domingo, 17 de julio de 2011

¿LO COMÚN Y MÚLTIPLE?



Un mínimo de sensatez
Luis Barragán


Las graves circunstancias personales que lo aquejan, más allá de las comprensibles estridencias de sus seguidores, le aconsejan un mínimo de sensatez. Hugo Chávez no puede manejar la situación con la ligereza de las rebuscadas fórmulas que atentan contra la vigente Constitución de la República, como la delegación vicepresidencial y ministerial para la dictación de los decretos inherentes al ejercicio efectivo de la presidencia de la República, o la novísima y curiosa generación de una firma digital.

Convocada sorpresivamente, en la plenaria de la Asamblea Nacional observamos cuán lejos se puede llegar al distinguir entre la autorización para viajar y el permiso para ausentarse del puesto de trabajo. Un amigo nos comentaba el caso de un menor de edad al que no se le daba permiso, aunque se le autorizara para casarse, asunto que tampoco hubiese resuelto el debate en el que el oficialismo rasgó sus vestiduras, a pesar que la oposición estuvo de acuerdo en la gravedad y urgencia del tratamiento médico así faltara la certificación correspondiente de las dolencias.

No faltaba más, porque – de un lado – los gubernamentales refutaron la coincidencia de la oposición exactamente igual de haber discrepado y votado negativamente. Hubo – por otra – la nada casual conexión televisiva y, por supuesto, el encadenamiento nacional de rigor, entre el mandatario nacional y la sesión parlamentaria, consagrado Hugo Chávez como el único y determinante intérprete de la realidad del país, indiferente ante los argumentos de fondo que surgieron de la oposición.

Tenemos – finalmente – un espectáculo, el de la ligereza que, excepto dos o tres oradores, uno de ellos del PSUV, tiende a exhibir el debate político venezolano. ¡Claro que éste, tiene un carácter o perfil constitucional!, pues, lejos de todo afán académico, trayendo a la mesa leyes vigentes como la Orgánica de la Fuerza Armada Nacional o la de Seguridad de la Nación, el gobierno nacional parece divertirse con el constituyente de 1999, acusando a los demás de ¡golpistas!, en una plenaria que observó – cada vez más escéptico – el país.

A los caprichos presidenciales, se suma la insensatez del resto de los actores políticos que no pueden ya soportar, por cierto, el peso de sus vanidades. De la propia argumentación que se haga, transmitiendo un mínimo de racionalidad, también depende el destino de un país.

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2011/07/un-minimo-de-sensatez/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=787002
Fotografía: LB, versión histórica suscrita por el PSUV en la estación Bellas Artes del Metro de Caracas (05/11).

No hay comentarios:

Publicar un comentario