martes, 12 de julio de 2011

¿HONDURAS IRREPARABLES?


Tras bastidores
Luis Barragán


Todavía está pendiente una inequívoca representación colectiva de 2012, pues, comenzando por el CNE que no le fija una fecha definitiva, los comicios presidenciales pierden la significación constitucional a la que todos naturalmente aspiramos. Subordinado tan importante evento a las vicisitudes e intereses inmediatos del gobernante, (in) voluntariamente deja al azar el desarrollo de lo que es, esencialmente, una crisis política imposible de posponer o atajar por los ardides publicitarios.

Difícil de negar, hay una creciente ambientación de la incertidumbre, tejida de riesgos y temores ilimitados, pues, la sociedad venezolana ya está impregnada del sentimiento de zozobra que se ha apoderado más de los colaboradores cercanos que del propio Chávez Frías, forzado a una confesión que no quiso jamás. De modo que, en el ancho y sensible campo de las percepciones que hacen a la política, la transición institucional pierde peso a favor del desesperado esfuerzo de supervivencia de la actual dirección del Estado.

Una transición que, por una parte, el oficialismo dibujó como la profundización del modelo socialista que tiene en su indefinición el mayor de sus secretos, garantizándole una flexibilidad táctica muchas veces desvergonzada. Y la que, por otra, es generada desde la oposición, con todas las contradicciones y matices inherentes a su pluralidad, que sintetiza una promesa de recuperación plena de la vida democrática.

Ambas versiones, ceden lentamente frente a los rigores apocalípticos de un conflicto que debemos dirimir electoral y pacíficamente, gracias a la extensa siembra de odios y rencores que ha dejado el discurso de la polarización política, la que no llega aún a la social. Bastará con revisar de nuevo, las nada florentinas puñaladas verbales que prontamente anidaron en la élite oficialista, obligando al mismo comandante-presidente a apersonarse en Miraflores, porque ni la más ligera preocupación le ocasionó firmar la papelería de Estado en La Habana, fechada luego en Caracas.

Los insólitos comentarios de "La Hojilla", cobran vida en la rutina gubernamental y, lejos de poner orden, el comandante-presidente intenta administrar y solventar una punzante y peligrosa pugna tras bastidores que, salvando las distancias, a falta de mejor relato, la querrán como aquella que hizo la agonía de Lenin, aunque son consabidas sus consecuencias testamentarias. Convengamos que la escasa posibilidad de indagar e informar con fidelidad y libertad, afecta a la dirección del Estado para filtrar las inevitables amarguras o pesadumbres de la hora, superado lo que fue un boceto del imaginario social del año electoral.

La improvisada celebración bicentenaria, reducida a la ciudad capital, no contó con las energías suficientes para irradiar un poco más de optimismo al país. Fundamental dato, convertido en un festejo exclusivo del poder establecido, el culto a la personalidad presidencial confiscó un motivo histórico, adquiriendo otro sentido la identidad nacional que, de nuevo, nos condena a la provisionalidad de 200 años.

El mensaje de la oposición fuerza a un reto inmenso y distinto, en esta mar de pasiones abiertas y agazapadas. Asistimos a una revuelta del sentido, auspiciada por el empleo irresponsable de los recursos simbólicos del Estado, que solamente puede solventarse cuando hay una claridad y hondura ética capaz de hacerse alternativa política.

Fuentes:
http://www.analitica.com/va/politica/opinion/5272536.asp
El Sol de Margarita, Porlamar, 09 de Julio de 2011
Fotografía:
"(Ministro)Garcés: Tránsito en la Valle-Coche será abierto al final de la tarde
Informó que los trabajos de sustitución de la tubería y la rehabilitación del kilómetro 1 de la Autopista Regional del Centro (ARC) presentan un avance de 90% en el proceso de compactación" (El Nacional, Caracas, 12/07/11)

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