domingo, 15 de septiembre de 2013

PENDEJICIDAS

Boca e’lobo
Luis Barragán


Temprano todavía para hacer un balance y ponderar sus consecuencias,  el trabajo parlamentario de la oposición sigue su curso.  En el futuro, faltando todavía numerosos y decisivos capítulos, se dirá de un esfuerzo de reivindicación de la instancia en el marco de la democracia reconquistada, reconocida una labor hoy ignorada;  de resistencia exitosa o  fallida en el de una experiencia autoritaria, con sus héroes – incluso - anónimos; y de la enérgica y útil confrontación o del involuntario colaboracionismo, inherentes a una lucha evidentemente desigual.

Una de las notas – por decir lo menos – curiosas, a propósito de la discusión del otrora Proyecto de Ley Orgánica de Cultura,  fue la conducta asumida por algunos sectores de la oposición. Contrapuestos a los más preocupados, consecuentes y decididos, los hubo más propensos a ver la paja en el ojo ajeno, enfatizando y hasta sugiriendo la cobardía de los diputados que, más allá de la materia, cuentan con específicas responsabilidades de oposición, olvidando – por lo demás – que sus  errores, fallos y equívocos también los interpelan.

Luego de sancionado el instrumento legal, observamos dos tendencias supuestamente críticas que, coincidiendo en la misma viga, escasamente contribuyen al desarrollo y a la concepción misma de una estrategia opositora viable. La una, resueltamente plañidera, aunque igual de arrogante que la otra, clamó a los cielos por la abusiva imposición de una ley requerida de la mayoría calificada de los legisladores, como si nadie se hubiese enterado de la voluntad gubernamental de aprobarla, desde enero del presente año, añadidos los sectores más ilustrados; y, la faltante, circunscrita a la inmediata condena moral de una oposición amilanada, vergonzosa y por siempre sospechosa, cerrada frente al llamado a …oponerse.

En los sorprendentemente escasos foros celebrados, tuvimos ocasión de participar al integrar la Comisión Permanente de Cultura, y antes y después del análisis concreto de la por entonces propuesta oficialista,  asumimos dos supuestos importantes, pues, contextualizada por una interesada sobresaturación noticiosa del gobierno nacional, la Ley Orgánica de Cultura tendía a diluirse, añadidas sus previsibles consecuencias. Y, por si fuese poco, considerada en un ámbito que parece más la seccional del PSUV que la Asamblea Nacional.

Insistimos en no ofrecer una versión idílica o sacrificada de la labor parlamentaria, pero debía (re) conocerse en su justa dimensión el conjunto de dificultades, riesgos e ingratitudes que implica. Que sepamos, ningún diputado de la MUD reniega de sus responsabilidades consciente y libremente asumidas. Empero, es necesario un acento.

Frente a los habladores de pendejadas que nunca oyeron un disparo cercano en las más peligrosas  marchas y contramarchas de estos años, los que suelen refrigeradamente empuñar un micrófono y campanear un whisky en la distante terraza en la que – por cierto - hay banderas autografiadas, mas no  un afiche de Carlos Ortega, importa recordarles que la boca del lobo está en el centro histórico de la ciudad y en la Asamblea Nacional.  Y que a ésta, por más que se diga de las inmunidades parlamentarias, cuesta entrar y salir así seamos unos modestos diputados, de poco o ningún conocimiento en los grandes medios: por consiguiente, temible puede ser el gobierno visto cara a cara que ríe de los fanfarrones y farragosos.

Los quejumbrosos no ofrecen una alternativa convincente de lucha, pero gustan demasiado del denuesto a sabiendas de las circunstancias que ni ellos podrían o se atreverían a afrontar. Suele ocurrir, los críticos más severos son los que ofrendan su humildad en el inédito combate contra el proyecto totalitario, contrastando con la estridencia fanfarrona y farragosa de un radicalismo a la medida de los intereses gubernamentales.

Algún día, escribiremos sobre el largo proceso que nos condujo a contrariar la propuesta dizque cultural del poder central, y que – de haber estado incorporados – nos hubiese llevado a negar nuestro voto  para la Ley Orgánica del Deporte, por citar un caso parecido. Por lo pronto, formulamos una invitación a visitar la “boca e’lobo” a todo interesado en dictar una mejor sentencia contra quienes modesta o humildemente cumplimos con nuestras responsabilidades.

http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/8269286.asp
Fotografía: LB, base de un poste en Bellas Artes, Caracas (05/09/13).

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