Revolución de Octubre", PDVSA-CELARG, Caracas, 1998: 64)

lunes, 11 de julio de 2016

HABLAR DESDE MUY JÓVENES



Caldera-Betancourt: adicionales coincidencias

Luis Barragán

Imprevistamente, días atrás, tuvimos ocasión de participar en un foro que versó sobre la relación política entre Rafael Caldera y Rómulo Betancourt, compartido el panel con Gehard Cartay y Carlos Canache Mata, por la feliz y persistente iniciativa de Sara Lizarraga.  De interés estrictamente histórico, ventiladas las coincidencias y discrepancias, constituyó un magnífico y, por cierto, muy concurrido evento para propiciar la reflexión que estos tiempos imponen. Sin embargo, faltando tiempo para considerarlos, aunque hubo que extenderlo, nos permitimos adicionalmente citar dos aspectos que, por obvios, paradójicamente pasan de largo.

Por una parte, ambos líderes fueron no sólo conocidos por el país a muy temprana edad, sino que a Caldera y a Betancourt se les pidió cuenta también por aquellos hechos y opiniones que protagonizaron y esgrimieron siendo todavía un par de mozalbetes. Dirigentes estudiantiles, en proceso de formación política, debieron asumir la responsabilidad de lo hecho y de lo dicho aún cincuenta años después.

Versamos sobre una situación contrastante con la de los elencos que gobernaron y gobiernan en el siglo XXI, porque - quizá con las excepciones  solitarias de Luis Miquilena o José Vicente Rangel – nadie tenía la remota idea de las trayectorias políticas y personales de los arribantes al poder, por cierto, deseosos de continuar enjugando sus privilegios, y quienes - mucho menos -  están dispuestos a satisfacer la curiosidad por algún lejano acto del que se tenga noticia.  Al inaugurarse la centuria,  comenzando por Chávez Frías, proseguida la tradición por Maduro Moros, representaron la venturosa cara nueva por la que tanto clamó la antipolítica y que, ejemplificándola,  forzó la publicación del Libro [SIC] Azul que alguna distancia tiene con la biografía de Andrés Bello y las editoriales de la UNE o la de Cecilio Acosta y las cartas a los “hermanitos” desde el exilio, por no citar la Ley del Trabajo y el Plan de Barranquilla.

Por otra parte, apuntemos al cultivo del lenguaje desde el campo político y el estrictamente académico. Los neologismos surgieron por una imperiosa necesidad expresiva que, a la postre, halló cupo en el Diccionario de la Lengua Española, como los términos “millardo” y “hampoducto”.

Nunca imaginó Angel Rosenblat que el lenguaje escatológico tendría por ancho y cómodo señorío la jefatura del Estado, como ha ocurrido en más de década y media, diciéndose injustamente representativo del apreciado por la media de los venezolanos. Peor que la deliberada procacidad,  cuando a los gobernantes de turno se  les antojó y antoja el correcto uso del idioma, simplemente delatan una crasa ignorancia que el  extinto mandatario pretendió – faltando poco – justificar, como el tristemente recordado vocablo “adquerer” con el que aleccionó a los escolares.

No abrigamos una versión paradisíaca de la relación entre Caldera y Betancourt, pero lo cierto es que, objetivamente, generó valores que no podemos desestimar, susceptible de la más rigurosa investigación histórica.  Y, aún cuando quisiese subestimarse en los ámbitos aludidos, por lo menos, es dado reconocer que esa relación despuntó entre las muchas que dibujaron una provechosa complejidad del fenómeno político que, lamentablemente, el todavía novísimo siglo no repite y – menos - mejora.

Fotografía:
Rómulo Betancourt toma posesión del poder, en 1959. 

11/07/2016
http://www.radiowebinformativa.com/opinion/caldera-betancourt-adicionales-coincidencias/