Liscano, juventud y política
Luis Barragán
Luis Barragán
Lunes, 30 de julio de 2001
El tema sigue de largo: los jóvenes comparten una alergia
desmedida hacia la política, aunque también ofrecen muestras más reducidas de
un sectarismo extremo y acrítico al afiliarse a las entidades oficialistas. Es
necesaria una polémica que revele lo que acontece entre ellos , y un buen punto
de partida es Juan Liscano.
Fueron pocos los que se atrevieron a (re) pensar la juventud
sin hacer concesiones a la demagogia marcando Liscano toda una pauta. . A
finales de 1985, publicó sus
"Reflexiones para jóvenes capaces de leer" (Seleven, Caracas), obra
que no puede pasar inadvertida tampoco por los adultos.
El libro en cuestión (RPJCL) ofrece una continuidad de
pensamiento sobre la que sigue siendo una importante y estratégica fuerza
social, asumida como "asombro y descubrimiento conjetural rotos a veces
por la violencia de una búsqueda de afirmaciones fáciles y contundente" ("Horror
por la historia", Ateneo, Caracas: 12).
Constata las realidades que sofocan a la juventud en función
de la fecundidad del dinero, vista la existencia de contradicciones insalvables
como la explotación, los "acondicionamientos", las injusticias.
Refiere la presencia de otro totalitarismo en las sociedades capitalistas
democráticas y es el crematístico, reducción de todos los valores a los afanes
de riqueza y cuya derivación natural es el hedonismo (RPJCL: 18). Además, el
ideal cristiano erige una vida de consagraciones externas en persecución del
poder político y económico, sin que se haga efectivo en la vida práctica (
Ibid.: 54 y 109).
También nos señala el fenómeno de la dependencia cultural,
que no "transculturización", patente en el rock como expresión de una
espectacularidad que estúpidamente atrapa la atención juvenil. Sospechamos al
respecto, una subestimación de sus valores musicales aunque ha dado oportunidad
a aclaratorias y polémicas perdidas ya en el recuerdo, a través de artículos,
como el de El Nacional del 05/12/85: hablan de un Liscano que no le temió a los
tiempos.
Espectacularización vacía, de gran poderío psicológico y
emocional que prontamente se combina con las ventas de alimentos compactos en
locales previamente diseñados "para los jóvenes", con un definido y
contundente afán mercantil. Liscano, a propósito de Hesse, expone una hipótesis
válida al entenderlo como desagüadero de la neurosis contemporánea que
desconoce las viejas prácticas del chamanismo y los ritos de pasaje superados
por las terapias psicológicas y los mitos milenaristas ("Descripciones",
Monte Avila-De la Flor, Caracas, 1983: 11).
En sus reflexiones, Liscano resalta el papel estelar que
juegan los denominados "ángeles exterminadores", en su doble versión:
comercial (RPJCL: 30-36) y política (ib.: 27-30). Los jóvenes se convierten en
títeres del aparato comercial que, al subvertir sus necesidades, desembocan en
el consumo desenfrenado tras la promoción de los ídolos asexuados pero
seductores, pervertidos y pervertidores, con la falsa inocencia de una máscara
de belleza que la alta tecnología reproduce aprovechándose de la obsesión
luterana por satán. Y en el fanatismo político que justifica cualquier crimen
al desencadenar caras consecuencias históricas. No obstante, podría asomarse
como una apreciación extemporánea, pues la desviación militante, más o menos
reciente, se tradujo en un vulgar arribismo u oportunismo: el nuevo
títeritazgo.
Creemos que el autor se queda en las constataciones sin
atreverse a hurgar soluciones atrevidas, posiblemente por el escepticismo de
sus primeros años, conocedor de los accidentes políticos cuyas fracturas
parecen guardar dolorosas prolongaciones. Vacila en ofrecer un modelo
diferente, según las pistas que ofrece al tratar el asunto yugoeslavo en su
remoto libro "Tiempo desandado" (Ministerio de Educación, Caracas,
1964, vol. I), o al quejarse del mezquino desconocimiento de las obras
realizadas por el gobierno en materia de vialidad, no sin reconocer en el
marxismo y en el socialcristianismo alicientes para construir un país y servir
a una moral superior (El Nacional: 16 / 10 / 65).
Partiendo siempre de Jean Marabini (obsesión traductora),
Liscano identificó como "ángeles exterminadores" a los estudiantes
que, en un momento dado, pudieron coincidir con los trabajadores en el esfuerzo
de construir un orden social distinto (El Nacional: 19 / 06 / 69). El camino
sugerido ahora es el de la "expectación" y la entiende como
"tensión del alma, desprovista de esperanza cierta, pero negada a la
desesperación", opuesta a la "beatería política, mesiánica y
consoladora de la esperanza", escéptico ante lo que se avecina (RPJCL:
72).
Fotografía: Obra referida y Juan Liscano, El Nacional (Caracas, 05/02/50).
Breve nota LB: "Venezuela Analítica" siempre tuvo sus archivos abiertos y ordenados. Presumimos que el portal está en reorganización, pues, ya no aparecen. El próximo 7 de julio, cumplirá cien años de haber nacido y nos parece útil esta breve reseña de Egly Colina: http://eglycolinamarinprimera.blogspot.com/2014/03/juan-liscano.html.
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