domingo, 15 de septiembre de 2013

PROYECTO Y FIDELIDAD




San Lucas, 15: 1-32

Entre otros aspectos, el Padre José Vicente Ramírez Meza (Redentorista), señaló – por una parte – que estamos habituados a la fabricación en masa y esto, permite que salga imperfectos (o desperfectos) que a nadie le importa. Lo que importa es seguir la producción. A Jesús, estos imperfectos o desperfectos si le importan, y cuentan con su atención. Después que el pastor se asegura que el resto de las ovejas están bien, sale y celebra el hallazgo de la perdida. ¿Solemos hacerlo nosotros? Además, nos sentimos bien con el que conocemos y esperamos una gratificación o contraprestación, mas no nos atrevemos con el que no conocemos y no promete darnos nada a cambio. Y – por otra – indicó que el Padre Nuestro es un Proyecto del Reino a realizar.

El Padre Antonio Gracia (Pasionista), pregunta en la hoja dominical de hoy (Domingo XXIV del Tiempo Ordinario / C): “¿Tienes dificultad en perdonar o te sientes feliz al poderlo realizar? ¿Cómo vives en tu corazón el perdón de Dios?”.

El gesto más escandaloso
José Antonio Pagola

El gesto más provocativo y escandaloso de Jesús fue, sin duda, su forma de acoger con simpatía especial a pecadoras y pecadores, excluidos por los dirigentes religiosos y marcados socialmente por su conducta al margen de la Ley. Lo que más irritaba era su costumbre de comer amistosamente con ellos.
De ordinario, olvidamos que Jesús creó una situación sorprendente en la sociedad de su tiempo. Los pecadores no huyen de él. Al contrario, se sienten atraídos por su persona y su mensaje. Lucas nos dice que “los pecadores y publicanos solían acercarse a Jesús para escucharle”. Al parecer, encuentran en él una acogida y comprensión que no encuentran en ninguna otra parte.
Mientras tanto, los sectores fariseos y los doctores de la Ley, los hombres de mayor prestigio moral y religioso ante el pueblo, solo saben criticar escandalizados el comportamiento de Jesús: “Ese acoge a los pecadores y come con ellos”. ¿Cómo puede un hombre de Dios comer en la misma mesa con aquella gente pecadora e indeseable?
Jesús nunca hizo caso de sus críticas. Sabía que Dios no es el Juez severo y riguroso del que hablaban con tanta seguridad aquellos maestros que ocupaban los primeros asientos en las sinagogas. El conoce bien el corazón del Padre. Dios entiende a los pecadores; ofrece su perdón a todos; no excluye a nadie; lo perdona todo. Nadie ha de oscurecer y desfigurar su perdón insondable y gratuito.
Por eso, Jesús les ofrece su comprensión y su amistad. Aquellas prostitutas y recaudadores han de sentirse acogidos por Dios. Es lo primero. Nada tienen que temer. Pueden sentarse a su mesa, pueden beber vino y cantar cánticos junto a Jesús. Su acogida los va curando por dentro. Los libera de la vergüenza y la humillación. Les devuelve la alegría de vivir.
Jesús los acoge tal como son, sin exigirles previamente nada. Les va contagiando su paz y su confianza en Dios, sin estar seguro de que responderán cambiando de conducta. Lo hace confiando totalmente en la misericordia de Dios que ya los está esperando con los brazos abiertos, como un padre bueno que corre al encuentro de su hijo perdido.
La primera tarea de una Iglesia fiel a Jesús no es condenar a los pecadores sino comprenderlos y acogerlos amistosamente. En Roma pude comprobar hace unos meses que, siempre que el Papa Francisco insistía en que Dios perdona siempre, perdona todo, perdona a todos..., la gente aplaudía con entusiasmo. Seguramente es lo que mucha gente de fe pequeña y vacilante necesita escuchar hoy con claridad de la Iglesia.

http://www.luisaleman.es/evangelio.htmhttp://www.luisaleman.es/evangelio.htm
Cfr. Isabel Vidal de Tenreiro: http://elimpulso.com/articulo/buena-nueva-salvado-en-la-raya#.UjZAQn_3OD8
Reproducción: LB, portada de la revista Billiken, Caracas, nr.  593 del 28/03/1931.

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