Del Consejo de Defensa de la Nación y la oposición
Luis Barragán
Contrastando
con décadas anteriores, pocas han sido las veces que mencionan los
términos de seguridad y defensa (SD) en el parlamento, excepto se trate
de algún objetivo propagandístico del régimen. A pesar de las
circunstancias que éste ha invocado, como el celebérrimo decreto de
Obama, dándole toda una interesada gravedad, no se ha atrevido a un
debate prolongado y de fondo que la sola noticia de las concesiones
petroleras de Guyana amerita; e, incluso, supimos del Consejo de Defensa
de la Nación al día siguiente de nuestra modesta interrogación en la
obamizada sesión plenaria (https://www.youtube.com/watch?v=d62WMI7LwUU), expuesto su secretario general en el marco de una declaración – si mal no recordamos – vicepresidencial, al día siguiente.
Hernán
Castillo, por ejemplo, ha ilustrado la actividad del otrora Congreso de
la República respecto a la política exterior venezolana y la SD en el
período 1959-1969 (en: “Problemas militares venezolanos”, UCAB-UPEL,
Caracas, 2009: 29-64), destacando el conflicto esequibano. Una rápida
revisión de los diarios de debates de la segunda mitad del siglo pasado,
nos impone de la recurrente denuncia de la violación de los derechos
humanos a partir de la doctrina de SD y – sobre todo – de la discusión
de la respectiva ley orgánica, a mediados de los setenta, con la libre
participación de quienes abandonaron la insurrección armada, gracias a
la política de pacificación.
El gobierno intentó la consabida
épica anti-imperialista tras el aludido decreto, clamando por una unidad
nacional que paradójicamente lo llevó a dictaminar y a segregar a los
supuestos apátridas que le agobian. Luce razonable concluir que esa
amenaza no tuvo la pesadez y trascendencia esgrimida, forzada la
habilitación legislativa, como la tuvo – irrefutablemente - la crisis
del Caldas en los años ochenta que apersonó a toda la oposición en
Miraflores, yendo más allá de las simples circunstancias políticas que
el país valoró.
Cada vez más, la cuestión guyanesa adquiere
rasgos preocupantes que aconsejan – redescubriéndola – una Política de
Estado, con la participación de todos los sectores de la vida nacional.
No basta con inculpar a la mítica IV República, como reciente y
fácilmente sentenció la ministro de una despacho diferente a los asuntos
exteriores, porque – de comparar – la no menos mítica V República
quedaría muy mal por sus acciones y omisiones.
Contribuiría a
concebir y desarrollar una Política de Estado respecto a las
pretensiones de Georgetown, ampliando su base de apoyo, por una parte,
la propia ampliación del Consejo de Defensa de la Nación, “máximo órgano
de consulta para la planificación y asesoramiento del Poder Público”
(artículo 323 constitucional), con una calificada y veraz representación
de la oposición parlamentaria, amén de las individualidades de
reconocido prestigio en la materia, permitiéndolo el único aparte del
artículo 35 de la vigente Ley Orgánica de Seguridad de la Nación (LOSN),
sobre el cual no abundó el constituyente, susceptible de la debida
reforma legislativa para acercarse – por lo menos - al artículo 12 de
la Ley Orgánica de Seguridad y Defensa (LOSD), promulgada en 1976, que
le permitía al jefe de Estado incorporar a los distintos comités a
“cualquier funcionario público o de particulares cuyas actividades sean
de interés para la seguridad y defensa de la República”. Valga acotar,
el nuestro es un planteamiento de vieja data, formulado como
subsecretario general nacional de COPEI, en 2005 (http://www.eluniversal.com/2005/04/25/pol_ava_25A554493); diputado electo en el marco de una propuesta de reformas legales, en 2010 (http://www.dailymotion.com/video/xidikx_copei-trabaja-en-una-serie-de-leyes-que-regularian-el-ambito_news); y como subjefe de la fracción de Independientes (Vente) en la Asamblea Nacional, 2015 (http://www.opinionynoticias.com/noticiasenvenezuela/21989-barragan-y-el-debate-de-la-habilitante-hay-una-legislacion-ordinaria-que-hace-ociosa-y-peligrosa-la-solicitud#.VQCijrO6K6A.twitterv).
E,
igualmente, constituye un importante aporte el de las organizaciones
no gubernamentales (ONG) que, especializadas en la materia, requieren de
los órganos de la Asamblea Nacional para expresarse y, por ello, un
número importante de diputados suscribimos una petición de palabra en la
Comisión Permanente de Política Exterior, a objeto de proponer – entre
otros aspectos - la articulación con una sociedad civil que es
corresponsable con el Estado en el campo de la SD (artículo 326
constitucional), siendo de interés para el Consejo Nacional de Defensa.
Subrayemos, situación muy distinta a la de los consejos comunales, por
varios motivos: por su naturaleza, conformación, financiamiento y
adscripción harto conocidos, están reñidos con el inevitable
reconocimiento del principio de pluralidad política y participación
ciudadana de acuerdo al artículo 8 de la LOSN; disposiciones como las
establecidas en la Ley Orgánica de los Consejos Comunales (LOCC), como
la del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras (LOTTT), abonan a la
movilización y defensa civil en el contexto de la SD que a su propia
problematización, concepción, desarrollo y seguimiento como política
pública; agreguemos, el numeral 8 del artículo 25 de la LOCC, reformada
en 2009, concretó la coordinación con la Milicia Bolivariana para la
defensa integral de la Nación, aunque nos parece con un poco más de
alcance el reemplazado numeral 9 del artículo 21 de la LOCC de 2006 que
versó sobre la promoción del “ejercicio y defensa de la soberanía e
integridad territorial de la nación”.
El articulado
constitucional y legal – finalmente – nos remite a las condiciones que
garanticen la efectiva SD, en el orden político, social, económico,
cultural, geográfico, ambiental y militar con la clara atención al
artículo 2 constitucional. Por lo pronto, la controversia con el
gobierno guyanés nos permite replantear la ampliación del Consejo de
Defensa de la Nación.
Fuente:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/22837-del-consejo-de-defensa-de-la-nacion-y-la-oposicion
No hay comentarios:
Publicar un comentario