martes, 12 de julio de 2011
CABRALMENTE, HABLANDO
Fecundo Facundo
Luis Barragán
Paradójicamente, el trovador llegó a nuestras costas gracias a las diligencias comerciales de quien fuese una estelaridad de la televisión venezolana. No lo hubiésemos conocido, o quizá muy tarde, de no contar con un mínimo de independencia y competitividad del medio que, en las últimas décadas, se ha convertido en extraño asunto.
Probable, jamás hubiésemos festejado a Facundo de arribar simultáneamente con las bonanzas petroleras. Ya era familiar la estampa, muy cercana la voz, fecundando su poesía a pesar de las inaugurales demoliciones espirituales de las divisas, rabiosamente aplaudido el celebérrimo y por siempre impune jeque de la pesadilla que sigue ocupando el sitial de los sueños.
Entre Dylan y Serrat, sin olvidar a Gloria Martin, lloviznaba Cabral hasta que lo redescubrí gracias a Saralilian, con su inmenso testimonio de humanidad creadora y sensible, una noche en el Aula Magna, sin saber que la despedida no era sólo artística. Fuerte aguacero de comprensión humana y social del que supo bien aleccionarme otra admiradora, la María Efe que tampoco sospeché compartiendo conmigo el concierto.
Aquí estamos trovador, resistiéndonos precisamente al pendejicidio. Nos dejas esperanza, labrada en ese limpio humor creador que la hace – necesaria redundancia – esperanzadora.
Fuente: http://www.medios24.com/p37182.html
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