"... José Antonio Dávila, uno de nuestros mejores pintores jóvenes (...) Las telas tienen más rigor. Todo está dispuesto de acuerdo a una pauta tan rigurosa como puede serlo el desarrollo de un poema o de una historia de narrativa fantástica. Solamente que la pintura dispone de un arma más efectiva para lograr su meta: es una historia abierta y siempre simultánea, donde todo pasa en una ínfima fracción de segundo y se queda. Flotando en su propio tiempo, en su propio espacio, en su increíble libertad de asociaciones y vínculos".
Roberto Guevara
("Ver todos los días", Monte Avila Editores, Caracas, 1981:225)
Ilustración: JAD, "Cabina Uno" (1968)
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